Entidades de Iglesia piden al Gobierno una regularización de migrantes como la que han hecho Italia o Portugal - Alfa y Omega

Entidades de Iglesia piden al Gobierno una regularización de migrantes como la que han hecho Italia o Portugal

Valoran de manera positiva que el Gobierno dé un permiso de residencia y trabajo a los jóvenes de 18 a 21 años que trabajen en el campo, aunque añaden que debería ampliarse

Fran Otero
Temporeros recogen fresas en una finca ubicada en Cartaya (Huelva)
Temporeros recogen fresas en una finca ubicada en Cartaya (Huelva). Foto: EFE.

Entidades de Iglesia, entre asociaciones, delegaciones diocesanas de Migraciones y congregaciones religiosas, están reclamando al Gobierno que siga los pasos de Portugal e Italia y regularice a los migrantes que ya están en nuestro país, de modo que se protejan sus derechos y se ponga en valor la aportación que realizan a nuestra sociedad.

Según confirman a Alfa y Omega fuente eclesiales, en los próximos días se hará público un comunicado conjunto en la que se incluirá una defensa de este mecanismo en favor de los migrantes que ya viven entre nosotros.

Algunas como el Servicio Jesuita a Migrantes ya se habían unido a la petición urgente lanzada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado para que «se ponga en marcha de manera urgente un proceso de regularización de personas migrantes en situación administrativa irregular y de solicitantes de asilo en espera prolongada de resolución de su solicitud».

En este sentido, el Círculo del Silencio que se celebra este miércoles en Huelva de manera virtual, organizado por el Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Huelva, pone el foco en esta cuestión. «La regularización de extranjeros en situación administrativa irregular es una necesidad para humanizar nuestra sociedad y restituir la dignidad de tantos hermanos, y permitir su desarrollo integral como personas, lo que redundará en ellos y ellas, en sus familias, y en nuestra integración en una sociedad de futuro», recoge el manifiesto.

Si bien el Pacto Europeo sobre Inmigración y Asilo de 2008 no permite la regularización generalizaca, desde el Secretariado de Migraciones de Huelva, sostienen que hay mecanimos para «ir abriendo puertas». En concreto, señala que se puede facilitar una regularización ágil en la concesión exprés de permisos de residencias y de trabajo, flexibilizar el tipo de contratación necesaria para que los requisitos actuales no sean un problema sino una oportunidad y permitir el acceso de los más pequeños a guarderías para que sus padres puedan trabajar.

«Nos unimos a centenares de colectivos de migrantes y refugiados, y organizaciones no gubernamentales en esta reivindicación para dar un paso más en la garantía de derechos de las personas extranjeras en España. Si bien Italia y Portugal han abierto una ruta posible, España puede sumarse a ella, incluso innovar en bien de Europa», añade.

Esta postura se basa en la experiencia concreta que se vive en Huelva, donde en los últimos meses la mano de obra de extranjeros, documentados o no, está siendo «básica» para mantener el sector de los frutos rojos, «uno de los motores económicos de la provincia».

En estos meses hemos visto en Huelva cómo imposibilidad de materializarse muchos contratos en origen, la mano de obra de extranjeros, -documentados o no – era básica para seguir manteniendo el sistema productivo de la campaña de frutos rojos, directa o indirectamente, uno de los motores económicos de la provincia de lo que viven muchas familias.

Permiso de residencia y trabajo

Esta reclamación coincide con la entrada en vigor, tras su publicación en el BOE, del decreto que prorroga la posibilidad de contratar extranjeros de entre 18 y 21 años para trabajar en el campo, a los que ahora se ofrece la posibilidad de acceder a un permiso de residencia y trabajo de dos años, que se puede ampliar.

Una medida que el director del Secretariado de la Subcomisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, José Luis Pinilla, considera positiva, aunque cree que debe ser ampliada y afectar a una mayor parte de la población migrante. Una postura que comparte el delegado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz, Gabriel Delgado, que afirma: «Es una buena medida de integración sociolaboral. Faltaría completarla con la demandada regularización de los migrantes y refugiados que también esperan desde hace tiempo poder integrarse en nuestra sociedad. Eso supondría no dejar a nadie atrás en estos tiempos de pandemia».