El Papa, para todos - Alfa y Omega

El Papa, para todos

Para los escritores, para los políticos, para los dirigentes de movimientos eclesiales, para directoras de orquesta, para médicos…, el Papa ha venido para tocar el corazón de todos. Cada uno, desde su perspectiva, tiene un análisis único del mensaje del Santo Padre. Pero una idea se repite en todos: es esperanza para los católicos de España. Porque tenemos un papel muy importante en la historia pasada, presente y futura de nuestro país

Cristina Sánchez Aguilar
El Papa Benedicto XVI, desde el papamovil, bendiciendo a los fieles, por las calles de Barcelona, el 7 de noviembre de 2010. Foto: AFP Photo / Lluis Gene

Testimonios recogidos por Cristina Sánchez y Begoña Costillo

Mercedes Salisachs
Escritora

El Santo Padre es un digno sucesor de Juan Pablo II. Es increíble que, a su edad, haya sido capaz de afrontar, con la sonrisa constante, el inmenso cansancio que ha supuesto para él su Viaje a España. Además, me admira su valentía al comparar el horror de los años 30, en plena República, con los tics desafortunados de nuestro tiempo: «Que los españoles vivan como una sola familia», ha dicho. Dios quiera que sus ruegos se cumplan.

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Jorge Fernández Díaz
Vicepresidente tercero del Congreso de los Diputados

Este Viaje a Santiago y Barcelona hacen que España sea el país más visitado por Benedicto XVI, exceptuando a Italia. Pone de manifiesto el amor de predilección del Papa por España y, al mismo tiempo, su preocupación por el laicismo radical que se está implantando. Por eso, el hilo conductor de sus intervenciones ha sido la compatibilidad de la fe y la razón, de la cultura y la religión, así como la identidad histórica de España -que no se entiende sin la fe católica-. Su Viaje y su mensaje ha sido un aldabonazo en la conciencia de muchos en nuestro país.

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Lydia Jiménez
Directora de las Cruzadas de Santa María

En las pocas horas pasadas en España, el Papa ha vuelto a insistir en lo esencial. En Santiago, nos ha invitado a la conversión y ha hecho una llamada urgente a la evangelización de Europa, sin miedo a la verdad, única garantía de libertad. En esa evangelización encontraremos la cruz, como la encontramos en todas las encrucijadas de los caminos que llegan a Santiago.

La consagración de la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona ha llevado a proclamar al Papa que donde está la verdad debe nacer la belleza. Belleza que se manifiesta no sólo en el arte, sino también en la liturgia. Las ceremonias litúrgicas han sido todas de una belleza sobrecogedora, y el tema de la familia, el gran tema de hoy, y la defensa de la vida no podían faltar.

Me ha impresionado el esfuerzo, la clarividencia y valentía del Santo Padre por iluminar con su magisterio los grandes desafíos planteados hoy a la Iglesia y a la sociedad en general.

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Íñigo de Oriol
Presidente de la Fundación Madrid Vivo

En primer lugar, quiero agradecer al Santo Padre su Visita y los mensajes que ha dado, que son de gran calado moral y con importantes diagnósticos sobre la situación de España y Europa. Por un lado, ha sido un peregrinaje a Santiago en el que ha destacado la unidad necesaria en estos momentos. Luego, en la Sagrada Familia, ha hecho hincapié en la familia y ha dicho que la vida que genera es lo importante; y que donde existe amor y felicidad, nace y perdura la libertad.

Ha sido un Viaje importantísimo para dar ánimos a España y ha anunciado que, en unos meses, vendrá a ver a los jóvenes. El Papa nos ha animado a mantenernos unidos; y terminaría destacando lo que dijo el rey: «El cristianismo es clave para entender España».

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José Manuel Otero Novas
Abogado del Estado y ex-ministro

Cientos de miles de españoles rodearon a Benedicto XVI en las calles e iglesias de Compostela y Barcelona; millones le hemos acompañado, siguiendo sus palabras por los medios. Recibimos sus invitaciones para rezar con él, unir razón y fe, proclamar colectiva y públicamente los valores en los que creemos y, ante la ofensiva laicista desatada, poner la lámpara encima del candelero. Lástima que los del nacional-catolicismo, desde Constantino, sigan empeñados en subordinar e instrumentalizar la doctrina cristiana para sus peculiares intereses políticos.

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Manuel Pizarro
Ex-diputado del PP en el Congreso

Benedicto XVI ha retomado el Viaje de Juan Pablo II a Santiago con su frase: Europa, sé tu misma. De alguna forma, el Santo Padre nos ha traído lo mismo: una Europa sin raíz cristiana no se reconoce a sí misma. La segunda idea que nos ha dejado el Pontífice es la de la libertad y la verdad: La verdad os hará libres, con las derivaciones de caridad, como refleja la encíclica Deus caritas est. La tercera, la idea de la familia, central en la vida cristiana.

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Jaime Mayor Oreja
Eurodiputado

El Papa ha dicho lo que tenía que decir, y creo que es la confirmación de que tenemos un extraordinario Papa, que entiende perfectamente el mundo y el momento que estamos viviendo. El diagnóstico, las palabras, los gestos…, todo ello, confirma un liderazgo en el mundo que, en mi opinión, hoy no tiene parangón.

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José Gabaldón
Presidente de honor del Foro de la Familia y ex-vicepresidente del Tribunal Supremo

El Papa ha llegado como peregrino a Santiago, recordando que el Camino configuró las raíces cristianas de Europa; pero ha llegado también como Pontífice y pastor de la Iglesia, para confirmar en la fe a los miembros de la Iglesia católica. Una vez más, se ha mostrado sensible a la situación de crisis que afecta a la sociedad española y ha insistido en abandonar la visión relativista de una libertad sin anclaje en la verdad y abocada a la corrupción de la democracia, si sigue por ese camino. Por eso, ha afirmado de nuevo la intrínseca dignidad del ser humano y los valores fundamentales en el orden natural: el valor de la vida y las instituciones alrededor de ella, el matrimonio y la familia.

También ha venido como padre, para dar un nuevo vigor a la realidad de la fe y al ejercicio de la libre expresión y de la fe religiosa, cosas que a los españoles no les van a extrañar, porque forman parte del mandato constitucional de libertad religiosa y de culto, y de relaciones de cooperación de los poderes con la Iglesia católica.

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Juan Velarde
Catedrático de Economía en la USP-CEU

La Visita de Benedicto XVI nos ha hecho meditar sobre un serio problema de los actuales países ricos, vinculado a la cuestión de los valores, porque nuestra sociedad se ha deslizado hacia aquello que Baruch Spinoza, en su Tratado de la reforma del entendimiento, expresaba así: «Lo que los hombres consideran como el sumo bien se reduce a estas tres cosas: la riqueza, el honor y el placer». Es fundamental comprender que, cuando es eso lo que por encima de todo se busca, se origina pobreza, amargura y ruptura social. Los mensajes del Papa Benedicto XVI lo ponen de relieve con claridad. Con ellos, debe ser abanderado otro mensaje, el que surge de las filas de la socialdemocracia al tener que abandonar, en medio de una ruina evidente, sus viejos planteamientos que pretendían enlazar un cierto heredomarxismo con un keynesianismo vulgar, que son los que se encuentran en las raíces de nuestra actual crisis económica.

Este nuevo mensaje es el de la búsqueda de lo señalado por Spinoza. Se hace a través del ataque a la familia tradicional, a la defensa del aborto, a la búsqueda de alianzas con otras civilizaciones ajenas, prácticamente en todo, a la grecojudaico cristiana, y, por supuesto, la propaganda del agnosticismo y del ateísmo, así como un laicismo beligerante, que añora incluso aquel ambiente de la Segunda República que acabó por generar lo que generó.

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Luis Suárez
Historiador

La importancia de la Visita del Papa está en dos aspectos: el primero, que se ha demostrado claramente que el Romano Pontífice es hoy la figura máxima con la que el mundo cuenta, sobre todo, a la hora de plantear las doctrinas de orden moral. Esto no es nuevo, porque el pontificado lleva más de un siglo trabajando en este camino.

El segundo aspecto es que, para Benedicto XVI, ha sido el comienzo de la nueva evangelización y él da una enorme importancia al papel de España, porque siempre fue así. La Iglesia debe mucho a España y España debe mucho a la Iglesia.

Habría también que destacar la frialdad esquiva de los políticos: han hecho lo mínimo indispensable para que no parezca que ellos están en contra, pero que un Presidente invente un viaje al otro lado del mundo justo cuando viene el Papa es inconcebible. Ojala no olvidemos el mensaje que el Papa nos ha dejado -las raíces de Europa y el poder de la familia-, y seamos capaces de construir un mundo mejor.

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Teófilo González Vila
Doctor en filosofía

Han pretendido algunos montar algún escándalo callejero contra el Papa. Pero ningún escándalo superará al del mensaje del humilde testigo de Cristo, de la Palabra, del Dios humildemente encarnado, Niño Dios, muerto y resucitado, Camino, Verdad, Vida y Belleza. Los humildes entienden ese escándalo, con razón y fe, unen respeto democrático con confesión abierta y van de corazón a corazón, se gozan, dan gracias, sonríen, sanan, esperan, aman, aman, aman…

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Florentino Portero
Analista internacional

Benedicto XVI, teólogo alemán y obispo de Roma, ha visitado España y nos ha dejado unas preguntas tan sencillas como trascendentes: ¿pervivirán los valores tradicionales europeos si damos la espalda al cristianismo, su origen y fundamento? ¿Puede la razón sola crear una sociedad más justa y libre sin aquellos valores? ¿Es posible desarrollar una nueva cultura sobre los frágiles cimientos del relativismo? ¿Es viable una sociedad que da la espalda a la familia? Europa se agota en su renuncia a sí misma.

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Benigno Blanco
Presidente del Foro Español de la Familia

El Papa, como es habitual en él, ha aprovechado para iluminar la conciencia de los españoles sobre temas esenciales del momento cultural de nuestro país. Ha reivindicado el compromiso de la libertad con la verdad, y concretamente el valor de la familia y la maternidad. Sólo con que España hiciese caso en estas tres cosas, mejoraría el clima moral de nuestra sociedad de manera espectacular.

Por otra parte, el carácter y presencia sonriente del Papa puede ayudar a muchas personas a superar los tópicos del pseudoprogresismo laicista sobre la Iglesia y su papel en una sociedad democrática, pues todo el mundo ha podido ver que el Papa propone con una sonrisa sus razones y no impone nada a nadie.

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José Antonio Durán y Lleida
Diputado y portavoz de CIU

Benedicto XVI ha insistido en la necesidad de defender la vida y proteger la familia y sus valores inherentes. Asimismo, desde Cataluña agradecemos el uso de la lengua catalana por parte del Pontífice, en señal de reconocimiento a nuestra personalidad milenaria, y también el realce que su presencia ha otorgado a la dedicación de la Sagrada Familia, una obra que constituye un auténtico patrimonio de la Humanidad y el ejemplo del tesón y de la perseverancia de todo un pueblo.

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Víctor Manuel Arbeloa
Ex presidente del Parlamento navarro

Gran acierto unir Santiago de Compostela -la tradición católica europea- con Barcelona -la secularización europea, a veces anticatólica- en la peregrinación evangelizadora del Papa. Buen conocedor del ateísmo moderno, su discurso fundamental ha sido que el Dios creador no es antagonista del hombre libre, y menos del que busca la belleza. El acto más evangélico, vivo y popular, su visita al Niño Dios.

El histórico antieclesialismo español ha sido tan zafio como hace siglos. Y contra lo que han escrito varios diarios, poco profesionales, el Papa no ha cargado ni arremetido contra nadie ni contra nada. Ha cantado, proclamado, confirmado, serenamente, los bienes y valores de la vida y la familia, sobre todo en el templo de la Sagrada Familia. ¿No lo esperaban?

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Luis María Ansón
Miembro de la Real Academia Española

Benedicto XVI se ha visto rodeado por el amor del pueblo español, tanto en Galicia como en Cataluña, y por la admiración del sector más cualificado de la intelectualidad de nuestra nación. Carece de las cualidades de comunicación que tuvo Juan Pablo II, pero su imagen de seriedad, de responsabilidad, de coherencia, me parece extraordinaria.

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Dalmacio Negro
Catedrático de Ciencia Política en la USP-CEU

Santiago es el Patrono de España, conforme a su tradición católica, como una nación histórica (o cultural); condición que perdió el Apóstol durante la transición política. Barcelona, abandonando su tradición histórica y/o cultural, ha llegado, en cambio, a ser la capital del nihilismo laicista español: en Cataluña prospera el nacionalismo frente al universalismo católico, siendo ya una de las regiones más descristianizadas de Europa, por lo que no es de extrañar la relativa frialdad popular ante la Visita del Papa. El sistema construido en la transición pretende apoyar confusamente su legitimidad en la Segunda República; pero la legitimidad de un orden político depende de su adecuación o respeto a la tradición religiosa de la nación, y el Papa ha sido muy claro al respecto.

La familia pertenece al orden natural de las cosas, y, políticamente, es la última barrera frente a la tiranía. El Papa ha puesto de relieve la ingeniería cultural que utiliza el sistema para destruir la familia. En conjunto, también ha quedado claro que el nihilismo laicista es el instrumento cultural de la clase dirigente para conseguir la servidumbre voluntaria del pueblo.

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César Alonso de los Ríos
Periodista

España es la niña de los ojos del Papa. Porque de todos los países europeos, es el caso más claro y más grave del proceso de secularización que estamos viviendo, el reino del relativismo moral, la vuelta al anticlericalismo y al laicismo que padecimos en el primer tercio del siglo pasado, nosotros que nos habíamos distinguido por hacer del catolicismo la causa nacional y haber sido la cuna de Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

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Alfonso del Corral
Jefe de los Servicios Médicos del Real Madrid

Todos los españoles tenemos que estar muy agradecidos por la Visita del Santo Padre, primero porque es un Jefe de Estado, y por tanto su Visita supone, en un momento de tantas dificultades, una inyección de reconocimiento. Naturalmente, está el aspecto de líder de una confesión religiosa de más de 1.500 millones de personas. En este sentido, el agradecimiento tiene que ser mucho mayor. En este momento de problemas y desesperanza en España, su presencia es una inyección de esperanza. Su mensaje, una vez más, es realista, y además de no lavarse las manos, toca una serie de temas que la mayoría de las personas de cualquier ideología observa: la pérdida de valores en nuestro país. Aquí hay que unirse frente a la reconstrucción de una serie de valores, porque nos jugamos el futuro de nuestro país y de nuestra juventud.

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Ignacio Arsuaga
Presidente de HazteOír

Benedicto XVI confirmó en el avión de venida cuál era su propósito en la Visita a España. En un país con unas profundas raíces cristianas, que ha conocido algunos de los grandes santos de la historia de la Iglesia, los paladines del laicismo extremo atacan con inusitada virulencia a los creyentes. El Santo Padre ha vuelto a pedir que sustituyamos ese enfrentamiento entre laicistas y cristianos por un diálogo entre fe y razón. Sólo así podremos construir entre todos un futuro común verdaderamente humano. Dios no es el enemigo del futuro de la Humanidad. Todo lo contrario, Jesucristo es la roca sobre la que la sociedad española puede fundamentar su verdadero progreso.

El Santo Padre ha alzado la voz, con toda claridad, a favor de la familia natural, fundada en el matrimonio, y a favor del derecho a vivir de todos los seres humanos, en particular de los que están por nacer.

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Myriam García Abrisqueta
Presidenta de Manos Unidas

Manos Unidas expresa su gran satisfacción por la presencia del Papa en España. Como organización de la Iglesia católica para el desarrollo, agradecemos al Papa su infatigable entrega y esa última palabra de la Iglesia sobre el desarrollo: la encíclica Caritas in veritate, que nos ilustra sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad, y que es guía de la misión de Manos Unidas. Entre todas las expresiones de la Iglesia, de vitalidad y compromiso por la justicia, somos, en palabras del Papa, «un corazón que ve y actúa en consecuencia».

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Ignacio Camuñas
Presidente del Foro de la Sociedad Civil

Las reiteradas Visitas del Papa a España significan la extraordinaria importancia que para la Iglesia tiene nuestro país. España, a mi modo de ver, constituye un punto de referencia de gran trascendencia para la Iglesia católica a nivel universal, fundamentalmente por nuestra proyección en el continente iberoamericano. Los católicos españoles debemos ser conscientes de ello para saber valorar la responsabilidad que, como hijos de la Iglesia, tenemos.

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José Javier Esparza
Periodista y escritor

La Visita del Papa ha sido extremadamente positiva para los católicos españoles, porque, en unos momentos que no son fáciles, ha venido para dar calor. Nos ha recordado algunas cosas fundamentales, que para los católicos son innegociables, como la protección de la familia y el derecho a la vida. Por último, ha sido muy importante para un Gobierno empeñado en sacudir a los españoles con un yugo sectario, y que ha terminado por aislarse por entero de la realidad: al final, esta Visita ha servido para hacerle ver que el mundo es más grande que el palacio de la Moncloa.

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María San Gil
Ex-presidenta del PP del País Vasco

La Visita de Benedicto XVI a España ha sido un auténtico revulsivo. Frente a los discursos vacíos y superficiales que abundan en nuestro país, reconforta escuchar un mensaje profundo y, a la vez, nítido, que nos recuerda los valores cristianos, nos reaviva la fe y nos llena de esperanza. Frente al relativismo moral que impregna la vida española, el mensaje del Papa, centrado en Cristo, se convierte en un referente imprescindible y en una guía moral para los católicos.

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Rafael Navarro Valls
Catedrático de la Universidad Complutense

El Papa está llevando a cabo una labor titánica, de inmenso valor: renovar culturalmente el Viejo Continente. Despertar en tantos países esa minoría creativa, que sirva de palanca para el cambio antropológico de toda una civilización. En España también lo ha hecho. Ha confirmado que la religión no es un problema que los legisladores deban solucionar, sino más bien una positiva inyección de valores en el núcleo mismo del quehacer social.

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José Luis Requero
Vocal del Consejo General del Poder Judicial

Toda Visita de un Papa deja huella. El mero hecho de venir ya es un mensaje, y sus palabras no tienen por qué ser innovadoras: al fin y al cabo, la Iglesia viene diciendo lo mismo desde hace veinte siglos. Lo novedoso es lo que diga en un concreto momento y lugar. El mensaje de estos días ha sido claro. Estamos llamados a recristianizar España, es nuestra responsabilidad en esta hora; luego, es tarea de todos que sus palabras no caigan en saco roto, porque un Papa no viaja ni habla en balde. Cada uno tendrá que pensar cómo las aplica, cómo las pone en práctica. Es la voluntad de Dios.

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Gabriel Albiac
Filósofo

El debate en torno al concepto de laicidad es el único relevante de la Europa contemporánea. Cae por su lógica que ése deba ser el núcleo de las intervenciones del Papa. Tras el encuentro en París, hace cuatro años, con el Presidente de la República de más vieja tradición laica del continente, los términos del debate parecían clarificados: Iglesia y Estado se felicitaban del mutuo beneficio que la separación clara, aportada por la laicidad, les proporcionaba a ambos. En España, los términos retornan al anacronismo conflictivo. Porque es cierto que algo en el ambiente en que vivimos habla el lenguaje arqueológico del anticlericalismo de hace un siglo. Y es verdad que el eco de los años 30 puebla nuestras pesadillas.

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Arancha Quiroga
Presidenta del Parlamento Vasco

Benedicto XVI ha demostrado ser cercano y profundo conocedor de los serios problemas morales que aquejan a la sociedad en general y a la española en particular. La defensa inequívoca que ha hecho de la familia, el a la vida y el No rotundo al aborto son mensajes nítidos que esta sociedad tan materialista necesita escuchar. Su ejemplo nos va a servir de estímulo al conjunto de los católicos españoles. Ha sido una Visita fructífera.

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José Luis Restán
Director Editorial de la Cadena COPE

Creo que el eje de esta Visita ha consistido en despertar el corazón del hombre contemporáneo, en recordarle que todos los bienes de este mundo son signo de Dios, el único que puede satisfacer su sed de sentido, de felicidad y de libertad. Benedicto XVI también ha dicho a la Iglesia que debe acompañar al hombre contemporáneo en ese itinerario de búsqueda, para mostrarle a Cristo como respuesta. Este Viaje nos ha dejado ver de nuevo que la Iglesia, con todas sus debilidades, está viva y presente, especialmente cuando Pedro la congrega y la guía. Ahora toca dejarnos corregir y abrir por el mensaje del Papa. Nadie mejor que él entiende en qué consiste esa nueva evangelización de la que tanto hablamos.

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Inma Shara
Directora de orquesta

Sentir al Santo Padre en España ha sido una llamada de esperanza. Su discurso es la mejor de las sinfonías para el espíritu, y un eterno referente. Lo necesitamos para no caer en el relativismo moral, sobre todo en estos momentos de una sociedad sumamente cuantitativa y nada cualitativa, basada en el placer inmediato, en modelos de felicidad erróneos. Su mensaje de paz y sosiego es el catalizador más puro de la acción humana para crear un futuro más amable.

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Mercedes Aroz
Ex-senadora socialista

Una Visita muy relevante en su dimensión espiritual y social. El Papa ha dejado reflexiones de interés para toda la sociedad sobre los retos que plantea la posmodernidad, en relación a la verdad del ser humano y sus valores esenciales, al concepto de libertad unido al de la verdad, y sobre el necesario diálogo entre fe y laicidad. Para los católicos ha sido un aliento para la renovación de la fe y un nuevo impulso de las cuestiones esenciales de la propuesta cristiana.