Se inicia el año jubilar por el 75 aniversario del Regnum Christi y la Legión de Cristo - Alfa y Omega

Se inicia el año jubilar por el 75 aniversario del Regnum Christi y la Legión de Cristo

Regnum Christi

El 12 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón, se inició el año jubilar por los 75 años de fundación de la Legión de Cristo y del Regnum Christi. La conmemoración fue anunciada en marzo por el director general del Regnum Christi, el padre Eduardo Robles-Gil, LC, como «un tiempo de alegría, de agradecimiento, de pedir perdón y de perdonar», como una oportunidad para la purificación de la memoria, y un momento para enardecer el espíritu evangelizador.

No se prevén eventos conmemorativos multitudinarios. Se ha invitado a vivir este período siguiendo las actividades propias y cotidianas con un espíritu nuevo, a través del «anuncio valiente» de la Buena Nueva, y haciendo presente el amor de Dios.

«Busquen participar en misiones de evangelización, catequesis en parroquias o en colegios» donde «anunciar de manera explícita que el Reino de Cristo está ya presente en medio de nosotros y ayuden a otros a encontrarlo, especialmente por la caridad y el anuncio valiente de la Buena Nueva», indicaba el padre Eduardo en la convocatoria. También invitaba propiciar espacios para el reencuentro, momentos de oración para agradecer y pedir perdón, y ámbitos que favorezcan verdaderos encuentro con Cristo en los que se experimente «la alegría de vivir juntos el evangelio y de ser enviados».

El año jubilar será también ocasión para fomentar la publicación de escritos que ayuden a transmitir mejor la espiritualidad del Regnum Christi, para profundizar en su historia, identidad y misión. «Hemos experimentado la fragilidad humana y el pecado», afirmaba el Director General. «Y no obstante estas debilidades, sabemos que Cristo vive, que nos acompaña también hoy, y que podemos alegrarnos hoy porque su bondad no se apaga y su misericordia es eterna», concluía.

A fecha 31 de diciembre de 2014, el Regnum Christi contaba aproximadamente 23.867 miembros: 21.500 seglares, 1.729 legionarios de Cristo, 593 consagradas y 68 laicos consagrados. El Regnum Christi tiene en el mundo 14 universidades en los que se forman 34 mil alumnos, 128 colegios con 67 mil alumnos, y 37 colegios Mano Amiga para niños de zonas marginadas, con 19 mil alumnos. En España cuenta con 7 colegios en Madrid, Valencia, Barcelona y Sevilla y la Universidad Francisco de Vitoria.

Un particular año de gracia

A los miembros del Movimiento Regnum Christi en preparación de la celebración del 75º aniversario de la fundación

Muy estimados en Jesucristo:

Llevamos ya varios días recorriendo con Cristo el camino cuaresmal. El pasado domingo la liturgia nos ha llevado al templo de Jerusalén para contemplar cómo Jesucristo lo purifica de los mercaderes que lo habían invadido y anuncia que su Cuerpo es el verdadero templo, al que nos incorpora por medio del bautismo. Años más tarde, San Pedro recordará a los cristianos que ellos, «como piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo» (1 Pe 2, 5). La certeza de que es el Señor quien construye la casa, y que quien deposita su confianza en Cristo no será defraudado se convirtió para Pedro en un impulso para vivir el presente con pasión y entregarse a su misión evangelizadora confiando plenamente en la acción de Dios.

También nosotros tenemos ocasión de traer al corazón la presencia de Dios en nuestra vida personal y como piedras vivas en el edificio de la Iglesia (cf. Ef. 2, 19-22). El 3 de enero de 2016 estaremos conmemorando los 75 años de la fundación de la Legión y del Regnum Christi. Si bien podría tratarse como una efeméride más, este aniversario no deja de tener un sentido de celebración jubilar que, «en la visión cristiana […] constituye un particular año de gracia, [que] tiene un papel importante y significativo en la vida de los individuos y de las comunidades» (San Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente, n. 15).

Encontramos la tradición de los jubileos en el Antiguo Testamento y que continúa en el tiempo de la Iglesia pues Jesucristo ha venido a «proclamar la buena noticia y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4, 18-19). En ellos se cumple el deber cristiano de redimir y santificar el tiempo, dedicándolo de modo particular a Dios y que se expresa por la liberación de los esclavos, el perdón de las deudas, la devolución de la igualdad a los hijos de Israel. (cf. Tertio Millenio Adveniente, 12-14).

1. La celebración del año jubilar en el Movimiento

Después de reflexionarlo en el Comité general del Movimiento, ha parecido oportuno que nosotros también celebremos un año jubilar para agradecer al Señor sus dones y su misericordia en estos 75 años de vida de la Legión y del Movimiento. El año jubilar iniciará en la solemnidad del Sagrado Corazón de 2015 y concluirá en la solemnidad de Pentecostés de 2016.

Por medio de esta carta quiero ofrecerles algunas orientaciones sobre el modo de vivir este tiempo de gracia que el Señor, en su providencia nos ofrece.

El jubileo debe ser un tiempo de alegría, de agradecimiento y de pedir perdón y de perdonar. Es un momento para elevar súplicas al Señor de la historia y de las conciencias humanas (cf. Tertio Millenio Adveniente, 16). Al mismo tiempo, se presenta como un marco privilegiado para encontrarnos como hermanos, para crecer en la unidad y en la colaboración y puesta en común de todo lo que nos une dentro del Regnum Christi y dentro de las distintas iglesias locales en donde el Señor nos ha invitado a peregrinar. Es un momento especialmente privilegiado para escuchar lo que el Espíritu dice a la Iglesia y a nosotros dentro de ella (cf. Ap 2, 7ss).

El periodo jubilar es también un tiempo de purificación de la memoria, por la que cada uno en particular y, también como institución, debemos reconocer como el pueblo de Israel que «hemos pecado» (cf. 1 Re 8, 26) para experimentar también, como ya lo hemos hecho al celebrar las asambleas y el Capítulo General, que «donde abundó el pecado sobreabundó la gracia» (Rm 5, 20). Es un momento propicio para implorar y aceptar en nuestras vidas la gracia de la conversión.

Es un momento para reconciliarnos y salir al encuentro del hijo que se ha alejado de la casa del Padre y para volver cuando nosotros hemos sido ese hijo. Ojalá que nadie se sienta excluido en nuestra familia espiritual y que nadie quiera adoptar la actitud del hermano mayor que no quiere entrar a la fiesta por el motivo que sea (cf. Lc 15, 25-30).

Me parece que la celebración de estos 75 años de historia debe estar caracterizada por una alegría sobria y humilde. Hace años estábamos convencidos de que nuestro carisma era parte de la nueva primavera de la Iglesia. Hoy seguimos teniendo esta misma certeza de que es el Señor quien ha suscitado nuestra familia espiritual, y al mismo tiempo reconocemos que en nuestro campo también crece la cizaña y hemos experimentado la fragilidad humana y el pecado. Y no obstante estas debilidades, sabemos que Cristo vive, que nos acompaña también hoy, y que podemos alegrarnos hoy porque su bondad no se apaga y su misericordia es eterna (cf. Lm 3, 22).

2. Algunas pautas para la celebración

Esta celebración del 75º aniversario tendrá lugar principalmente en las localidades, dando especial relieve a la solemnidad del Sagrado Corazón del año 2015. También se pueden organizar a lo largo del año otras actividades (p.ej. conferencias y congresos en las secciones, obras educativas y apostolados y en las localidades) para profundizar en el carisma de la Legión y del Regnum Christi y su aportación a distintas áreas de la vida cristiana. Se pueden aprovechar además los retiros, momentos de adoración, y otras celebraciones litúrgicas y devocionales para agradecer al Señor sus dones, y también reparar al Sagrado Corazón por las veces en que no hemos vivido personalmente el Evangelio con radicalidad y coherencia.

Puede ser especialmente fecunda la participación activa de todos en la reflexión sobre el Movimiento Regnum Christi. Las reuniones, sesiones de estudio, convenciones, etc. previstas en el programa hecho por la Comisión central para la revisión del Estatuto representan una ocasión magnífica para profundizar en las diversas vocaciones que conforman el cuerpo del Regnum Christi y en los elementos esenciales del carisma.

Los Encuentros de Juventud y Familia o reuniones similares en los países en los que convenga organizarlos pueden ser también ocasión para redescubrir nuestra vocación y misión, agradecer juntos al Señor, y pedir al Espíritu Santo que nos envíe con renovado entusiasmo a anunciar el Evangelio y formar apóstoles que se pongan al servicio de Cristo y de la Iglesia.

La solemnidad de Cristo Rey de 2015 se celebrará también con un especial realce en cada ciudad. Se ha de buscar que se convierta en un momento de fraternidad y de un renovado compromiso para que Jesucristo reine en los corazones y en la sociedad. En cada localidad se verá el modo concreto de vivir nuestra fiesta patronal.

El 12 de diciembre de 2015 se tendrán las ordenaciones sacerdotales de un grupo de legionarios de Cristo en Roma. No habrá celebraciones especiales ni peregrinaciones organizadas más allá de las que son habituales para las ordenaciones.

El 3 de enero de 2016, o en una fecha cercana cuando no sea posible hacerlo ese día, se celebrará una misa de acción de gracias en las distintas localidades.

El año jubilar se clausurará el día de Pentecostés de 2016. Nos prepararemos a esta fiesta con una novena especial. Además, se prevé que en esos días concluya la primera etapa del proceso de revisión del Estatuto de los miembros de primero y segundo grado del Regnum Christi.

Dado que el Regnum Christi tiene una dimensión decididamente apostólica y evangelizadora, quiero invitar a todos los miembros del Movimiento a que, durante el año jubilar, busquen participar en misiones de evangelización, catequesis en parroquias o en colegios, u otro apostolado en el que puedan anunciar de manera explícita que el Reino de Cristo está ya presente en medio de nosotros y ayuden a otros a encontrarlo, especialmente por la caridad y el anuncio valiente de la Buena Nueva.

Se pueden también organizar actividades que puedan ofrecer un marco para el reencuentro con personas que han participado en el Regnum Christi o en sus obras (v.gr. exalumnos, antiguos apostólicos, antiguos legionarios, consagrados, consagradas) y, en donde sea el caso, la reconciliación.

Igualmente, invito a los directores y directoras de sección a buscar dar un renovado impulso a los cursillos del Regnum Christi y convenciones del ECYD durante este año jubilar. La temática puede ser la que más convenga a cada grupo, pero buscando que favorezca el encuentro con Cristo, la alegría de vivir juntos el evangelio y de ser enviados a instaurar el Reino de Cristo.

En este año también se celebrarán 25 años de la fundación de los noviciados de la Legión de Cristo en Alemania e Italia. Será un momento también para agradecer al Señor los dones con los que nos ha enriquecido a través de miembros del Movimiento y legionarios de esos países y por el servicio que hemos podido brindar en esas iglesias locales. Probablemente haya otros aniversarios en otras ciudades que no tengamos presentes, pero que conviene también celebrar para agradecer al Señor y renovarnos.

También se buscará fomentar la publicación de escritos que ayuden a transmitir mejor nuestra espiritualidad, profundizar en nuestra historia, identidad y misión. Nuestras universidades pueden ofrecer una valiosa contribución en este campo.

El Concilio Vaticano II afirmaba que la Iglesia «sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, que vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido» (Gaudium et Spes, n. 3). El Regnum Christi, como un cuerpo vivo dentro de ella, agradece al Señor estos primeros 75 años de vida, quiere comprometerse con pasión y humildad en cada uno de sus miembros en la tarea de la evangelización, y quiere vivir el futuro pisando las mismas huellas de Cristo, quien siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Cor 8, 9).

Que María Santísima, Madre de la misericordia, nos acompañe mientras nos preparamos para el próximo año jubilar y nos inspire para que en todo momento hagamos lo que Jesús nos diga.

Con un recuerdo en mis oraciones,

Ciudad de México, 12 de marzo de 2015

P. Eduardo Robles-Gil LC