El Pardo - Alfa y Omega

El Pardo

Cristina Tarrero
Foto: María Pazos Carretero

El monte de El Pardo fue un lugar escogido por los reyes españoles como espacio de recreo y descanso. Es una localidad que debemos visitar especialmente ahora que tenemos vacaciones de movilidad reducida. Este pequeño municipio de Madrid se encuentra en el barrio de Fuencarral-El Pardo, y alberga dos palacios, unos restos de una antigua residencia real, un monasterio de capuchinos con una imagen devocional muy interesante, y espacios verdes abundantes.

La primera construcción de la familia real fue una casa encargada por Enrique III para poder reposar durante la caza. Los sucesivos monarcas la modificaron y reformaron hasta el siglo XIX. Pasó de casa a castillo, y de castillo a palacio. Durante la República quedó para uso de los presidentes y las visitas de Estado, y fue militarizado en la guerra civil. Más tarde se convirtió en la residencia del general Franco, y en la actualidad es un edificio gestionado por Patrimonio Nacional que, desde el año 1983, es residencia de jefes de Estado extranjeros durante su visita oficial a España.

En este mismo monte se construyó en el siglo XVII la famosa torre de la Parada, un pequeño pabellón de recreo decorado por Rubens. Su nombre nos refiere su utilidad: allí el rey paraba durante los periodos de caza; quedó totalmente derruida y solo la podemos descubrir a través de los lienzos de los pintores de corte del siglo XVII.

También se localiza el palacio más conocido de España, el Palacio de la Zarzuela, ubicado en un espacio verde donde abundaban las zarzas. El terreno fue inicialmente adquirido por el cardenal Infante, pero pasó a manos de su hermano Felipe IV, que mandó edificar un palacio. Ya en el siglo XVIII Carlos IV lo adecuó a sus gustos y lo utilizó para acoger pequeñas representaciones liricas que dieron lugar a la llamada zarzuela. A mediados del siglo XX, fue reconstruido para el príncipe don Juan Carlos, y desde entonces es residencia de la familia real española.

Finalmente, en este mismo paraje, se encuentra el convento de Nuestra Señora de los Ángeles (conocido popularmente como convento del Cristo de El Pardo). Construido por orden de Felipe III y reconstruido tras los desastres de la invasión napoleónica y guerra civil, alberga en una urna realizada por Félix Granda un excepcional Cristo yacente de Gregorio Fernández.