El cardenal Rouco se despide de la Vicaria I - Alfa y Omega

El cardenal Rouco se despide de la Vicaria I

La parroquia de la Asunción de Nuestra Señora acogió, el jueves pasado, una Misa de acción de gracias y despedida de la Vicaría I, tras casi 20 años al frente de la diócesis de Madrid

Infomadrid

El cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid administrador apostólico, está visitando las distintas Vicarías de la diócesis para despedirse de sus sacerdotes y diocesanos con la celebración de una Misa de acción de gracias por sus casi 20 años de servicio al frente de la diócesis de Madrid

Así, el jueves 25 de septiembre, visitó la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora (c/Gabriel y Galán, 17), donde celebró una Misa a las 19.30 horas para despedirse de la Vicaría I. Concelebraron en la Eucaristía el Vicario Episcopal, Gil González, acompañado por los arciprestes y más de medio centenar de sacerdotes de la zona.

Al comenzar la celebración, en un templo abarrotado de fieles, el Vicario hizo una monición de entrada en la que comenzó recordando a los fieles que el 25 de octubre tomará posesión el arzobispo electo, monseñor Carlos Osoro Sierra. A continuación, señaló que próximos a cumplirse los 20 años de la llegada del cardenal Rouco a la diócesis de Madrid, agradecía a Dios sus solicitudes y desvelos durante todo ese tiempo, manifestados de diferentes formas.

De manera especial, destacó sus visitas pastorales y la construcción de nuevos templos. También manifestó su agradecimiento por la preocupación que el cardenal había manifestado siempre por la familia, por la defensa de la vida, por los niños y por los jóvenes; por el Sínodo diocesano celebrado; por no olvidarse de los pobres y de los enfermos, animando la caridad diocesana y haciéndose presente en los hospitales y las cárceles.

Resaltó cómo el cardenal había ayudado a los madrileños, a configurarse como Iglesia diocesana en torno a la catedral, a través de las peregrinaciones por las Vicarías, el Sínodo Diocesano y la Misión Madrid. No quiso olvidar, en este sentido, el impulso a la devoción mariana a la Virgen de la Almudena, cuyo himno promovió el cardenal entre todos sus diocesanos. Algo que, para Gil González, nos ha ido ayudando a conformarnos como Iglesia diocesana. Sin olvidar la JMJ, que nos ayudó a ser miembros vivos y pertenecientes a una Iglesia universal. El Vicario de la I concluyó poniendo todos estos agradecimientos en las manos de Dios, a quien pidió, por intercesión de la Virgen de la Almudena, que bendiga y guarde al cardenal.

En su homilía, el arzobispo emérito de Madrid administrador apostólico, cardenal Rouco Varela, habló de la necesidad de Dios para el hombre, ya que éste encuentra su consistencia en Dios. Y del agradecimiento a la Iglesia, concretado en la iglesia diocesana, que es donde reside la Iglesia en comunión con el Obispo de Roma. En este sentido, destacó la importancia de la necesidad de la Iglesia particular para el obispo, y del obispo para la Iglesia particular. Porque, a su juicio, no se entendería un obispo sin referencia a una Iglesia particular. Por eso, manifestó su agradecimiento a Dios por la Iglesia de Madrid. También habló de la sucesión apostólica, invitando a todos los fieles a acoger, querer y ayudar al nuevo obispo de Madrid. Y concluyó manifestando su agradecimiento por la colaboración que ha encontrado a lo largo del ejercicio de su ministerio episcopal en Madrid.

Al finalizar la Misa, el cardenal saludó personalmente a los fieles asistentes a la celebración, que resultó sencilla y cordial.

A continuación, mantuvo un encuentro con los sacerdotes de la Vicaría I, durante el cual manifestó su gratitud por la fraternidad y la amistad vivida durante estos años. Y concluyó invitándoles a acoger, querer y colaborar con el nuevo arzobispo.