Se cumple un año de la desaparición, en Siria, del jesuita italiano Paolo Dall'Oglio - Alfa y Omega

Se cumple un año de la desaparición, en Siria, del jesuita italiano Paolo Dall'Oglio

La familia del jesuita italiano Paolo dall’Oglio ha hecho público un comunicado con motivo del aniversario de su desaparición en Siria, presuntamente a manos del ISIL. En él, piden a los secuestradores información, y reconocen que, aunque les gustaría volver a abrazarle, también están dispuestos a llorar su pérdida

María Martínez López

El 29 de julio se cumple un año de la desaparición, en Siria, del padre Paolo dall’Oglio, fundador de la comunidad Al Khalil. Con este motivo, su familia ha hecho público un comunicado en el que pide a «los responsables de la desaparición de un hombre bueno, un hombre de fe, un hombre de paz, que tengan la dignidad de dejarnos saber su destino. Nos gustaría abrazarlo otra vez, aunque también estamos preparados para llorarle». Se cree que el padre Dall’Oglio estaba cerca de Raqqa negociando la liberación de algunos secuestrados, cuando desapareció ahora hace un año, presuntamente a manos del Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL).

En el comunicado reconocen que «ha sido también un tiempo largo, demasiado largo, para un país asolado por la guerra y el sufrimiento infinito como Siria». Concluyen anunciando que el 29 de julio «muchos de nosotros estaremos rezando con él y uniéndonos a él, como también a aquellos que han sido secuestrados, detenidos injustamente y a los muchos que están sufriendo por esta guerra».

Los amigos de Dios

El padre Dall’Oglio es experto en cultura árabe, y fue ordenado en 1984 por el rito siro-católico, el mismo que utiliza ahora la comunidad Al Khalil. Ese mismo año, comenzó en Nebek (Siria) la restauración de Deir Mar Musa el-Habashi, monasterio de San Moisés de los abisinios, originario del siglo V o VI pero que llevaba 300 años abandonado.

En 1991, fundó la comunidad Al Khalil, título honorífico de Abraham en árabe, que significa amigo íntimo de Dios. Toman como referencia a Abraham, al ser reconocido como patriarca por judíos, cristianos y musulmanes. Formada por una decena de monjes y monjas de diversos países, esta comunidad se centra en promover la paz y el diálogo entre cristianos y musulmanes. Ponen, en primer lugar, la vida espiritual como un absoluto, al estilo de los antiguos monjes del desierto.

Se basan también en la pobreza evangélica, el trabajo manual -plantación de árboles, cría de cabras y ovejas, perforación de pozos- y la hospitalidad a todos. Quiere ser un lugar de oración y encuentro, donde todo creyente se sienta en casa. En 2011, el archieparca de Homs, su obispo, aprobó la regla de la comunidad, que también cuenta con el visto bueno de la Santa Sede, a través de la Congregación para las Iglesias Orientales.

Desaparecido mientras intentaba mediar

Un año después, en 2012, monseñor Luis Sako, hoy Patriarca de Babilonia de los Caldeos y entonces obispo de Kirkuk, les invitó a fundar una nueva comunidad en esta ciudad del Kurdistán iraquí. La invitación fue providencial, dada la situación de guerra que ya vivía Siria.

El padre Dall’Oglio apoyó, desde el comienzo de la primavera árabe, las peticiones de una reforma democrática. Esto, tras varios intentos de presión por parte de Damasco, le terminó costando la expulsión del país, en 2012. Sin embargo, unos meses después volvió a entrar en el país, en la zona controlada por los rebeldes, para intentar mediar.