La caridad cofrade del maletero de Fran
Fraternitas es el proyecto de acción social que reúne a todas las hermandades y cofradías de Sevilla. Aunque esta Semana Santa los cofrades no pudieron salir a las calles de la ciudad, lo hacen estos días para volcarse con los más golpeados por la crisis
El coche de Fran, responsable de Caridad de Montserrat, una de las múltiples hermandades de Sevilla, recorre estos días la ciudad llevando y trayendo comida en su maletero para quienes se han quedado sin recursos con motivo de la crisis que ha traído el confinamiento. Él es uno de los rostros visibles de Fraternitas, el proyecto de acción social del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, una iniciativa que lleva doce años trabajando con los menores y jóvenes del Polígono Sur —la zona más deprimida de Sevilla—, ayudando a prevenir situaciones de marginación, desigualdad y violencia.
«Nosotros siempre nos hemos dedicado a dar a los chavales un futuro mejor, pero ahora con la crisis nos hemos tenido que reinventar, y las hermandades llevamos más de dos meses haciendo un poco de todo, pero sobre todo llevando comida», afirma Fran para Alfa y Omega. Hace un parón para atendernos en medio de un día más que agitado, en el que lleva comida donada por dos mayoristas de fruta de Sevilla hasta el Polígono Sur y el comedor social de Bellavista, uno de los que más necesidad tienen estos días. Por la tarde hará lo mismo llevando alimentos al economato del casco histórico de la ciudad.
Cuando los cofrades de Fraternitas se pusieron a repartir comida en el barrio de Las Tres Mil Viviendas, uno de los más desfavorecidos de la zona sur, Fran puso desde el principio su coche para transportar los alimentos de un sitio a otro. «Ya solo me falta empadronarme en Las Tres Mil Viviendas», dice con humor.
«Ha pasado ya mucho tiempo pero no me canso», reconoce. Los primeros días de la crisis se dedicó a ir por diferentes empresas pidiendo alimentos para lo que se les venía encima. Al ser Fraternitas el proyecto social de todas las hermandades, si surge una necesidad concreta en alguno de los barrios de Sevilla, se pide ayuda a las cofradías y cada una hace su aportación en la medida de sus posibilidades. Así, en estas semanas, además de transportar toneladas de alimentos, han colaborado en el día a día de comedores sociales y parroquias, han fabricado mascarillas que han distribuido entre Policía, hospitales y voluntarios, y han sido muchos los cofrades que se han movido arriba y abajo del Polígono Sur colaborando en todo lo que han podido.
Proyectos complementarios
La iniciativa Fraternitas nació hace doce años, cuando el entonces arzobispo de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo, pidió a las hermandades realizar un esfuerzo en la zona del Polígono Sur. «Era la zona más deprimida de Sevilla, donde siempre ha habido un mayor número de familias en riesgo de exclusión social, y donde en los años 80 golpeó mucho la droga», explica Hugo Gentil, responsable de Acción Social del Consejo de Hermandades.
Esta iniciativa «es la cara visible de nuestra acción social conjunta», afirma Gentil, «aunque luego cada cofradía y cada hermandad tiene su proyecto propio, y a veces se reúnen varias para colaborar en una misma iniciativa». Si al principio Fraternitas se ocupaba de trabajar con jóvenes y niños facilitando clases de apoyo, meriendas y colonias de verano, «ahora estamos echando el resto porque las necesidades se han multiplicado de una manera exagerada. Antes casi no repartíamos comida y ahora sí que lo hacemos, y a veces más allá del Polígono Sur». «Acabo de hablar con una hermandad que venía repartiendo alimentos a doce familias y tienen que repartir ahora a 70. Esto va en aumento».
Durante estos días, Fraternitas reparte carros de comida semanales para 60 familias, da bolsas de alimentos a otras 250 y reparte el menú diario a once familias de una parroquia del sur, además de los repartos ocasionales que van surgiendo periódicamente. «Todo esto lo hacemos en coordinación con Cáritas diocesana, porque no queremos hacer la guerra por nuestra cuenta. Son ellos los que conocen bien las necesidades y nos indican dónde podemos actuar», dice Hugo Gentil.
En estos días, el perfil de los beneficiaros ha ido variando. Si al principio se atendía a las familias en riesgo de exclusión social, enseguida empezaron a solicitar ayuda personas que tenían trabajos precarios, que trabajaban en la economía sumergida o en el trabajo del hogar, personas y familias que vivían al límite y de un día para otro han perdido sus recursos habituales. Según el consejo, se han multiplicado por tres el número de beneficiarios en estas semanas.
En este sentido, las iniciativas de Fraternitas constituyen un modelo de cómo se vertebra una ciudad entera al servicio de sus más pobres, ya que para realizar su actividad los cofrades han llamado a la puerta de numerosas empresas y han recabado la colaboración de los rostros más conocidos del panorama cultural y deportivo de la ciudad.
«El cofrade sevillano es solidario al máximo», señala Gentil. «Para cualquier hermandad, la acción social es fundamental, es su proyecto grande. Muchas veces no tiene mucha visibilidad, pero existe, y es un pilar básico de nuestra actividad como cofrades», añade, asegurando que es «muy llamativo» todo el dinero que se está recogiendo en donativos entre las distintas hermandades de la ciudad va en beneficio de estos proyectos. «El cofrade es muy generoso», añade.
«Esto nos ha unido a todos»
«A mí me toca ver el lado bonito de todo esto», añade Fran. «Me llevo la satisfacción de ver la cara de la gente cuando llega la fruta a su casa, pero detrás hay muchos hermanos que no pueden venir conmigo y que ayudan desde la distancia». «Son ellos los que han hecho el esfuerzo, yo solo veo su recompensa. Nuestros hermanos se han volcado en estos días. Han roto los moldes».
Para Fran, «esto nos ha unido a todos, y se ha demostrado que somos más fuertes y llegamos más lejos si estamos juntos». Y no se refiere solo a las hermandades, sino también a «un montón de asociaciones con las que nunca habíamos trabajado antes».
A partir de ahora, no sabe qué ocurrirá. «No sé cuánto tiempo podemos seguir trabajando así». Tampoco «las empresas nos pueden estar dando comida por tiempo indefinido. Ahí es donde tenemos que dar el callo desde Fraternitas y repensar cómo lo vamos a hacer».