¡Ya estamos aquí! - Alfa y Omega

¡Ya estamos aquí!

Jóvenes de todo el mundo ayudan ya a preparar la Jornada

María Martínez López
De izquierda a derecha: Erika, Olivier y Eva.

Para Eva, Erika y Olivier, la Jornada Mundial de la Juventud ya ha empezado, casi un año antes de que sus compatriotas lleguen a Madrid. Hay otro centenar de jóvenes de distintos países dispuestos a hacer la maleta y presentarse en Madrid para preparar la JMJ como voluntarios, o como becarios del Comité Organizador.

«Acabé mis estudios de empresariales en junio -explica Olivier Richard, francés de 24 años-, y pensé que, igual que nuestros padres tuvieron la oportunidad de servir durante un año a la nación, yo quería dar ese año a la Iglesia. En mi camino de fe, es muy importante la Iglesia que nos la transmite». Con él ha venido también su prometida, Alejandra, con quien se casará en julio. «La condición para venir era que ella encontrara trabajo aquí. Ya estuve un año estudiando con el programa Erasmus, y no queríamos estar más tiempo separados. Yo vivo en un convento, y ella en una residencia».

Olivier ayuda en la preparación de los Días en las Diócesis, mientras Erika Rivera -hondureña de 26 años- y Eva Janosikova -27, eslovaca- comparten piso y trabajo en el Departamento de Comunicación. Ambas hicieron el Máster de Comunicación Institucional de la Pontificia Academia de la Santa Cruz, en Roma. Eva trabajaba en el Centro San Lorenzo, donde suele estar la Cruz de los Jóvenes. «Fue -explica- una experiencia muy fuerte, y siempre pensaba que sería importante participar en una JMJ, ayudar con mis talentos y recibir esa gracia. Llegó la oportunidad y dije al servicio, a la Iglesia y a los jóvenes del mundo».

De los tres, la única que ya ha participado en una JMJ es Erika, que estuvo en las de Toronto y Colonia. «Toronto transformó mi vida. Crecí cristiana, pero nunca había tenido un encuentro tan íntimo y personal con Jesucristo. Me puso en contacto con mi fe, y me ayudó a asumir mi responsabilidad. Quería no sólo volver a participar en una Jornada, sino ayudar». Estando en Roma, surgió esa posibilidad y, aunque se lo pensó, al final vio que todo eran ventajas: «Aún soy joven, hablo el idioma…».

Su trabajo lo describe como «una aventura: llegas a la oficina y te cambian todos los planes del día; tienes que ser flexible. Me encanta, porque está lleno de sorpresas, y humanamente me ayuda a estar al servicio de los demás».

Lo más interesante, para Olivier, es «encontrarse con la Iglesia en España, porque en cada país hay un modo de encontrarse con Dios distinto». Y «también es importante la experiencia espiritual con otros jóvenes. Sin eso, perderíamos el sentido de lo que hacemos».

Erika espera mucho de la JMJ, «sobre todo para Europa», de donde su continente recibió la fe. Y para los jóvenes españoles: «Deseo que tengan un encuentro personal con Jesús y no tengan miedo a decir a la vocación a la que Él nos llame». Eva, por su parte, espera que los jóvenes del resto del mundo reciban mucho del encuentro «con la tradición de la Iglesia española, que creo que tiene algo que decirles».