Eucaristía por el centenario de la muerte de san Luis Guanella - Alfa y Omega

Eucaristía por el centenario de la muerte de san Luis Guanella

Este domingo se celebra en la romana Basílica de San José una Misa que inaugura los actos de conmemoración del centenario de la muerte de San Luis Guanella, campeón de la caridad, en palabras de quienes conocieron su vida y obra

Redacción
Beato Luigi Guanella

Fallecido en 1915, el santo Guanella dejó tras de sí una obra de caridad —Hijas de Santa María de la Providencia, los Siervos de la Caridad, y los Cooperadores guanelianos— que hoy está presente en 21 países y que atiende a los más pobres y desfavorecidos.

La Misa de este domingo, que estará presidida por el cardenal João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, forma parte del programa de actos previstos para recordar y celebrar la figura de este santo, canonizado por el Papa Benedicto XVI en octubre de 2011. Entre estos actos se integra, por ejemplo, el mes de formación bajo el carisma guaneliano, que incluye lectura de textos bíblicos, estudio teológico, talleres, reuniones con comunidades guanelianas e incluso una visita a la casa natal del fundador y que se celebra en Roma desde mediados del mes pasado.

O loco, o santo

Ordenado sacerdote en 1866, a los 24 años, quienes le conocían decían de él o es un loco, o es un santo. El tiempo demostró que era lo segundo, un hombre deseoso de atender material y espiritualmente a las personas con discapacidad y a los excluidos de la sociedad. Párroco, educador, formador, misionero y profeta de aquellos a los que nadie quería, destacó por una extraordinaria sensibilidad para ver y comprender quién sufría, se hizo siervo de todos y comprometió su talento en su mejora material y espiritual.

La Familia Guaneliana, presente en España desde 1965, busca realizar el proyecto del fundador, «que no es otro que dar pan y dar al Señor —explicaba a Alfa y Omega el postulador de la causa de canonización del beato, Mario Carrera—. Sabemos que el reino de Dios no es cuestión de comida ni de bebida, sino de alegría y paz que da el Espíritu».

Noveno hijo de una familia de trece hermanos, aprendió en familia qué era la generosidad. «Aprendió a confiar en la Providencia, que nunca priva de lo necesario a sus hijos, y también que el darlo todo y hacerlo gratuitamente preserva del egoísmo, fundamento de todo alejamiento de Dios».

100 años después de su marcha al Cielo, «hoy, como entonces, el mensaje de san Luis es sinónimo de bondad, corazón misericordioso, paternidad, el espíritu de familia entre las generaciones jóvenes y mayores», tal como recuerda el padre Umberto Brugnoni, vicario general.