Profesores y padres, preocupados ante la desescalada educativa: «Lo peor está por venir» - Alfa y Omega

Profesores y padres, preocupados ante la desescalada educativa: «Lo peor está por venir»

Asociaciones de padres y de profesores alertan sobre la incertidumbre que presenta el inicio del próximo curso escolar, con dificultades tanto en los centros como en los hogares

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Ignacio Gil.

El Colegio Oficial de Docentes de Madrid ha mostrado su preocupación por el reto que representa la desescalada educativa y la incertidumbre de la vuelta a las clases para el próximo curso. En la nota, reconoce que durante las semanas de confinamiento, «profesores y centros hemos estado a la altura con la ayuda inestimable de los padres, pero el próximo curso se presenta con nuevos retos y dificultades para garantizar el derecho de los niños y jóvenes a la educación», al mismo tiempo que se pone en entredicho «el derecho al trabajo de los padres», ya que especialmente los alumnos de Educación Infantil y Primaria «no van a contar con los padres a su lado por su vuelta al trabajo presencial, tal como lo requiere la economía familiar y nacional».

Durante la pandemia, debido a la formación online recibida en los hogares, «se ha dado por sentado que se podría contar con los confinados miembros de las familias, que por estar obligatoriamente en casa estarían disponibles para asumir la tarea de mediación entre los profesores y sus propios hijos».

Esta situación, aún no resuelta a escasamente dos semanas de terminar el curso escolar, para el Colegio de Docentes arroja sombras sobre el futuro, ya que «aún no ha pasado lo peor». El próximo curso necesitará «nuevos hábitos de convivencia, nuevos métodos pedagógicos y nuevas formas de organizar y utilizar los espacios de los centros docentes», por lo que los profesores insisten en que «estamos convencidos de que lo peor está por venir».

Por un lado, los centros y el profesorado se sienten «prácticamente solos» ante la perspectiva de organizar el próximo curso en unas escuelas cuyo espacio se estima «insuficiente» para acoger al mismo número de alumnos que el curso actual pero distribuidos en muchos más grupos. Al mismo tiempo, los planes de estudios requieren actividades «a veces incompatibles con los recursos disponibles y con las exigencias de sanidad».

Por otro lado, en lo referente a las familias, «tampoco es justo derivar a los padres parte de la función de la escuela, y si se hace, el perjuicio para la economía familiar y nacional va a ser, probablemente, más costoso que respetar la vuelta al trabajo de los padres», afirma el Colegio de Docentes en su comunicado, que valora asimismo que la desescalada educativa «se está improvisando» como propuestas «paliativas» que permitan finalizar lo mejor posible el curso actual, «pero que no podrán considerarse un ensayo en toda regla de lo que será el próximo curso».

En este mismo sentido, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) ha emplazado a todas las administraciones con motivo de la desescalada «a trabajar unidas para impulsar y coordinar medidas que faciliten la conciliación durante y después de la desescalada».

Este movimiento de madres y padres considera que las administraciones «tendrán que analizar y solventar las dificultades que sufrirán las familias para conciliar cuando se vuelva al trabajo presencial», un reto, el de la conciliación, «que se verá agravado por la situación de emergencia sanitaria y el cierre de los centros educativos».

CEAPA pone el foco especialmente en los niños entre seis años y 14 años, «para cuyas familias no hay prevista ninguna medida de conciliación», algo que afecta a los padres de casi tres millones de estudiantes «en una edad a la que no pueden estar solos en casa», por lo que será necesario facilitar medidas de conciliación pensando en todo el alumnado», dicen desde CEAPA.