¿Qué responderías? - Alfa y Omega

Le encanta montar en bicicleta. Desde que le regalaron una va con ella a todas partes. El día que se la dimos preguntó si los Reyes Magos conocían este lugar. La pasada Navidad, estando en otra ciudad, no habían llegado. Pensaba que al salir de Colombia ya no le encontrarían. Es un niño muy observador. Ha cumplido 8 años. Siempre está pendiente de su hermano pequeño. Le gusta sumar y contar en inglés hasta diez. Todavía no sabe leer, pero ya ha aprendido el abecedario. En su país estuvo tiempo sin acudir a la escuela por la dificultad de acceso.

Aquel día no tenía ganas de trabajar. Movía el lápiz por la hoja sin hacer nada. Le animé a que terminara rápido. Su respuesta fue un sencillo: «¿Para qué?». Le contesté con una obviedad: «Para terminar pronto». Pensaba que ahí concluiría la conversación, pero no estaba satisfecho y repitió: «¿Para qué?». «Para que puedas irte a jugar», le respondí. Me miró poco convencido, asintió con la cabeza y siguió con su tarea.

Las personas que se encuentran en proceso de solicitar asilo preguntan en un gran número de ocasiones para qué deben rellenar ese papel, firmar aquel documento, aportar tantas explicaciones que remueven su pasado doloroso… si depués no se escuchará su petición. El último informe de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) denuncia la cantidad de problemas burocráticos con los que se encuentran y que, al mismo tiempo, silencian otras cuestiones como la situación en Ceuta y Melilla, agravada tras la pandemia. En España solo el 5 % de las solicitudes de asilo finalizan con una resolución favorable. En el resto de Europa la media es del 32 %. En los próximos meses se esperan un gran número de denegaciones, ya que desde marzo se han resuelto miles de expedientes. Eso supondrá, para quienes no cuentan con un empleo, volver a una situación de exclusión.

La mayor parte tiene muy claro para qué ha venido. Eso fortalece su esperanza, aun cuando reciben la peor de las noticias: «Tu petición ha sido desestimada». Nosotras seguiremos acompañando en esta búsqueda de sentido. Quizá debamos cambiar la pregunta para descubrir nuevas respuestas. Jesús de Nazaret nos mostró cómo hacerlo.