Francisco pide «dignidad» para los trabajadores agrícolas «duramente explotados» - Alfa y Omega

Francisco pide «dignidad» para los trabajadores agrícolas «duramente explotados»

Durante la audiencia general, el Papa invitó «a hacer de la crisis una ocasión para volver a poner en el centro la dignidad de la persona y del trabajo»

José Calderero de Aldecoa
Foto: Reuters/Vatican Media

El Papa Francisco aprovechó la audiencia general de este miércoles para hacer un llamamiento por la «dignidad» de todos los trabajadores. En particular, se refirió a los «trabajadores agrícolas», entre los que se incluyen «muchos inmigrantes», que «desafortunadamente muchas veces son duramente explotados».

La denuncia se produjo pocos días después del 1 de mayo, cuando el Pontífice dijo haber recibido varios mensajes referentes al mundo del trabajo y a sus problemas. El Papa agradeció «el llamamiento de estos trabajadores y de todos los trabajadores explotados, e invito a hacer de la crisis una ocasión para volver a poner en el centro la dignidad de la persona y del trabajo».

La oración

Previamente, el Santo Padre reflexionó sobre la oración, tema al que le dedicará las próximas audiencias y a la que se refirió como «el alimento de la fe».

A partir del pasaje evangélico del ciego Bartimeo, personaje que «hará todo lo posible por encontrar a Jesús» y que «entra en los Evangelios como una voz que grita a pleno pulmón», el Pontífice también definió la fe «como un grito de los que creen y se confían a Dios». Es una «protesta contra una condición dolorosa de la cual no entendemos la razón», añadió.

Al contrario, «la no fe es sofocar ese grito. Es una especie de ley del silencio. Es limitarse a sufrir una situación a la cual nos hemos adaptado. Es acostumbrarse al mal que nos oprime y seguir así».

No quedarse callado

El Santo Padre quiso empezar este ciclo de catequesis sobre la oración con Bartimeo —«el personaje más simpático» de todo el Evangelio para Francisco— porque «es un hombre perseverante» y esto es una cualidad importante para la oración.

En este sentido, destacó «esa testarudez tan hermosa de los que buscan una gracia y llaman, llaman a la puerta del corazón de Dios». Y a pesar de que «alrededor de él había gente que explicaba que implorar era inútil», Bartimeo «no se quedó callado» y Jesús «escucha su grito». Así, «las puertas de la salvación se abren para él».

Al final de la audiencia, Francisco subrayó que «en el corazón del hombre hay una voz que invoca» y que esta es «más fuerte que cualquier argumento en contra».