La tempestad que dura 70 años - Alfa y Omega

La tempestad que dura 70 años

El 25 de junio de 1950 Corea del Norte inició el ataque sobre la zona fronteriza con Corea del Sur, el Paralelo 38. Este ataque sorpresa se llamó Tempestad. 70 años después de aquel día, durante nuestra visita a la línea que divide ambas Coreas, también llueve. No podíamos imaginar que aquella tormenta duraría siete décadas

Ester Palma González
Un grupo de misioneras servidoras del Evangelio visita el Paralelo 38 70 años después del comienzo de la guerra entre las dos Coreas. Foto: Ester Palma.

A las cuatro de la mañana del 25 de junio de 1950 Corea del Norte inició el ataque que había previsto sobre toda la zona fronteriza con Corea del Sur, conocida como el Paralelo 38. Este ataque sorpresa se llamó Tempestad. 70 años después de aquel día, durante la visita que realizamos varias misioneras servidoras del Evangelio a la línea que divide ambas Coreas, también llueve. La época de las lluvias trae consigo muchas tormentas y tempestades. No podíamos soñar que aquella tormenta, que se inició mucho antes del 25 de junio de 1950, duraría hasta el 2020.

Corea del Sur, que solía presumir de superioridad militar, fue cogida por sorpresa. En pocas horas, el Ejército norcoreano llegaba a Seúl. El ministro de Defensa dio la orden de volar el puente que daba acceso al sur de la ciudad. Este puente facilitaba el cruce del río Han, y si lo volaba, haría mucho más difícil el acceso de las tropas enemigas. Lamentablemente, el 27 de junio, cuando se dio la orden, un gran número de civiles estaban cruzando el puente en su huida.

Corea del Sur pidió ayuda a Estados Unidos para reducir la incursión. Incluso con su enorme apoyo militar, no se pudo impedir el avance de las tropas norcoreanas por todo el país. Menos de un mes después parecía que los norcoreanos vencerían sin más problemas, y que la guerra terminaría pronto con la unificación de todo el país bajo la bandera roja.

Pero el desembarco de Incheon, puerto cercano a Seúl en el oeste del país, dio un vuelco a la guerra de Corea. Fue el 15 de septiembre de 1950, y el giro fue a favor de las tropas surcoreanas, lideradas por EE. UU.

Cuando las tropas de Corea del Sur y americanas tomaron de nuevo Seúl, y después avanzaron hacia la capital del Norte, se pretendía unificar el país bajo el control surcoreano. Corea del Norte pidió ayuda al gigante chino, y este mandó a nada más y nada menos que 600.000 hombres. A partir de ese momento, las batallas se centraron en torno al Paralelo 38.

El armisticio se firmó finalmente el 27 de Julio de 1953. Firmaron los comandantes de las fuerzas de la ONU (Corea del Sur, Estados Unidos y varios países aliados), China y Corea del Norte.

Cartel que indica el lugar donde comenzó la guerra, en 1970. Al fondo, un soldado de la ONU. Foto: ABC.

«Pausa para publicidad»

Pero aun con el acuerdo firmado, la confrontación entre ambos países continuó. La contienda había dejado una herida sin cerrar en el pueblo coreano. El armisticio no es un tratado de paz, no es el fin de la guerra, es una «pausa para la publicidad». Es increíble que hayan pasado 70 años y aún no se haya firmado la paz.

Moon Jae-In, presidente surcoreano, ha alentado en su programa de gobierno con palabras y acciones la firma de un acuerdo de paz que crearía estabilidad en toda la región del este de Asia y ayudaría en la economía de los dos países. Además, facilitaría la reducción en el presupuesto de defensa, que es enorme en los dos países, para dedicarlo a inversiones en otros aspectos, y daría paso a la siguiente fase, en búsqueda de una resolución pacífica del conflicto.

¿Cuáles son las posibilidades de futuro para las dos Coreas? ¿Habrá unificación? Los expertos lo rechazan por imposible. ¿Habrá reconocimiento de los dos estados soberanos? Esto es más probable. ¿Se dará la creación de un Estado único con dos estados semindependientes? Menos posible, pero factible.

En realidad, lo más deseable y probable sería la paz en la península tras la firma del tratado, junto al reconocimiento de Corea del Norte como Estado y la creación de un sistema de colaboración entre ambos países para su mutuo apoyo en materia económica, cultural, tecnológica y científica; además de la estimulación paulatina del comercio y el movimiento de personas entre ambas naciones, lo que conllevaría la reconstrucción del ferrocarril, de las carreteras y de la reactivación de contactos entre personas y empresas.