El Papa nombra a Jesús Fernández nuevo obispo de Astorga - Alfa y Omega

El Papa nombra a Jesús Fernández nuevo obispo de Astorga

En las primeras palabras dirigidas a sus diocesanos avanza su plan: «Os convoco a edificar una Iglesia cada día más espiritual y evangélica, unida y sinodal, misericordiosa y misionera; y a transformar este mundo herido por la injusticia y la desigualdad»

Fran Otero
Foto: Archicompostela.

La Santa Sede ha dado a conocer este lunes el nombramiento por parte del Papa Francisco de Jesús Fernández, hasta ahora obispo auxiliar de Santiago de Compostela, como nuevo obispo de Astorga, una diócesis que estaba vacante tras el fallecimiento José Antonio Menéndez, hace poco más de un año.

Natural de Selga de Ordás (León), Fernández había llegado a Santiago de Compostela en 2013 después de toda una vida dedicada a la diócesis de León, donde fue párroco; formador, profesor y rector del Seminario; vicario de Pastoral y de Clero; y vicario general. En la Conferencia Episcopal, preside la Subcomisión de Pastoral Social.

En su primera intervención, tras conocerse el nombramiento, el ya obispo electo de Astorga agradeció al Papa Francisco la confianza y mostró su «profunda comunión con él y con su programa pastoral». Un programa que tiene que ver, dijo, con «una Iglesia más espiritual y evangélica, una Iglesia en salida y hospital de campaña, especialmente en estos tiempos de sufrimiento, desconcierto, soledad y muerte».

Se dirigió también a sus nuevos diocesanos, a los que mostró su cercanía y envió su bendición: «Como nuevo pastor de la grey asturicense, me coloco ya a vuestro lado y os convoco para edificar una Iglesia cada día más espiritual y evangélica, unida y sinodal, misericordiosa y misionera; y a transformar este mundo herido por la injusticia y la desigualdad».

Asimismo, mostró su profundo agradecimiento a toda la Iglesia diocesana de Santiago, donde ha pasado seis años y medio. En especial, al arzobispo Julián Barrio, «que me ha mostrado siempre un respeto exquisito y ha sido para mí ejemplo de conocimiento, entrega y amor a la diócesis», pero también a los sacerdotes, consagrados y laicos. «Puedo decir que me he sentido querido y apoyado por todos», añadió.

Fernández concluyó con un balance de su paso por la capital compostelana, una mirada atrás con muy gratos recuerdos: «Desde el primer momento me sorprendió gratamente vuestra hospitalidad, las iniciativas, sobre todo en el campo de la administración, y la responsabilidad; también vuestro espíritu de familia, vuestra fe y el amor a las tradiciones. He pasado junto a sacerdotes, diáconos, consagrados y laicos momentos inolvidables de retiro, formación, celebración, fiesta… Vivimos juntos un acontecimiento especialmente significativo como fue el sínodo diocesano del que tanto aprendí. Guardo también el recuerdo más grato de las visitas pastorales, de las celebraciones solemnes en la catedral abarrotada de peregrinos y de los ritos sacramentales de la iniciación cristiana, particularmente de adultos».