Un Tiempo de la Creación pospandemia para sanar relaciones con la casa común y entre los hombres
«Muchos católicos todavía no han entendido que el cuidado de la creación no es un tema ideológico, sino de supervivencia de la especie. Y desde la perspectiva cristiana, destruir la creación de Dios es una afrenta a Dios», explica Gabriel López Santamaría, coordinador en España del Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC), una de las entidades canalizadoras de las acciones del Tiempo de la Creación que se celebrará a partir de septiembre en todo el mundo
El cuidado del medio ambiente, de la creación, de la casa común como le gusta decir al Papa Francisco, es algo de todos, y sin embargo «muchos católicos todavía no han entendido que esto no es un tema ideológico, de derechas o de izquierdas, sino de supervivencia de la especie. Y desde la perspectiva cristiana, evidentemente, destruir la creación de Dios es una afrenta a Dios». Así lo expresa Gabriel López Santamaría, coordinador en España del Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC), una de las entidades canalizadoras de las acciones del Tiempo de la Creación que se celebrará a partir de septiembre en todo el mundo.
Con el lema Jubileo por la tierra: nuevos ritmos, nueva esperanza, el Tiempo de la Creación de este año está marcado por la pandemia del coronavirus y por esa urgente necesidad, como explican desde la organización, de sanar relaciones con la creación y entre los hombres. Monseñor Bruno-Marie Duffè, secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, explica en la carta en la que anima a la participación que «en un momento en el que el mundo experimenta una profunda incertidumbre y sufrimiento en medio de una emergencia mundial, estamos llamados a reconocer que una recuperación verdaderamente sana significa ver que todo está conectado y recuperar los lazos que hemos roto».
En este sentido, López Santamaría indica que «hay bastantes investigaciones que relacionan la pérdida de biodiversidad con la aparición de pandemias como el coronavirus». Por eso, anima a una primera reflexión: «Hasta marzo, veíamos el cambio climático de manera abstracta; con el coronavirus vemos que nos puede afectar, condicionar y cambiar la vida drásticamente, e incluso puede costar la vida de miles de personas».
Volver la mirada a la creación
En 2015 el Papa, tras la publicación de la encíclica Laudato si y en línea con el día de oración por la creación que celebraban los ortodoxos todos los días 1 de septiembre desde 1989, instituyó para la Iglesia católica, y en esa misma fecha, la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. El año pasado, a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, se asumió oficialmente la iniciativa Tiempo de la Creación, nacida de esta jornada y a la que se han ido sumando a lo largo de los años otras confesiones cristianas como luteranos o anglicanos.
Se trata por tanto de una acción ecuménica a la que están convocados los 2.200 millones de cristianos del mundo y que se prolonga hasta el 4 de octubre, día de san Francisco de Asís, considerado el santo de la ecología y venerado por muchas realidades cristianas, no solo por los católicos. En palabras del Papa, este es un «período de oración y acción más intensas en beneficio de la casa común».
La forma más sencilla de involucrarse, en opinión de López Santamaría, es «participando de los servicios de oración; por ejemplo, el Arzobispado de Madrid, a través de la Comisión Diocesana de Ecología Integral, ha organizado para el 12 de septiembre un encuentro ecuménico de oración en la Casa de Campo». Para el resto de España se han programado también conferencias, seminarios, plantaciones de olivos, salidas a limpiar ríos… «Actividades que buscan volver la mirada a la creación, dar gracias a Dios por esa creación y tomar conciencia de que tenemos que cuidarla», indica el coordinador de MCMC.
Todo ello, en línea con las propuestas globales del dicasterio vaticano, explicadas por monseñor Duffè usando palabras del Papa Francisco y entre las que destacan «una Misa conmemorativa, una caminata de peregrinación, prácticas de sostenibilidad o iniciativas de apoyo para responder al clamor de la tierra y al clamor de los pobres».
«En el árbol está Dios»
«Los que antes tiraban latas de bebida a la calle ahora tiran las mascarillas o los guantes», reconoce el coordinador de MCMC, y por eso asegura que «no hemos salido mejores de la pandemia» a pesar de que «la gran mayoría de las personas cada vez estamos más concienciadas». Para un católico, aterrizar el cuidado de la creación en el día a día pasaría, en primer lugar, «por entender la creación como una imagen de Dios. En el lago, en el árbol, está Dios presente igual que en la Eucaristía; si me voy a la sierra y la destruyo o la ensucio, lo que estoy haciendo es ensuciar el rostro de Dios».
Y en segundo lugar, «por tomar pequeñas acciones para salvaguardar esa creación, reciclado, usando energías sostenibles… En este sentido, los niños ya tienen mucha más conciencia de la necesidad de cuidar que muchos adultos y son ellos lo que dicen a los padres que reciclen o que cierren el grifo». «No proteger la creación es no proteger el legado que Dios nos ha dado», concluye.