«Nos han puesto las pilas» - Alfa y Omega

«Nos han puesto las pilas»

Las Escuelas de Evangelizadores de la diócesis de Cádiz y Ceuta acaban de clausurar su segundo curso, con un encuentro en el que participó el obispo de San Sebastián, monseñor Munilla. En dos años, han pasado por ella 600 personas que, como Pablo y Maleni, Ángel y Toñi, o Ana, se han comprometido activamente en la labor misionera de la Iglesia

María Martínez López
Un momento de la clausura de la Escuela, con monseñor Munilla

Escuela de reciclaje

Como responsables de los Equipos de Nuestra Señora en Cádiz y monitores de cursillos prematrimoniales, Maleni y Pablo se habían dado cuenta de que «no puedes seguir haciendo lo mismo de la misma manera. La gente viene a los cursillos bastante alejada de la Iglesia, con indiferencia». Por eso, este año se apuntaron a la Escuela de Evangelizadores, que puso en marcha la diócesis de Cádiz y Ceuta el año pasado.

Curso Alpha en la parroquia de Ana

«Nos ha aportado muchísimo –reconoce él–. Te ilusiona ver que, realmente, se pueden hacer cosas nuevas que lleguen mejor a la gente, y también que todas estas iniciativas se quieran llevar a cabo en tu diócesis. Es muy importante que el propio obispo tire del carro». Cada comienzo de curso, monseñor Rafael Zornoza recorre parroquias y arciprestazgos invitando a la Escuela.

Ésta se celebra durante todo el curso, un sábado al mes. Por la mañana, hay una charla-testimonio, y por la tarde se presentan distintos métodos de nueva evangelización (oratorios infantiles, Cursos Alpha, misión en la calle, etc.) Pablo destaca, además de esta riqueza, «el ambiente de comunión, en el que muchas realidades distintas confluíamos con la misma inquietud y aportando cada uno desde su carisma. Nos ha servido para reciclarnos en lo que ya hacíamos –de hecho, nos han pedido que renovemos el itinerario de los cursillos de novios–, y nos hemos ofrecido para ayudar en el Centro de Evangelización que se va a abrir».

Una red de amistad y oración

Ángel, gaditano, y Toñi, madrileña, tenían miedo de instalarse en Cádiz después de casarse. Durante su noviazgo, habían vivido la fe en Madrid y temían que allí la vida eclesial «estuviera más parada». Participar en un Encuentro de Nueva Evangelización y conocer allí a la gente de Cádiz, que tenía «mucha energía y ganas de hacer cosas», disipó sus temores. Hicieron la Escuela de Evangelizadores y, al terminar, como otros muchos, sentían «mucha sed de conocimiento, de empaparte de cosas que hasta entonces desconocías, y un gran interés por hacer cosas nuevas».

Por eso este curso, además de poner en marcha Cursos Alpha en su parroquia y de prepararse para la llegada de Lola, que nacerá en julio, se apuntaron a la nueva Escuela de Discipulado. El formato es parecido –una reunión mensual de un día, con dos charlas y un rato de oración–. Pero «se nota mucho que ahí la gente ya está evangelizando activamente –cuenta Ángel–. Tienen las cosas más claras y se mueven más. Se va generando una red de amistad y de oración. Conoces gente de un montón de sitios, y nos ofrecemos ayuda unos a otros» para los distintos proyectos de evangelización.

Revolucionar las parroquias

Ana acababa de llegar a una de las parroquias clásicas del centro de Cádiz. «Era muy cerrada, tenía los típicos grupos de sacramentos, y poco más. Mi marido y yo deseábamos formar parte de una comunidad, pero en ninguna parroquia había una buena acogida». Por este motivo, se apuntaron a la Escuela de Evangelizadores hace dos años. «Nos pusieron las pilas. Salimos con muchas ganas de revolucionar las parroquias, que es donde más puedes vivir tu fe en comunidad». En el curso conoció los cenáculos, «y me dije: Esto lo tenemos que hacer en la parroquia, crear pequeñas comunidades». Los cenáculos son grupos que siguen un itinerario diocesano de formación y profundización en la fe desde cero, y en los que se pueden integrar personas que se estén acercando a la Iglesia.

El párroco, también recién llegado, quería hacer lo mismo y les dio todas las facilidades. «Teníamos miedo de que se apuntaran los cuatro de siempre. Los cenáculos no son para eso. Pero vino gente relativamente joven que iba a Misa y poco más, con una fe bastante pasiva. Para ellos, ha sido un gran cambio; ahora viven la fe con más fervor. El año que viene van a ir todos a la Escuela de Evangelizadores», y ya están colaborando en el Curso Alpha que se celebra en la parroquia. El cenáculo también «será lo que dé continuidad al Curso Alpha cuando termine, porque la gente ya nos está pidiendo más».

Una diócesis en misión
  • En dos años, 600 personas han participado en la Escuela de Evangelización. Este año ha habido tres: en Cádiz, Ceuta y una para jóvenes.
  • Este curso, se puso en marcha la Escuela de Discipulado. En ella, unas cien personas han seguido formándose sobre oración, lectura de la Palabra, acompañamiento espiritual…
  • Gracias a este proyecto misionero, han nacido 70 cenáculos para ayudar a la gente a profundizar en su fe.
  • El curso próximo, nacerá una Escuela de Discipulado Permanente, para formar un grupo estable de personas que acompañen la tarea evangelizadora de la diócesis.
  • También se abrirá un Centro de Evangelización y Discipulado, que acogerá encuentros semanales de evangelizadores y discípulos, y donde podrán acudir personas que se están acercando a la Iglesia y aún no se sienten cómodas yendo a su parroquia.