Amigo de los amigos de Dios - Alfa y Omega

Amigo de los amigos de Dios

A veces las aguas se abren al paso vacilante de un anciano que encuentra su fuerza en Dios, un hombre que encuentra en Él el vigor para guiar a todo un pueblo en medio de las dificultades. Así se ha mostrado Benedicto XVI a todos los españoles: su humildad, su ejemplo y sus palabras no dejan a nadie indiferente. Los arzobispos españoles hacen balance de su Visita

Cristina Sánchez Aguilar
Obispos españoles participando en la eucaristía celebrada en la Plaza del Obradoiro, de Santiago de Compostela, presidida por el Papa Benedicto XVI, el 6 de noviembre de 2010. Foto: Efe / Lavandeira jr.

Monseñor Jaime Pujol Balcells. Arzobispo de Tarragona

Este segundo Viaje apostólico del Papa a nuestra tierra dejará una profunda huella. Llega ahora el momento de meditar sus palabras y fijarnos en sus gestos. Palabras claras del Santo Padre sobre nuestras raíces cristianas, que deben ser alimentadas para que los frutos esperados de la nueva evangelización revitalicen a una sociedad que parece haber perdido el norte y fundamento de su ser y vivir: a Dios.

* * * * * * *

Cardenal Ricardo María Carles. Arzobispo emérito de Barcelona

La opinión pública está a favor de Dios: el pueblo tiene un sentir y un latir cristiano. Sin embargo, la opinión publicada -la televisión y la prensa- está en contra. Dan por supuesto que el pueblo cristiano no tiene fe, y yo digo que sí la tiene. Lo hemos visto en la gran masa, en la reacción espontánea de los fieles. Hay una base de fe que está ahí y que el Papa resalta y levanta.

Se decía que el Papa iba a gozar de la belleza que conduce a Dios en su visita a la basílica de la Sagrada Familia. En este lugar, también se ve que Dios conduce a la belleza. Gaudí pensaba que, de este modo, se acercaría a los no creyentes: los que no crean vendrán aquí y darán gloria a Dios.

* * * * * * *

Monseñor Fernando Sebastián Aguilar. Arzobispo emérito de Pamplona

El Papa sabía muy bien dónde venía, y lo ha hecho humildemente, como un peregrino, pero también con una clara conciencia de su responsabilidad de padre de nuestra Iglesia. Sus intervenciones han sido profundamente acertadas y evangelizadoras, haciéndose cargo de los riesgos que está corriendo la fe de muchos católicos españoles.

A los españoles nos ha recomendado la vuelta a las fuentes, al patrimonio de los santos, para poder dar un testimonio valiente y coherente de nuestra fe. Lo más importante que podemos ofrecer a la sociedad es el testimonio de que Dios existe, que no es antagonista, sino amigo, del hombre. También hemos visto al Santo Padre más sensible en esa visita al centro benéfico del Niño Dios, donde se puso de manifiesto el sincero y sentido recuerdo permanente a los más débiles y necesitados, como hijos predilectos de Dios y de la Iglesia.

* * * * * * *

Monseñor Ricardo Blázquez Pérez. Arzobispo de Valladolid

Resumiría en cuatro palabras la presencia del Papa: amor, memoria, preocupación y esperanza. Amor, porque nos ha visitado el pastor de la Iglesia universal y nos ha visitado con amor de padre, con gran respeto y una cercanía profunda a nuestro pueblo y nuestro pasado. Memoria, porque nos ha recordado nuestra historia, que durante los siglos ha sido brillantísima y de gran irradiación, poniendo de relieve las obras de caridad, que ha señalado con gratitud. También nos ha visitado con preocupación: no estamos en los mejores momentos; necesitamos acoger con serenidad y paz el mensaje de alguien que nos quiere mucho, que estima nuestro pasado y sufre con las dificultades de nuestro presente. Pero también ha mostrado esperanza: no podemos quedarnos como encerrados en la inquietud y el malestar, no echemos acusaciones a derecha e izquierda. Afrontemos los desafíos del presente con esperanza.

* * * * * * *

Monseñor Francisco Gil Hellín. Arzobispo de Burgos

Resumiría la Visita en tres palabras: gozo, estímulo y confianza. Gozo, por pertenecer a una Iglesia que proclama con plena convicción que Dios y el hombre, la razón y la fe, no sólo no son antagónicos, sino que se llevan como un matrimonio muy unido. Estímulo, para proseguir con paso ligero el camino de la nueva evangelización de España. Confianza, al comprobar la íntima comunión que he visto entre todos los obispos españoles y el Papa, garantía de que vamos en la barca de Pedro y que Cristo está con nosotros para darnos la oportunidad de una nueva pesca milagrosa.

* * * * * * *

Monseñor Javier Martínez Fernández. Arzobispo de Granada

La presencia del Papa es siempre una gracia extraordinaria, porque su persona es la garantía de la permanencia en la Historia de la promesa fiel de Jesucristo: Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Sólo este hecho explica su poder de convocatoria, su capacidad de generar cohesión entre hombres y mujeres de diferentes edades, clases sociales, culturas, sensibilidades…: ése es el significado de su persona, el que ha hecho de estos días preciosos una gracia extraordinaria.

Junto al Papa, la realidad de la Iglesia como Cuerpo de Cristo se hace visible: nos volvemos a descubrir como un cuerpo, como un sujeto social, capaz de expresarse en toda la riquísima variedad de realidades que lo componen. Y eso, especialmente en este tiempo, es también una gran gracia.

* * * * * * *

Monseñor Santiago García Aracil. Arzobispo de Mérida-Badajoz

He podido estar muy cerca de un Papa que no sorprende, sino que gana con la inteligencia y el corazón de quien le contempla y le escucha. La palabra de este Papa es voz que sale del corazón como centro donde se funden el saber y la sabiduría de Dios. Por eso, cuando habla y escribe, evangeliza; y, cuando se acerca a las gentes, se convierte en la voz de la conciencia que llega con el vigor de la razón y con la fuerza invencible de la fe.

Benedicto XVI es hombre de Dios, pastor bueno, y maestro de la Verdad, que orienta al hombre para que vea en Jesucristo la grandeza de su vocación: ser luz del mundo y sal de la tierra en una sociedad que danza en la oscuridad y busca locamente el auténtico sabor de la Vida.

* * * * * * *

Monseñor Antonio Montero Moreno. Arzobispo emérito de Mérida-Badajoz

Los viajes papales a Santiago y Barcelona, como peregrino a la tumba del Apóstol y consagrando el templo de la Sagrada Familia, han tenido lugar en un momento clave de su pontificado -Visita al Reino Unido, Sínodo de Oriente Medio y nuevo Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización- y de nuestro país -tremenda crisis financiera y social, y ante todo moral-. Sus enseñanzas sobre Dios, Cristo, la Iglesia y el hombre; sobre la verdad, la libertad, la solidaridad y la trascendencia, han de empujar y sostener en nuestra Iglesia y sociedad un cambio histórico sin demoras.

* * * * * * *

Monseñor Jesús Sanz Montes. Arzobispo de Oviedo

En la encrucijada de caminos en los que los hombres y mujeres nos encontramos, Dios tiene que ver con cada uno de nosotros. Él se ha hecho caminante también para salir a nuestro encuentro. Por eso, el Papa quiso decir alto en el Obradoiro que Dios no es un intruso, ni enemigo del hombre, de su felicidad y su libertad. Por el contrario, Dios se nos ha revelado amigo y familiar, como ha reflejado el talento creyente del arquitecto Antonio Gaudí, como un canto a la belleza de Dios que se ha hecho historia salvadora. Somos familia de Dios, imagen bondadosa suya reflejada en el amor y fidelidad de un hombre y una mujer abiertos a la vida.

* * * * * * *

Monseñor Francisco Pérez González. Arzobispo de Pamplona

El Viaje del Papa Benedicto XVI supone un momento de gracia para toda España, en estos momentos que necesitamos valorar el mensaje del Evangelio ante tantos fracasos que sufre el ser humano. Sus palabras han reflejado, como si de una medicina se tratara, que hoy son necesarios testigos del amor a Jesucristo, puesto que la sociedad está sedienta de salud espiritual. Sólo desde el Evangelio se puede favorecer al hombre de hoy necesitado de paz, de amor, de justicia y de humanidad.

* * * * * * *

Cardenal Carlos Amigo Vallejo. Arzobispo emérito de Sevilla

Benedicto XVI nos ha dejado, como inolvidable recuerdo de su Visita pastoral, el verdadero sentido de la presencia de la Iglesia en este mundo, siempre peregrinando entre las fuentes de la fe, que está en la doctrina que nos transmitieron los apóstoles, y el templo vivo de Dios, que es la Iglesia. Nuestra Iglesia tiene un buen guía y un sabio consejero: el sucesor de Pedro, testigo de la fe, maestro de la palabra, conocedor de las realidades de este mundo y ejemplo de apertura al diálogo entre la fe y la razón, el Evangelio y la cultura, la belleza del humano y la trascendencia de Dios.

* * * * * * *

Monseñor Braulio Rodríguez Plaza. Arzobispo Primado de Toledo

Un Año Santo que tenga como peregrino al Papa aumenta y dignifica el Camino de Santiago. Ha sido también un día de gozo también en Barcelona, donde vimos cómo la fe genera belleza. El Santo Padre aludió a algo fundamental: Dios es necesario, Europa necesita de Dios, la gente necesita a Dios. Dios no coarta, abre caminos; Dios no cierra, Dios da paz. El Papa ha hablado con mucha verdad y claridad; han sido dos días para que aquellos hombres de buena voluntad hayan podido gozar de lo que significa para el ser humano y en el mundo la fe cristiana.

* * * * * * *

Monseñor Carlos Osoro Sierra. Arzobispo de Valencia

La Visita del Santo Padre es un testimonio impresionante de claridad y de un cariño grande hacia España. Respecto a las manifestaciones que ha hecho por el encuentro entre fe y cultura, nunca ha tenido posiciones de enfrentamiento, sino que ha buscado la fraternidad y comunión. Prueba de ello han sido los gestos de estos días: nos ha dicho que la Iglesia en España es una Iglesia viva, que se revitaliza siempre, que percibe las cosas que dice el Papa de manera singular, las escucha y sale de sí misma. Su mirada especial nos da afecto, ánimo, esperanza, ilusión y capacidad de entrega.

* * * * * * *

Monseñor José Delicado Baeza. Arzobispo emérito de Valladolid

El Papa Benedicto XVI es un peregrino que da testimonio de Cristo resucitado y nos recuerda que la Iglesia avanza en la Historia por un camino que discurre entre dos orillas: humildad, pobreza evangélica y la caridad de Cristo muerto y resucitado que aviva en medio del pueblo de Dios el diálogo del amor fraterno y de la alentadora esperanza. La consagración de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona ha sido un signo patente del valor de la familia cristiana y de todas las fases de la vida humana, desde su concepción hasta su final natural.

* * * * * * *

Monseñor Manuel Ureña Pastor. Arzobispo de Zaragoza

En esta Visita, el Papa nos ha dicho que sin Dios, sin el Dios verdadero de Nuestro Señor Jesucristo, muere el hombre. Y nos ha dicho que Dios, contrariamente a lo que a diario se nos dice, no ha muerto, sino que está vivo, y bien vivo; y que podemos llegar a Él por la razón y, plenamente, por medio de la fe; y que, si negamos a Dios, es por culpa nuestra, porque no nos sacudimos de nuestras mentes y de nuestros corazones la tiniebla laicista que nos envuelve y que, eviscerando al hombre, deja a éste en el puro esqueleto, pues roba el alma y el corazón. Si el laicismo tuviera razón, no existiría en Barcelona la Sagrada Familia, ese maravilloso templo, fruto de la fe hecha cultura, de la fe madura de Gaudí.

* * * * * * *

Monseñor Juan del Río Martín. Arzobispo castrense de España

El fin de semana pasada, el Pórtico de la Gloria y la Sagrada Familia de Gaudí han sido los grandes signos de cómo la fe en Cristo no es una carga para la sociedad, sino que la humaniza mediante la cultura del amor que nace del Evangelio. Ésta ha sido la Visita del peregrino de Dios, Benedicto XVI.