El inmovilismo no es una opción - Alfa y Omega

El inmovilismo no es una opción

La reconstrucción pasa por colocar a las personas en un lugar central y no perder de vista a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad

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Foto: José María Nieto.

«No podemos permitirnos escribir la historia presente y futura de espaldas al sufrimiento de tantos. Es el Señor quien nos volverá a preguntar: “¿Dónde está tu hermano?”». Esta advertencia del Papa en el plan para resucitar que publicó hace unas semanas en Vida Nueva resuena con especial fuerza en España, cuyo PIB podría caer hasta un 12,4 % este año, según el Banco España, y donde cada día más economías domésticas se tambalean.

Como recuerdan distintas voces de la Iglesia española –entre ellas, Cáritas y los grupos de trabajo para afrontar la pospandemia de la diócesis de Madrid– la reconstrucción pasa por colocar a las personas en un lugar central y no perder de vista a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad. En espera de a cuántos hogares llega –se habla de 850.000 de partida– y de posteriores desarrollos vía reglamento, el ingreso mínimo vital aprobado por el Gobierno es un paso necesario. Pero han de darse más, pensando en colectivos desatendidos como los migrantes en situación irregular o las personas sin hogar.

Al mismo tiempo es perentorio evitar que más personas se vean abocadas a la exclusión. Esto implica blindar el acceso a la sanidad y a la vivienda, que son clave para desarrollar cualquier proyecto vital; garantizar la continuación de los estudios a niños y jóvenes, especialmente en este tiempo de incertidumbre, e impulsar el empleo, que es el mejor sostén para las finanzas familiares. Para lograr esto último, varios profesores de IESE plantean en un documento remitido al Ejecutivo la conveniencia de facilitar liquidez a las empresas para que no tengan problemas de solvencia y así no vean comprometida su supervivencia, a condición de que mantengan los puestos de trabajo; al tiempo que piden inyecciones directas de capital a proyectos emprendedores. También hablan de la necesidad de formar a los trabajadores y de flexibilizar la carga fiscal en el tiempo, mejorando la gestión del gasto público y combatiendo el fraude.

No se trata, desde luego, de recetas mágicas, ni hay un único camino, pero, conscientes de que somos guardianes de nuestros hermanos, el inmovilismo no es una opción… No puede serlo.