Convertirse es amar - Alfa y Omega

Convertirse es amar

La oración, la limosna y el ayuno que la Iglesia propone especialmente para la Cuaresma son un camino de conversión para descubrir a Dios en la propia vida y en la de los demás, especialmente de los más necesitados. Así lo explican los obispos españoles, los cuales, en esta semana, han escrito sus Cartas pastorales sobre la Cuaresma, en las que invitan a combatir los tres tipos de miseria que ha denunciado el Papa Francisco: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual

Redacción

+ Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón

Convertirse es, en primer lugar, volver nuestra mirada y nuestro corazón a Dios con ánimo firme y sincero. Dios, en efecto, se ha convertido con mucha frecuencia en el gran ausente en la vida de muchos, incluso de quienes nos consideramos creyentes. La Cuaresma es tiempo propicio para recuperar a Dios en nuestra vida, para acrecentar nuestra adhesión de mente y corazón a Dios en Jesucristo y al Evangelio. Para dejar que Dios ocupe el centro en nuestras vidas, que Dios sea Dios, debemos escuchar su Palabra, abrirnos a su amor y a su gracia, dejarnos cambiar y renovar mente, deseos, actitudes, sentimientos, y así toda nuestra vida. Convertirse es dejarse encontrar por el amor misericordioso de Dios, siempre dispuesto a perdonar, para vivir el camino que Él nos muestra en Jesucristo, su Hijo, el Camino, la Verdad y la Vida.

+ Ángel Rubio Castro, obispo de Segovia

En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo. Nuestros esfuerzos se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir. El Papa nos invita a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y realizar obras concretas a fin de aliviarlas.

+ Rafael Zornoza Boy, obispo de Cádiz y Ceuta

El Papa Francisco nos invita a centrar nuestra mirada en el abajamiento y la pobreza que Cristo asumió al encarnarse y que ahora, por su resurrección, se ha convertido en fuente de vida para todos nosotros, los pobres y necesitados de su salvación, especialmente los que más sufren. Dejemos que el dolor de nuestros hermanos sufrientes se una en nuestra oración a los gemidos de toda la creación que clama por la vida resucitada; demos de limosna no sólo nuestras cosas, sino nuestra vida entera, para que sea partida por y para ellos, y nuestro ayuno se convierta en el espacio en el que nuestro cuerpo se une a nuestra alma para dejar clamar al Espíritu Santo por la renovación de todos los hombres. Oremos especialmente por los sin techo, los parados, los emigrantes, y los mas dolientes y afectados de Ceuta.

+ Ginés García Beltrán, obispo de Guadix

A las Cofradías y Hermandades: Estamos llamados a vivir en la caridad y vivir la caridad para con los hermanos. Hemos de trabajar para aliviar las miserias humanas. Hay 3 tipos de miseria: la material, la moral y la espiritual. A las tres ha de llegar nuestra caridad, porque las tres destruyen al hombre cuando se viven en la falta de confianza, de solidaridad y de esperanza. Y esto hemos de hacerlo cada uno particularmente, pero también como Hermandad. Sé que las cofradías, en general, os habéis tomado en serio la caridad, y de hecho tenéis una acción caritativa que crece cada día. Os lo agradezco de corazón y os invito a seguir por este camino. La caridad hace creíble la fe. Una Hermandad que no vive la caridad, que no la practica, no es creíble ni evangeliza.