Torcuato y Esperanza, 25 años casados: «No concebimos el matrimonio sin la fe» - Alfa y Omega

Torcuato y Esperanza, 25 años casados: «No concebimos el matrimonio sin la fe»

El matrimonio «es una maravilla. Es el mejor estado natural del hombre. Soy tremendamente feliz y volvería a repetir la experiencia», asegura Torcuato, que pronto cumplirá las bodas de plata con Esperanza, con quien se casó en segundas nupcias. «No concibo mi matrimonio sin la fe. Es el motor que dirige mi vida»

Irene Pozo

Torcuato y Esperanza llevan 25 años casados, pero «se me han pasado como un relámpago. Ha sido un regalo que Dios me ha hecho, porque yo ya no pensaba casarme», reconoce ella. Este matrimonio madrileño participará en septiembre en la Misa de acción de gracias que organiza cada año la Delegación diocesana de Familia y Vida. Ambos se conocieron en actividades apostólicas y «teníamos una bonita relación», aunque por aquel entonces Torcuato estaba casado. «Al cabo de un tiempo enviudé, y me quedé con un hijo de diez años».

Fue después de esta pérdida cuando comenzaron un noviazgo maduro, marcado por «grandes paseos» para «conocernos personalmente y el tipo de familia que queríamos construir». Aunque «luego la vida es lo que sucede cuando se te estropean los planes», reconoce él. Y añade que el matrimonio «es una maravilla. Es el mejor estado natural del hombre. Soy tremendamente feliz y volvería a repetir la experiencia».

En estos 25 años, la fe ha jugado un papel fundamental en su relación. «No concibo mi matrimonio sin la fe. Es el motor que dirige mi vida», asegura Esperanza. Y Torcuato añade que, «de hecho, este matrimonio es un matrimonio a tres, porque Dios ha jugado en él un papel central».

Al hijo que ya tenía él, se sumó luego otra niña, y ahora ya tiene dos nietos. Para educar a sus hijos, aconsejan «estar en la sombra, dejar que sean ellos» los que descubran, «aconsejar y confiar en Dios. Más que hablar a los hijos de Dios, tenemos que hablarle a Dios de los hijos, encomendarlos mucho a la oración. Y también, en un momento, dado evitar que se la peguen».