Monseñor Celso Morga: «Espero mucho de la adoración perpetua» - Alfa y Omega

Monseñor Celso Morga: «Espero mucho de la adoración perpetua»

El 21 de junio, festividad de San Luis Gonzaga, la Adoración Eucarística Perpetua de Almendralejo (Badajoz) celebró el primer aniversario de su inauguración acontecida el día 29 de junio de 2.014, festividad de San Pedro y San Pablo

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La Capilla de la Adoración Perpetua, ubicada en el Convento de las Hermanas Pobres de Santa Clara –con más de 300 años de historia espiritual en la localidad almendralejense–, estaba abarrotada de fieles que, desde primeras horas de la mañana, fueron poblando sus bancos.

A la sobriedad, sencillez y austeridad franciscana del templo se unió el fervor de sus adoradores –en número de 390 hasta la fecha–, que no dudaron en soportar el calor del primer día del verano con tal de adorar, alabar y darle gracias al Santísimo Sacramento del Altar.

Presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Celso Morga Iruzubieta, arzobispo de Mérida-Badajoz, tuvo lugar una Solemne Eucaristía concelebrada por ocho sacerdotes de la Diócesis.

La misa, cantada en su mayor parte en latín por las Hermanas Clarisas, tuvo dos momentos álgidos: la Monición de Entrada, perfectamente leída (casi declamada) por Madre Inmaculada de Jesús con texto de Sor Catalina de Jesús –monja capuchina clarisa de Alicante y una de las almas del movimiento adorador en Almendralejo– y la homilía del señor arzobispo.

Al resaltar de su locución una frase que llegó muy hondo al espíritu de los adoradores presentes: «Espero mucho de la Adoración Perpetua y de Almendralejo». O lo que era lo mismo: ponía toda su confianza en que la perseverancia en la Adoración al Santísimo, por fuerza, tendría que redundar en inmensos frutos para la Iglesia local y universal.

Como colofón, bendijo la nueva Custodia, elaborada en madera de teca por Cipriano Arévalo Sánchez-adorador y Coordinador del Turno de Madrugada- y repujada por orfebres cordobeses. Al observarla, se pueden dar dos interpretaciones: el Árbol de la Vida rodeando a la Sagrada Forma, o los sarmientos de la vid (no olvidar que Almendralejo es la capital de Tierra de Barros, zona vitivinícola por excelencia) abrazando el cuerpo presente de Nuestro Señor Jesucristo.

Avelino Ruiz Cortés