José Andrés, en primera línea «porque el hambre no espera» - Alfa y Omega

José Andrés, en primera línea «porque el hambre no espera»

Diez millones de comidas calientes para familias y personas necesitadas desde que se inició la crisis económica provocada por el COVID-19: son los números de World Central Kitchen, la ONG del cocinero español José Andrés, uno de nuestros chefs más internacionales

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El chef José Andrés antes de repartir comida a los bomberos y a los sin techo en Washington (Estados Unidos) en marzo. Foto: EFE/EPA/Erik S. Lesser

A día de hoy, World Central Kitchen (WCK), la ONG que el cocinero español José Andrés creó hace diez años para afrontar las emergencias alimentarias en todo el mundo, reparte en 15 países 300.000 comidas al día, ayudando no solo a saciar el hambre de miles de personas, sino también dando soporte para la supervivencia económica de 1.600 restaurantes.

Todo nació cuando José Andrés (Mieres, 1969), con dos estrellas Michelín en su haber, visitó Haití tras el terremoto que devastó el país en 2010 y observó que hay un daño común a todos los desastres naturales: el hambre.

«En aquel momento pensamos que no existía una organización que diera respuesta de manera inmediata y exclusiva a la urgencia de tener encima de la mesa un plato de comida caliente», explica el CEO de World Central Kitchen en España, Javier García. «La mayoría de las organizaciones tardan un tiempo en llegar y en mover sus equipos y su gente, pero el hambre no espera. El que tiene hambre tiene hambre hoy, no mañana, y eso necesita una respuesta inmediata».

Desde entonces WCK ha aterrizado en diferentes desastres naturales y en otros provocados por el hombre, desde la frontera con México hasta las playas de Indonesia, pasando por el huracán de las Bahamas o las calles de las principales ciudades de Venezuela.

La pandemia provocada por el coronavirus ha sido un desafío «completamente distinto» a cualquiera en el que habían operado hasta ahora. El objetivo desde el principio ha sido «trabajar con creatividad», y por eso se han coordinado con diferentes actores: Correos, Uber, empresas de comida a domicilio…, y hasta el cuerpo de bomberos. «Nosotros somos más software que hardware, y eso nos permite ganar agilidad. Para conectar con el terreno recurrimos a las comunidades locales: voluntarios, chefs nacionales, comunidades de vecinos, iglesias y parroquias, Cruz Roja, bancos de alimentos e incluso personas que han pedido ayuda por Twitter». «Hay muchos que quieren ayudar y que conocen las necesidades sobre el terreno mejor que nosotros», asegura García.

En España, a las 24 horas después de aterrizar ya estaban produciendo comidas en una cocina de Madrid, y ahora hay 16 cocinas haciendo platos calientes que se sirven en 80 ciudades españolas.

«Llevar un plato de comida tiene un valor añadido», atestigua el CEO de WCK en España. «Para alguien que lo está pasando mal, que alguien llame a tu puerta y te ofrezca un plato recién cocinado significa que hay alguien que se preocupa por ti. Es un mensaje muy poderoso».

Detrás de todo este proyecto está la «enorme sensibilidad de José Andrés», asegura su colaborador, para quien el cocinero español es «un líder con una visión que ha sabido transmitir», y con un «compromiso humano» que le hace estar abierto a la realidad. «Solo así ha podido plantearse dejar de cocinar para unos pocos y empezar a cocinar para muchos, sobre todo ahora cuando hay tantas personas en todo el mundo que pasan hambre», concluye.