El caudal del mar de Galilea sube y deja una estampa parecida a la que pudo contemplar Jesús - Alfa y Omega

El caudal del mar de Galilea sube y deja una estampa parecida a la que pudo contemplar Jesús

En la época de Jesucristo, tal y como acaba de volver a suceder, «sus aguas llegaban hasta la roca de la Mensa Christi. Así lo describe la peregrina Egeria [en el siglo IV]», aseguran desde la Revista Tierra Santa, perteneciente a la Custodia en España

Redacción
Tagbha. Foto: Revista Tierra Santa

En el mar de Galilea –también conocido como lago de Tiberíades o lago de Genesaret aunque en realidad se llama lago Kinneret- Jesucristo caminó sobre el agua, en sus riveras predicó el Evangelio, calmó sus aguas o eligió como discípulos a varios de los pescadores que faenaban en sus profundidades. Incluso tras su muerte y resurrección, Jesús volvió a las inmediaciones del lago y degustó varios pescados con los apóstoles sobre una roca, hoy conocida como Mensa Christi y en la que los franciscanos levantaron una iglesia y un convento.

El enclave es conocido como Tagbha y tiene una significación especial al ser uno de los lugares que permanece prácticamente invariable desde hace 2.000 años. El peregrino que acude al lugar tiene la certeza de estar contemplando lo mismo que contemplaba Jesucristo. No sucede así en otros lugares de Tierra Santa, donde los restos de la época de Jesucristo se encuentran enterrados varios metros bajo tierra.

Tagbha. Foto: Revista Tierra Santa

Sin embargo, siendo el mismo lago del principio del cristianismo, el caudal ha variado a lo largo de los años y de las estaciones. En la época de Jesucristo, «sus aguas llegaban hasta la roca de la Mensa Christi. Así lo describe la peregrina Egeria [en el siglo IV]», aseguran desde la Revista Tierra Santa, perteneciente a la Custodia en España.

Esta no era la situación del lago en las últimas dos décadas. Las aguas se mantenían bastante lejos de la Mensa Christi y de los muros del convento franciscano. Pero hace escasos días el mar ha vuelto a recobrar su vigor y se ha llenado de agua. Tanto es así, que «se encuentra a tan solo 11 centímetros de la línea roja superior», explican desde la Revista. Si subiera más el caudal, las autoridades se verían obligadas a abrir la presa de Dganya.

Tagbha. Foto: Revista Tierra Santa

Pero esta crecida, provocada por un invierno más lluvioso de lo habitual, ha permitido que el mar de Galilea presente un parecido similar a como lucía en tiempos de Jesucristo.