«Don Bosco es muy querido» - Alfa y Omega

«Don Bosco es muy querido»

Redacción

Valdocco, donde don Bosco compró un terreno por 350 francos, es el corazón de la Familia Salesiana. Allí está la capilla y la casa Pinardi –donde vivió y murió el santo–, la iglesia de San Francisco de Sales y la Basílica de María Auxiliadora –en la imagen de abajo, a la llegada del Papa–. Hoy en día, este complejo es «la estructura con más capacidad de acogida de la ciudad». Lo explica su responsable, el salesiano español Rafael Gasol. «Valdocco es para todos. Igual que don Bosco hizo de un lugar vacío a las afueras un lugar acogedor para los jóvenes, nosotros hemos buscado que tenga una vocación de acogida universal. Viene mucha gente de fuera del ambiente salesiano».

Hay gente que busca en Valdocco un lugar donde hacer un retiro, y también muchos seminarios italianos organizan allí sus encuentros. El Bicentenario ha multiplicado las solicitudes de alojamiento: «Los días de la visita del Papa han pasado por aquí 150.000 personas, y otras 140.000 desde abril, cuando comenzó la ostensión de la Síndone. Hemos llegado a tener 10.000 personas en un día. Llegan grupos de todo el mundo, desde Japón, India…» Sólo unos pocos se hospedan allí; el resto únicamente pasan parte del día. «Es también el lugar donde hay más posibilidades de celebrar la Eucaristía. Cada día se pueden celebrar aquí 45 o 50 Misas, en distintos idiomas».

«Nuestra Sábana Santa es el rostro de los jóvenes»

A cada grupo, además de la acogida, se le ofrece la posibilidad de conocer a fondo los inicios de la Familia Salesiana. «Si vienen con tiempo, les enseñamos hasta la primera tipografía que puso en marcha don Bosco con máquinas; y la exposición del Bicentenario, donde hay objetos recogidos en todo el mundo a lo largo de estos 200 años». A Gasol le impresiona «la emoción que despierta en la gente el ver los lugares de los que ya conocen, porque han oído hablar de ellos durante toda su vida. Sienten una emoción muy profunda, hay gente que se pone a llorar y recuerda su historia personal con los salesianos. He experimentado que don Bosco es muy querido».

Las personas no vinculadas a los salesianos descubren en Valdocco «la fuerza de Dios en una persona que nació en la pobreza más grande, y a través de la cual Él quiso dar a la Iglesia algo que responde a las necesidades de los jóvenes de todo el mundo». Muchos de estos peregrinos han llegado a Turín por la ostensión de la Sábana Santa con ocasión del Bicentenario. «Es un reconocimiento de la diócesis a uno de sus personajes más importantes. Pero para los salesianos, la auténtica Sábana Santa es el rostro de los jóvenes, especialmente de aquéllos en dificultad. La ostensión es una gran oportunidad, porque nos permite volver a fijar la mirada en los jóvenes necesitados».