Getafe prepara su Gran Misión: «Va a ayudar a la Iglesia a despertar» - Alfa y Omega

Getafe prepara su Gran Misión: «Va a ayudar a la Iglesia a despertar»

La diócesis de Getafe acaba de inaugurar el Año de la caridad, último del itinerario hacia la Gran Misión diocesana que celebrará en 2016, con motivo de su 25º aniversario. 500 misioneros se consagrarán a la Virgen este domingo, y durante todo el curso se irán formando. El momento central del Año de la caridad será el Congreso de Nueva Evangelización, que se celebrará en marzo. «Hay que despertar en los cristianos un ardor grande porque lo que se nos ha dado es muy importante y el mundo vive problemas serios ante los que no podemos ser indiferentes», ha afirmado su obispo, monseñor López de Andújar, al presentar la Misión

María Martínez López
Procesión con Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona de Getafe. Foto: Agustín Martín

500 fieles de la diócesis madrileña de Getafe se consagrarán a la Virgen como misioneros este domingo, durante la Vigilia de la Inmaculada. Es el primero de los grandes eventos del Año de la caridad, que comenzó en el I domingo de Adviento y es el último año de preparación para la Gran Misión diocesana que prepara la diócesis para 2016.

La Gran Misión es la forma que ha elegido la diócesis de celebrar, en 2016, su 25º aniversario. «Pensamos que lo mejor era recoger el sentir de toda la Iglesia y del Papa Francisco, y despertar la conciencia del pueblo cristiano para salir a la calle», ha explicado monseñor Joaquín María López de Andújar, obispo de Getafe, en la rueda de prensa de presentación del Año de la caridad.

Consciente de los problemas económicos y también «de sentido de la vida y crisis de valores», monseñor López de Andújar ha señalado que «la Iglesia está cercana a este mundo. Sentimos los problemas de la gente como algo nuestro». El obispo se ha mostrado «muy ilusionado», porque esta misión diocesana «nos va a ayudar a todos mucho. Sobre todo, va a ayudar a la Iglesia a despertar. Tenemos que situarnos en la realidad de hoy. No podemos permanecer anclados en unas estructuras, en un lenguaje que a la gente ya le resulta extraño. Hay gente alejada de Dios porque no conoce la realidad de la Iglesia».

La misión se va a llevar a cabo en las parroquias y los barrios, pero también en el mundo de la universidad (en la diócesis hay 12 campus, de siente universidades públicas y privadas), de los colegios, de la pastoral sanitaria y de las cárceles (dirigida a los 4.000 reclusos internos en los tres centros penitenciarios que atiende).

Del 6 al 8 de marzo, Congreso de Nueva Evangelización

Los preparativos para la Gran Misión comenzaron en 2012. «La iniciativa de Benedicto XVI al convocar el Año de la fe nos sugirió la idea de continuar esta preparación con el Año de la esperanza», que acaba de concluir, y el Año de la caridad. Durante el primero, se anunció la Misión; en el de la esperanza, se ha promocionado». 500 misioneros se han inscrito ya, y con ellos se han empezado a formar ya equipos misioneros. Durante el Año de la caridad que acaba de empezar, se llevará a cabo la preparación más inmediata.

El acto central del Año de la caridad será el Congreso de Nueva Evangelización, que se celebrará en el Cerro de los Ángeles del 6 al 8 de marzo. La inscripción será gratuita, y se espera que participen en él más de mil personas. El congreso girará en torno a tres grandes ponencias, de monseñor Melchor Sánchez de Toca, Subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura; don José María Gil Tamayo, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, y monseñor Rico Pavés, obispo auxiliar de Getafe.

Además, se presentarán distintas experiencias de nueva evangelización que ya llevan años funcionando en otros lugares, como los Cursos Alpha o el grupo Centinelas del mañana. También darán su testimonio «personas que se han encontrado con la fe y para las que esto ha sido una luz que ha dado sentido a su vida. Creo que va a ser un empujón grande para la misión», ha asegurado el obispo.

«Crecer en nuestra adhesión a Cristo»

Con todo, la formación para la misión será permanente durante todo el año. En este sentido, se va a hacer especial hincapié en la formación interior, mediante la promoción de la vida espiritual, organización de ejercicios espirituales, y también convivencias por áreas. En su carta pastoral para el Año de la caridad, Amar con el amor de Cristo, monseñor López de Andújar afirma que «hemos de crecer en este año en nuestra adhesión a Jesucristo, contemplando cómo en Él el propio Dios va tras la oveja perdida, la humanidad doliente y extraviada».

Por eso, «tenemos que dedicar tiempos largos a la oración para estar con Aquél que dio su vida por nosotros, y, mirándole a Él, crucificado por amor, sentir el dolor de nuestros hermanos, hambrientos de verdad, de amor y de paz para que, saliendo de nuestros pequeños egoísmos y rutinas, demos también nosotros la vida por aquellos por los que Cristo murió en la cruz».

Acercarse a los practicantes ocasionales

Uno de los ámbitos donde la Gran Misión tendrá un desarrollo más amplio es el de las parroquias. Para ellas, se ha elaborado un proyecto marco que cada una luego desarrollará. En él, se especifica que la misión diocesana debe darse en tres círculos. El primero de ellos son «los que ya están en la Iglesia, con el objetivo de encender su corazón, porque a veces estamos tibios, paralizados, estancados. Hay que despertar un ardor grande porque lo que se nos ha dado es muy importante y el mundo vive problemas serios ante los que no podemos ser indiferentes».

El segundo círculo incluye a las personas que se acercan a la Iglesia ocasionalmente, como para pedir los sacramentos para sus hijos. «En estas personas hay un rescoldo, una fe quizá débil y sin mucha práctica religiosa, pero que miran la Iglesia como algo bueno. Hay que acercarse a estas personas, invitarles a participar en vida más intensa de la Iglesia». Por último, la misión se dirigirá a quienes «no están en la Iglesia, ni quieren venir. A éstos hay que salir a buscarlos», por medio de cuatro caminos: el camino de la belleza, el de la razón, el de la caridad y el de la naturaleza.

Los mejores misioneros: familias y jóvenes

Monseñor López de Andújar también ha subrayado que «le vamos a dar una importancia enorme al campo de la familia. Queremos que no haya sólo misioneros personales, sino también familias misioneras, que con el testimonio de su propia vida presenten la belleza de la familia cristiana, del amor fecundo, fiel, permanente y duradero, porque es algo hermoso y atractivo». También los Centros de Orientación Familiar tienen un papel misionero importante, mediante la formación, la atención a familias con problemas y la defensa de la vida y la maternidad. «Ojalá uno de los frutos de la misión sea abrir caminos de apoyo y estar cerca de las familias, que en ocasiones están muy solas» ante todo tipo de problemas. «La Iglesia no puede permanecer con los brazos cruzados: hay que darles ayuda material y espiritual, fortaleciendo su esperanza y ayudarles a luchar».

Otra de sus prioridades de la Gran Misión son los jóvenes: «Hay una inmensa mayoría de jóvenes buenos que buscan un sentido a su vida y no terminan de encontrarlo. La diócesis tiene que hacer un esfuerzo muy grande de acercamiento a ellos, y los misioneros han de ser los propios jóvenes. Lo que les llega a ellos es el testimonio de un joven creyente pero al mismo tiempo moderno, no un joven que huela a naftalina, sino metido en el mundo de hoy, con las dificultades que tienen, por ejemplo en el mundo del trabajo, donde les están machacando. Hay que levantar su ánimo».

Una diócesis «de primera división»

Profundizando en este tema, ha denunciado que «se quiere alimentar a los jóvenes con comida basura, alimentos que no llenan y que no alimentan de verdad. Y lo que hay que darles son alimentos verdaderos: hay que hablarles de verdad, de amor entregado, de preparación para el compromiso familiar, social y también político. Hay que despertar vocaciones políticas entre los jóvenes que tienen capacidad y deseo de participar. Más que lamentarnos, hay que regenerar vida pública y meter un fermento de vida en ese mundo».

La diócesis de Getafe supera el millón y medio de habitantes, lo que la sitúa entre las mayores de España. Desde su creación en 1991, ha pasado de tener 90 parroquias a 120. «Se conoce Getafe porque tiene un equipo de Primera División, pero también tiene una diócesis de primera división».