Esto ha dicho el Concilio - Alfa y Omega

Esto ha dicho el Concilio

Redacción

El obispo debe ser considerado como el gran sacerdote de su grey, de quien deriva y depende en cierto modo la vida en Cristo de sus fieles. Por eso, es necesario que todos concedan gran importancia a la vida litúrgica de la diócesis en torno al obispo, sobre todo en la iglesia catedral, persuadidos de que la principal manifestación de la Iglesia tiene lugar en la participación plena y activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas celebraciones litúrgicas, especialmente en la misma Eucaristía, en una misma oración, junto a un único altar, que el obispo preside rodeado por su presbiterio y sus ministros.

El obispo no puede presidir personalmente a toda la grey en su Iglesia, siempre y en todas partes. Por eso, necesariamente debe constituir comunidades de fieles, entre las que destacan las parroquias, distribuidas localmente bajo un pastor que hace las veces del obispo. Éstas, en cierto modo, representan a la Iglesia visible establecida por todo el mundo. Por tanto, se ha de fomentar teórica y prácticamente entre los fieles y el clero la vida litúrgica parroquial y su relación con el obispo, y hay que trabajar para que florezca el sentido de comunidad parroquial, sobre todo en la celebración común de la misa dominical.

Se recomienda especialmente la participación más perfecta en la misa, recibiendo los fieles, después de la comunión del sacerdote, del mismo sacrificio, el Cuerpo del Señor. Las dos partes de que consta la misa, a saber, la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística, están tan estrechamente unidas entre sí, que constituyen un único acto de culto. Por ello, el sagrado Sínodo exhorta vehementemente a los pastores de almas a que en la catequesis instruyan cuidadosamente a los fieles sobre la participación en toda la misa, sobre todo los domingos y fiestas de precepto.

Constitución Sacrosanctum Concilium, 41-42.55-56