Alfonso López Quintás: «Proclamamos el primado de la atención pastoral» - Alfa y Omega

Alfonso López Quintás: «Proclamamos el primado de la atención pastoral»

El mercedario Alfonso López Quintás fue el gran impulsor en España de Ayuda a la Iglesia Necesitada, como delegado nacional y presidente. En junio de 1984, fue nombrado por el Papa miembro del Consejo Pontificio Cor Unum, como representante de AIN. Desde 2006, es Presidente de Honor de la oficina española

Ignacio Santa María Pico

Ayuda a la Iglesia Necesitada nació para evitar la muerte de los sacerdotes del Este europeo en los campos de refugiados. Pero desde el principio atendió a todos.
Cuando uno se adentra en el mundo del dolor, de las gentes desesperadas, no sabe a dónde acudir; se agolpan las peticiones de ayuda y se convoca a los amigos, a toda persona sensible. Así fue creciendo AIN. Y llegó un momento en que san Juan XXIII sugirió al padre Werenfried la necesidad de extender la ayuda a Iberoamérica. Esto motivó el cambio de Ayuda a la Iglesia Perseguida a Ayuda a la Iglesia Necesitada. Así se fue extendiendo la atención espiritual y caritativa.

¿Qué hace de AIN una obra única en la Iglesia?
Un rasgo es, sin duda, que en una época tentada a reducir el cristianismo a una obra asistencial, ha proclamado siempre el primado que en ella ocupa la atención pastoral. Mil veces hemos advertido hasta qué punto dificultaba esta orientación nuestra labor de recogida de fondos. La propaganda les viene dada a ciertas asociaciones —muy beneméritas— por los noticiarios de cada día, que hablan del hambre, de las guerras. Pedir para reconstruir iglesias, dotar de catecismos a los niños, proveer de medios de locomoción a sacerdotes… es muy arduo en sociedades bastante descristianizadas. En una ocasión, el cardenal Darío Castrillón, entonces Prefecto de la Congregación para el Clero, nos dijo que, si esta Obra no existiera, la Iglesia tendría que fundarla. Su experiencia de obispo en una diócesis muy necesitada de Colombia se lo había confirmado.

¿Qué destacaría en estos 50 años de trayectoria en España?
Lo más notable fue la capacidad de la oficina española para acomodarse a las distintas iniciativas de la sede central —regida por personas de distinta cultura y lengua—, que nos imponía sistemas de trabajo y proyectos que nos exigían no poca flexibilidad espiritual y espíritu de sacrificio. Esta actitud de colaboración fue siempre objeto de alta estima por parte de la dirección de la Obra.