«El Ave María une a cristianos y musulmanes» - Alfa y Omega

«El Ave María une a cristianos y musulmanes»

Famiglia Cristiana

Atardece en el corazón de Milán cuando en la anteiglesia del Domo, bajo la mirada de La Madonnina, la voz del almuédano suena alta mientras entonando las palabras del adhan, la llamada que invita a los fieles musulmanes a la oración cinco veces al día, todos los días.

Ahora queda por hacer la invocación del almuédano con el canto lírico mezclada con las voces árabes que repiten la oración cristiana Ave María según la versión de Caccini. Por primera vez en el Domo resuena, fuerte y altisonante el canto del adhan. Fue el 18 de mayo, durante el evento Tutti siete invitati (Todos estáis invitados), la noche de espectáculo, música y reflexión impulsada por el cardenal arzobispo de Milán, Ángelo Scola, y por la diócesis ambrosiana para presentar a la Iglesia en la Expo 2015. Entre los huéspedes de la noche estaba la cantante lírica libanesa Tania Kassis, de 33 años, de confesión greco-católica y comprometida en el diálogo interreligioso, que actúa junto a dos cantantes también libaneses, musulmanes suníes de Trípoli, Maen Zakaria y Mahmoud Al-Massad, a los que conoció en París.

«La llamada a la oración en el islam pertenece a dos tradiciones y dos melodías totalmente distintas, una árabe y oriental, la otra cristiana», explica Tania. «Tomadas una a una, no se podrían conciliar. Sin embargo, entrelazadas en un único cántico conforman una melodía bellísima». Entrelazadas, pero no refundidas. Unidas, pero cada una bien definida y reconocible, porque, subraya la cantante, no se trata de una operación de sincretismo religioso y cultural, sino de un diálogo entre tradiciones y fes, basado en lo que las une y las aproxima.

Kassis es una soprano famosa y muy querida en el Líbano, en todo Oriente Medio y en Francia (país en el que ha vivido muchos años como estudiante en el Conservatorio de París). Su arreglo del Ave María islamo-cristiano le ha granjeado mucha popularidad en todo el mundo, desde Argentina hasta Corea del Sur.

Todo empezó en 2009 en el Líbano, país que simboliza por excelencia el pluralismo confesional, se instituyó por primera vez una fiesta nacional islamo-cristiana. «Como fecha, fue elegido el 25 de marzo, día de la Anunciación del Ángel a María. Un episodio que también menciona el Corán. El nombre de María recorre muchas veces el libro sagrado del Islam. Nuestra Señora es muy respetada por los musulmanes, como madre de Jesús, que para ellos no es el Hijo de Dios, sino un profeta».

De aquí nace la idea del arreglo que conjuga las invocaciones que unen a ambas religiones: «El saludo Ave María está presente en el Corán, en versión árabe. Y las invocaciones del adhan, Dios es grande y no existe otro Dios fuera de Dios, no son ajenas al cristianismo como religión monoteísta». Una oración en forma de cántico edificada sobre lo que una a islam y cristianismo.

En el Líbano, las reacciones al cántico han sido, en su gran mayoría, entusiastas. «Las críticas y perplejidades procedieron, por una parte, de cristianos que viven en municipios donde solo hay comunidades cristianas, sin mezquitas, y que se resisten a la llegada de una presencia islámica; y por otra, de líderes islámicos que llaman la atención sobre el hecho de que el islam prohíbe dar forma musical a los versículos del Corán».

A las críticas de ambas partes, Tania responde que el Ave María islamo-cristiano nace de la vida diaria en una ciudad como Beirut, de la esencia misma de la sociedad libanesa, desde siempre basada en la convivencia entre culturas, en la mezcla de fe y tradiciones: vivir en Beirut significa escuchar las llamadas a la oración que se difunden desde las distintas mezquitas, cada una a su ritmo, sin sincronía. Y, al mismo tiempo, el tañer de las campanas de las iglesias. Una mezcla de sonidos que refleja eso que ha llamado el mestizaje cultural del pueblo libanés.

«En Beirut vivo en el barrio cristiano de Achrafieh», cuenta Tania. «Mi casa está tan cerca de una iglesia como de una mezquita. He estudiado en una escuela laica y no me hacía preguntas sobre si los compañeros eran cristianos o musulmanes. No defino a las personas basándome en su pertenencia religiosa». Y añade: «en el Líbano existe un gran respeto entre ciudadanos cristianos y musulmanes. Es la política la que usa la religión para dividir. En mi país, mi Ave María es una especie de himno nacional. Más allá de un cántico, es un mensaje de paz».

Giulia Cerqueti / Famiglia Cristiana
Traducción: J. M. Ballester Esquivias