Ética y transfiguración - Alfa y Omega

Ética y transfiguración

Colaborador

En este nuevo libro –La ética o es transfiguración o no es nada (BAC)–, Alfonso López Quintás supera su producción anterior por la decisión con que aplica su idea de la «mirada profunda» a la gran tarea de promover la vida ética «por vía de descubrimiento». El autor parte de la emergencia educativa que sufrimos en cuanto a la vida ética, porque «ha habido una catástrofe que interrumpió la transmisión del saber moral y, más ampliamente, de sus fundamentos» (A. MacIntyre). Para salvar esta quiebra, sólo hay –según López Quintás– un camino del todo eficaz: vivir nuestro proceso de desarrollo de modo tan auténtico que nos haga saber, por propia experiencia, que la vida ética supone un ascenso ilusionante a la plenitud de la vida personal. Este proceso ascensional ha de «articularse tan bien» que, cuando alguien inicie el proceso de crecimiento, intuya que está comenzando una vida nueva, abierta a inmensas posibilidades de realización, y, a cada paso que dé, se sienta con más energía e ilusión para seguir la marcha.

Tal plenitud implica que uno se va sintiendo más realizado como persona y más seguro en sus determinaciones. Realizados nos sentimos –según la Antropología filosófica actual– cuando creamos relaciones de auténtico encuentro. Seguros nos hallamos cuando elegimos, no en virtud de nuestros gustos, sino del ideal de la unidad, que va unido de raíz al ideal de la bondad, la justicia, la belleza. Al tomar estos ideales como canon de conducta, nos sentimos instalados en la verdad, en la que se afirma nuestra propia verdad de seres humanos. Tal seguridad se consolida al observar que esos ideales, al ser asumidos por nosotros, transfiguran toda nuestra vida.

Al seguir este proceso de ascenso, advertimos que para elevarnos a la cima de la vida ética, hemos de integrar cuatro niveles distintos y complementarios. Cada uno de ellos se rige por una lógica peculiar. El que se atiene fielmente a esa lógica piensa y se expresa con precisión. En cambio, quien analiza una realidad o un acontecimiento de un nivel con términos propios de otro se sume en la confusión. De aquí se derivan multitud de malentendidos que bloquean nuestro impagable de esta obra. Mayor todavía lo es ofrecernos esta lúcida regla pedagógica: «Antes de enseñar ética, estética, axiología y religión debemos ayudar a los alumnos a subir a los niveles 2, 3 y 4». Si permanecen en el nivel 1, nada entenderán de cuanto se les diga sobre esos niveles. ¿Nos imaginamos lo que esto significa para su formación?

A través de agudos análisis, este bello y creativo libro nos nuestra la serie de transfiguraciones que llevamos a cabo cuando vivimos una vida ascendente. Por descubrir el nexo profundo que hay entre el desarrollo del hombre, sus diversas transfiguraciones y su ascenso a los niveles de realidad más altos, este libro se va a convertir en un referente.

Luis Aymá