Un nuevo comienzo - Alfa y Omega

Un nuevo comienzo

Una de las Congregaciones religiosas de mayor crecimiento en las últimas décadas -tanto en vocaciones al sacerdocio como en obras de apostolado-, los Legionarios de Cristo, se ha visto sumida en una crisis prácticamente sin precedentes en la historia de la Iglesia, a causa de los escándalos de su fundador, el sacerdote Marcial Maciel. Desde el 8 de enero, se encuentra reunido en Roma el Capítulo General, el máximo órgano de gobierno de esta Congregación, para elegir a la nueva directiva y sentar un nuevo inicio para esta familia religiosa, aprobando unas Constituciones que sustituyen a las que había escrito Maciel

Jesús Colina. Roma

¿Qué ha pasado realmente en la Congregación de los Legionarios de Cristo? Fundados hace 73 años, por el joven seminarista mejicano Maciel, han experimentado un crecimiento sorprendente. Hoy día, según los datos de su oficina de comunicación, forman parte de la Congregación cuatro obispos, 961 sacerdotes, 1.877 seminaristas menores y mayores, con 120 casas en veintidós países. Un crecimiento de vocaciones tan elevado, en años en los que la Iglesia había vivido una crisis vocacional en muchas partes del planeta, llevó a muchas personas a ver en la obra del padre Maciel una gran esperanza.

El 19 de mayo de 2006, después de una investigación que comenzó el mismo cardenal Joseph Ratzinger, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ante la imposibilidad de someter a un juicio canónico a Maciel a causa de su salud, la Santa Sede le invitó a retirarse a una vida de oración y penitencia, absteniéndose de encuentros públicos. El comunicado no revelaba las acusaciones específicas contra Maciel, pero hacía referencia a las informaciones publicadas por la prensa.

Estas acusaciones, que habían comenzado a circular en un periódico de los Estados Unidos en 1997, revelaron que Marcial Maciel abusó sexualmente en muchas ocasiones de seminaristas y sacerdotes, y que padeció adicción a la droga. Un año después de la muerte del padre Maciel, que tuvo lugar el 30 de enero de 2008, los Legionarios de Cristo confirmaban revelaciones de prensa, según las cuales Maciel tuvo una amante durante muchos años de su vida, con la que concibió a una hija. Al menos, otras dos personas han declarado ser hijos de Marcial Maciel, fruto de una relación con otra mujer. Una vez comprendida con claridad la gravedad de los escándalos, Benedicto XVI encargó a cinco obispos (entre ellos, el español monseñor Ricardo Blázquez) una investigación, conocida como Visita apostólica, de las instituciones de los Legionarios de Cristo. Algunas de las conclusiones de aquella Visita quedaron recogidas en un comunicado, emitido por la Santa Sede el 1 de mayo de 2010, que se caracterizó por utilizar un lenguaje alejado de las fórmulas diplomáticas.

Por una parte, los obispos, en su investigación, atestiguaron que han podido encontrar «a un gran número de religiosos ejemplares, honestos, llenos de talento, muchos de ellos jóvenes, que buscan a Cristo con celo auténtico y que ofrecen toda su existencia por la difusión del reino de Dios». Por otra parte, pudieron comprobar que la conducta de Maciel («carente de escrúpulos y de verdadero sentimiento religioso»), se escondió tras un «sistema de poder», que «ha causado serias consecuencias en la vida y en la estructura de la Legión, tales que requieren un camino de profunda revisión».

Nueva página para la Legión

El Vaticano consideró que esta revisión debía abarcar tres puntos: redefinir el carisma o espiritualidad de los legionarios; revisar el ejercicio de la autoridad (el control de las conciencias permitió a Maciel llevar durante tantos años una vida paralela); y garantizar una adecuada formación en los seminaristas y sacerdotes.

Y, para acompañar a los legionarios en este camino, Benedicto XVI nombró a un Comisario pontificio, el cardenal Velasio de Paolis, quien en estos tres años y medio ha renovado a algunos de los Superiores de la Congregación y ha guiado el proceso de redacción de las nuevas Constituciones, que ahora el Capítulo General tiene que aprobar. Para que sean válidas, las Constituciones deberán recibir posteriormente la aprobación del Papa Francisco, quien ya ha tenido ocasión de apoyar el proceso de revisión llevado por el cardenal De Paolis.

El Capítulo General, que debería concluir a finales de febrero, congrega a 61 sacerdotes: 42 por elección de los religiosos, y 19 en virtud del cargo que desempeñan. Les toca a ellos poner las bases de este nuevo hito en la historia de la Congregación, aplicando en sus deliberaciones las indicaciones dadas por los dos Papas y su Comisario pontificio. Puede comenzar, por tanto, una nueva página para esta Congregación. En un mundo, en el que la infidelidad forma parte con frecuencia de la vida de las personas, el reconocimiento y la purificación de las traiciones del fundador y de su sistema de poder, puede convertirse en un testimonio elocuente de los Legionarios de Cristo.