La esperanza en el Carmel - Alfa y Omega

La esperanza en el Carmel

A lo largo de este verano, entreParéntesis, iniciativa jesuita para dialogar en las fronteras, ofrece cada miércoles la serie ¿Turistear o contemplar? para conocer la otra cara de destinos turísticos como de Rio de Janeiro, París, Nueva York, China, Cuba, Punta Cana, Chiapas, Roma y Canarias. Barcelona fue ayer la primera entrega

Colaborador
Un grupo de chicos de Adsis, en Barcelona

Muchas personas viajan a Barcelona por la huella imborrable que dejó Gaudí, por sus impresionantes edificios modernistas, por las playas, por su historia milenaria, pero en la misma ciudad de Barcelona existe otra realidad que no todos llegan a conocer.

El barrio del Carmel forma parte de una de las tres colinas de la sierra de Conserola, por lo tanto es fácil imaginar su orografía…: cuestas y más cuestas. El primero en ponerlo en el mapa fue Juan Marsé, con su libro Últimas tardes con Teresa. Treinta y nueve años después, el barrio volvió a aparecer en los medios de comunicación por el triste suceso del socavón. Debido a las obras del metro, se hundió un edificio, quedaron dañados otros muchos y hubo que realojar a centenares de vecinos.

Como zona de periferia de la ciudad, los rostros de sus habitantes nos hablan de emigración, tanto nacional como internacional. El último dato oficial, que data del 2008, nos dice que el 16,5 % es población inmigrante. Y cuenta, desgraciadamente, con una de las tasas de fracaso escolar más altas de la ciudad.

Adsis, primero como Asociación y posteriormente como Fundación, lleva 35 años dando respuesta a las diferentes carencias de la gente del barrio; en la actualidad, centrados en proyectos de orientación, formación e inserción laboral para jóvenes, proyectos socio-educativos con adolescentes y con un servicio de atención a inmigrantes para ayudarles y orientarles en sus trámites de regularización administrativa.

Cientos de vidas con sus historias…

Abdel llega puntual, como cada mañana, a su cita con el curso de cocina; él trabajó en la construcción pero ya no se construye nada en esta ciudad, quizás la restauración le dé una nueva oportunidad.

Cezar sube la cuesta arrastrando su mochila a las cinco de tarde. Primero se comerá el bocadillo que algunas de las madres que tienen hijos en el Centro preparan cada día, luego se pondrá manos a la obra con los deberes hasta las siete, para posteriormente hacer alguno de los talleres de ocio que le han propuesto para el trimestre: futbol, básquet, video, grafiti… Cezar, a las 21 h., se irá a casa y con suerte encontrará a su madre esperándolo. No todos los días es así: si a la madre le han cambiado el turno, cosa que ocurre con frecuencia, llegará más tarde que Cezar. Acabado el curso escolar, Cezar y otros casi 80 chicos y chicas tendrán tres semanas de campamento urbano y una semana de colonias en La Cerdaña. Es el premio a su esfuerzo durante el curso.

Teresa entra en el despacho hecha un mar de lágrimas: su marido tiene otra pareja y no quiere saber nada de Kevin, su hijo. A la mujer no le importa que haya rehecho su vida, es más, se lo agradece, porque así pone fin a muchos años de malos tratos, pero le duele la indiferencia hacia el niño. Un rato después se recompone, pone su mejor sonrisa y se va a dar de merendar a los niños del Centro, todos son sus hijos.

Pasa Saida a contarnos que le han ido bien los exámenes en la uni. Saida pasó por el Centro desde los 12 años hasta los 17, ella no quería estudiar, una educadora se propuso que no se podía perder tanto potencial… Está a punto de acabar ADE.

Andrés acaba de llamar, le han contratado en un restaurante para todo el verano, hacía un mes que había terminado uno de los cursos de cocina.

Son cientos de vidas con sus historias que pasan cada año por nuestras manos. Los turistas no tienen ojos para contemplar estas realidades, pasan de largo por la calle de arriba camino del Parque Güell. A nosotros, el tiempo y la perspectiva nos confirman que las segundas oportunidades sí existen.

[Próximas entregas, en www.entreparentesis.org]

Casilda Santamaría Arribas @casant75
Fundación Adsis