Día de África en plena pandemia de COVID-19: ONG católicas piden condonar la deuda - Alfa y Omega

Día de África en plena pandemia de COVID-19: ONG católicas piden condonar la deuda

La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia la fragilidad tanto del sistema sanitario como la falta de medidas de protección social. La Red de Entidades para el Desarrollo Solidario reivindica, frente a estos problemas, «la implementación de un salario universal» y «la condonación de la deuda externa de los países africanos altamente endeudados». Manos Unidas ha puesto en marcha 22 proyectos de emergencia en el continente

Redacción
Foto: REUTERS/Baz Ratner

«Es la hora de tratar con la misma dignidad y garantizar el acceso a los servicios básicos tanto a las comunidades de pastores de África» como a los dirigentes de cualquier gran empresa de Europa. Con esta contundencia comienza el comunicado que la Red de Entidades para el Desarrollo Solidario (REDES) ha hecho público con motivo del Día de África.

En el contexto actual creado por la pandemia de COVID-19, las 55 entidades solidarias de inspiración cristiana que componen REDES aprovechan esta fecha para pedir que se repiense «un sistema que genera desigualdad, pobreza extrema, degradación ambiental y pone en riesgo la sostenibilidad presente y futura».

Como posibles soluciones, la plataforma reivindica «la implementación de un salario universal» y «la condonación de la deuda externa de los países africanos altamente endeudados», para permitirles «reforzar los sistemas de salud y evitar el colapso económico». Piden también que la comunidad internacional se implique en el cese de los conflictos armados en el territorio africano.

Un sistema sanitario frágil

La Red de Entidades para el Desarrollo Solidario-REDES recuerda que, aunque «los distintos países de África tomaron medidas de prevención y de intervención temprana» ante los primeros contagios de coronavirus, en este momento «las cifras de contagios y muertes aumentan» y se suman a la gran prevalencia de otras enfermedades, como la malaria, el VIH o la tuberculosis. Esto ha puesto en evidencia problemas como la escasez de material, la fragilidad de los sistemas de salud y la dificultad para cumplir las medidas de higiene por la falta de acceso al agua potable.

La crisis sanitaria, con todo, no ha sido de momento tan grave como se preveía. La OMS ha advertido de que si la vuelta a la normalidad se hace sin precaución, se podrían alcanzar los 44 millones de contagiados y hasta 190.000 muertes. Sin embargo, la severidad de las medidas ha agravado el impacto económico.

«Un impacto terrible en la economía»

En Angola, por ejemplo, «dos de cada tres personas viven del mercado y de las actividades informales. Llevamos dos meses de estado de alarma con muchas restricciones», explica Virginia Alfaro, cooperante española en ese país, en la nota de Manos Unidas también con motivo de este día. «Las primeras semanas fueron más duras y eso ha tenido un impacto terrible en la economía. La gente aún no se ha podido recuperar, a pesar de que ahora hay unos días y unas horas estipuladas» para las actividades económicas.

Los limitados sistemas de protección social no son capaces de compensar estos problemas, y como consecuencia no solo «peligran los avances en reducción de pobreza logrados en los últimos 15 años» sino que incluso «está en riesgo la seguridad alimentaria», asegura REDES. A ello se suman lo que denomina las «otras pandemias» de África: la sequía, las guerras «que han dejado millones de desplazados y refugiados», la degradación medioambiental y el expolio de los recursos naturales.

22 proyectos de emergencia

«La realidad ha cambiado de forma tan brusca que es difícil trabajar ahora en otra cosa que no sea asistencia, porque la necesidad es imperiosa. Este virus nos ha dado un bofetón y nos ha colocado en una situación de la que nos va a costar mucho tiempo recuperarnos…», lamenta Alfaro. El impacto de la crisis ha obligado a los responsables de muchos proyectos misioneros y de desarrollo a pedir ayuda a entidades como Manos Unidas.

Desde el comienzo de la pandemia, la ONGD española ha puesto en marcha una campaña de emergencia. Para África, ha aprobado 22 proyectos de emergencia —por importe de 625.000 euros— para hacer frente a necesidades sanitarias, alimentarias, de higiene y de prevención, que han beneficiado de manera directa a cerca de 450.000 personas en países como Etiopía, Kenia, Madagascar, Malawi, Mozambique, Zimbabue, Camerún, República Democrática del Congo, Burkina Faso, Sierra Leona, Marruecos o Mauritania.

Acompañar y apoyar a África en este momento es, para Alfaro, «cuestión de justicia; de justicia social. Esto no es solo caridad o solidaridad, es justicia para aquellos que no tienen una red de protección como puede haber en España o en otros países europeos o de América».

«No hay desesperación, solo mayor capacidad de luchar»

La pandemia, con todo, no solo ha puesto de manifiesto las debilidades del continente, sino también fortalezas como la solidaridad. «En África —asegura el salesiano español José María Sabé desde Yaundé (Camerún)— hay una tradición muy fuerte de solidaridad. La cultura se vive como una fraternidad. Los pueblos y las regiones son como una familia, porque en la cultura generalizada de África hay una dimensión casi obligada de la solidaridad y eso también se está viviendo ahora con el coronavirus».

La resiliencia y la resistencia del pueblo africano y sobre todo de sus mujeres, es otra de las características de un continente que es constantemente golpeado por la naturaleza, y empobrecido por injustas leyes y políticas de mercado internacionales. «Esta capacidad de resiliencia, de resistencia, es un ejemplo que nos dan contantemente», asegura Virginia Alfaro. «No se ha perdido la calma, no hay desesperación, hay solo una mayor capacidad de luchar contra la adversidad, de inventar cosas nuevas para salir de esta situación», afirma la misionera española.