Así es el «hondo impacto social» del COVID-19, según Cáritas - Alfa y Omega

Así es el «hondo impacto social» del COVID-19, según Cáritas

La pobreza severa se ha incrementado un 30 % entre las familias que acompaña esta institución eclesial hasta un millón de personas. Más de medio millón no tienen ningún ingreso

Redacción
Foto: AFP/César Manso

Es evidente que la crisis desatada por el COVID-19 está teniendo un impacto social y económico en nuestro país muy fuerte. Se puede ver en las colas del hambre que pueblan las parroquias o en el aumento de solicitudes de ayuda que están recibiendo las organizaciones del Tercer Sector. Una situación que ahora confirma Cáritas Española con el estudio La crisis de la COVID-19. El primer impacto en las familias acompañadas por Cáritas.

La investigación, que se ha llevado a cabo a través de 600 entrevistas en otros tantos hogares de las 17 comunidades autónomas que han sido acompañados por Cáritas en el último años, aborda cuestiones como el empleo, la situación económica, la vivienda, la convivencia y los cuidados, la educación y la brecha digital, las redes de apoyo y la solidaridad, y la salud.

A nivel general, el estudio concluye que «esta nueva crisis no está siendo igual para todos y son los más frágiles quienes ven cómo más rápidamente y más intensamente empeoran sus condiciones de vida, o, en la mayoría de los casos, se hunden, al perder el empleo y los exiguos ingresos disponibles».

Empleo

Según Cáritas, si en el conjunto de la sociedad española se ha registrado una subida de 2,5 puntos porcentuales en la tasa de paro entre los meses de febrero y abril, en la población acompañada por Cáritas el aumento ha sido de 20 puntos porcentuales. «Es decir, se registra un incremento ocho veces superior entre la población más vulnerable, con un índice de paro del 73 %, que en la población en general», recoge.

Situación económica en los hogares

El impacto de la crisis en los ingresos de los hogares ha sido de tal envergadura que ha provocado que tres de cada diez hogares no dispongan ahora mismo de ningún ingreso. Aproximadamente, 450.000 personas que residen en hogares acompañados por Cáritas no ingresan ni un solo euro en estos momentos, lo que representa un incremento del 136 %. Las familias con ingresos han visto cómo estos se reducían un 33 % desde el inicio de la crisis.

La dinámica de desaparición o reducción de los ingresos ha incrementado aún más la situación pre-existente de pobreza relativa y pobreza severa. Así, la pobreza severa (menos de 370 euros para una persona y menos de 776 euros para dos adultos y dos menores de edad) se ha incrementado un 30 % y alcanza en estos momentos a 1 millón de personas entre las familias que Cáritas está acompañando.

Esta notable reducción de los ingresos provoca graves consecuencias añadidas en las familias, que se manifiesta en la imposibilidad de llevar una dieta adecuada (50 %) o de comprar medicamentos (20 %).

Vivienda

Desde el inicio de la crisis y del periodo de confinamiento, el espacio donde residimos ha adquirido una importancia vital, lo que nos ha recordado hasta qué punto la vivienda compone el espacio básico de seguridad para cualquier familia.

Esta crisis ha venido a agravar la delicada situación que ya existía y nos sitúa más cerca de una posible emergencia habitacional, ya que más de 700.000 personas acompañadas por Cáritas residen en hogares que no disponen de dinero para pagar la vivienda ni los suministros. De hecho, una de cada cuatro familias (24 %) puede verse obligada en el corto plazo a tener que abandonar su vivienda, ya sea por desahucio o por tener que buscar otra con costes aún más reducidos.

Convivencia y cuidados

La crisis de la COVID-19 y las medidas de confinamiento han dificultado la convivencia y la conciliación de la vida laboral y familiar, lo que ha provocado un aumento de los conflictos en un 19 % y la imposibilidad de compatibilizar el trabajo con el cuidado de hijos, hijas y adolescentes: un 18 % de los hogares con menores de edad acompañados por Cáritas ha tenido que renunciar a un trabajo para hacerse cargo de los niños.

Educación y brecha digital

En uno de cada tres hogares ha bajado el rendimiento escolar. Los estudiantes han tenido dificultades para seguir el ritmo docente desde casa, tanto por carecer de dispositivos electrónicos y/o conexión a internet, como por dificultades personales. Se constata, también, la persistencia de la brecha digital: más de 200.000 personas que residen en el 14 % de los hogares acompañados por Cáritas no cuentan con conexión a internet y cerca de la mitad (46 %) no tiene habilidades para realizar trámites administrativos por esta vía.

Redes de apoyo y solidaridad

El estudio confirma que la crisis ha reforzado los lazos familiares y comunitarios. No obstante, esa intensificación de relaciones no se plasma en efectivas redes de apoyo que puedan brindar ayuda por el desgaste al que están siendo sometidos los hogares; así, por ejemplo, siete de cada diez familias encuestadas no tendrían a quién recurrir en caso de necesitar un préstamo ocasional de dinero.

Salud

La crisis y el confinamiento está teniendo un impacto negativo sobre la salud, especialmente sobre el estado psicoemocional de los hogares. Uno de cada cuatro hogares ha visto como empeoraba el estado físico general de sus miembros y en seis de cada diez la crisis ha provocado un incremento de la ansiedad y/o la dificultad para dormir. En estrecha relación con el estado de salud, a veces como causa y a veces como efecto, se han incrementado los conflictos en el seno del hogar.

Tras analizar todos estos ámbitos, desde Cáritas se aborda las expectativas de futuro de los encuestados, que muestran «más incertidumbre que nunca». «La realidad inestable e insegura en la que se desarrolla la vida cotidiana de muchas de las familias acompañadas por Cáritas, junto con la incertidumbre añadida por la crisis, han provocado que la preocupación y el miedo hayan ganado posiciones de cara al futuro próximo», concluye.