Monjas de Sevilla: «Ahora nuestro lema es Cose y ora»
Las monjas contemplativas de Sevilla añaden al servicio de su oración la fabricación de mascarillas y productos sanitarios para combatir la pandemia. «Queremos que todos tengan esperanza y que sepan que, en medio de esta situación, Dios está siempre con nosotros»
«Nuestro trabajo es orar. Esa es la verdad de nuestra vida. Nuestro tiempo de oración no lo hemos bajado, sino que lo hemos aumentado. Ese es nuestro servicio a la Iglesia y al mundo», dice la madre Pilar, abadesa del convento de capuchinas de Santa Rosalía, en Sevilla.
Con motivo de esta pandemia, han intensificado sus ratos de adoración ante el Santísimo, tanto en los turnos habituales de la comunidad como en la oración personal de cada monja. «La oración es lo más útil que podemos hacer. En ella le pedimos a Dios que nos dé fuerza a todos para vivir esta situación», dice.
Pero además de esa misión, la comunidad se ha lanzado a elaborar mascarillas sanitarias que luego logran distribuir por residencias de ancianos de Sevilla. «Nos lo pidió el delegado diocesano de Vida Consagrada, y con ayuda de algunas hermandades, que nos han dado material y nos han donado una máquina de coser eléctrica, hemos conseguido hacer 800 mascarillas. Estábamos deseando poder colaborar de alguna manera. En la comunidad estamos todas ayudando y con buena disposición. Estos días bromeando diciendo que nuestro lema es Cose y ora», explica la abadesa con humor.
De momento, se han librado de coger el virus, aunque hace dos días tuvieron que salir todas al centro de salud para hacerse el test, ya que su capellán había dado positivo. «Parecía que nos habían levantado a todas el confinamiento», ríe la madre Pilar. En cualquier caso, «todo el mundo está pendiente de nosotras: las hermandades, el obispo, que nos llama una vez por semana… Hay mucha gente pendiente de los conventos estos días».
Concretamente, «las hermandades nos están ayudando mucho con su generosidad. Nos llegan muchos alimentos de manera providencial. Ayer nos faltaba leche y de repente la trajo una hermandad. Nos traen pescado, fruta… Todos se vuelcan con nosotras. Nos emociona mucho la Providencia de Dios, que no nos deja nunca».
La abadesa menciona asimismo que la crisis también les está golpeando a ellas: «Nosotras no tenemos ingresos, hacemos dulces para salir al paso, y este año no se han podido vender. Tampoco hemos podido hacer nuestros trabajos habituales de zurcido, todo eso se ha parado. Todo nuestro trabajo de comunidad está detenido, pero la Providencia la vemos todos los días».
Otro modo de colaborar que han encontrado estos días es una grabación que han llamado La Puntada, «un audio sencillo y fraterno de pocos minutos, en el que animamos a la gente e intentamos trasmitir alegría y esperanza», y que se reenvía a Sudáfrica, México, USA, República Dominicana y muchos lugares de España. «Después de que se cancelaran las procesiones de Semana Santa, nos llegaron noticias de que los cofrades andaban desanimados, y se nos ocurrió inventar una especia de programa de radio para animarlos y enviarles esperanza y entusiasmo. Son audios que grabamos mientras estamos en el recreo. Contamos chistes, anécdotas alguna poesía, reflexiones, alguna canción, experiencias nuestras…, todo para que se animen y se alegren y tengan esperanza en que, en medio de esta situación, Dios está siempre con nosotros».
Sevilla es una de las diócesis españolas con mayor presencia de la vida contemplativa. Se trata de una riqueza para la Iglesia, un pulmón espiritual que goza del respeto y del cariño de los sevillanos. La página web de la Archidiócesis ha rendido homenaje a unas monjas cuyo tiempo se reparte habitualmente entre la oración y la elaboración de dulces con cuya venta cubren algunos gastos de sus comunidades. Destaca que en estos días han cambiado los hornos por las máquinas de coser, y muchas de ellas están surtiendo de mascarillas a hospitales, residencias y organismos que agradecen vivamente el servicio impagable de estas mujeres.
Además de reseñar la labor de las clarisas de Santa Rosalía, la web diocesana destaca la labor de otras comunidades contemplativas:
Carmelitas de Santa Ana
Están haciendo mascarillas para una hermandad que les ha llevado dos piezas de tela. La comunidad forma parte de la Cadena de Oración, y cada una de las quince monjas que la compone tiene asignadas dos o tres personas para rezar diariamente por ellas.
Concepcionistas de Osuna
Participan en la Cadena de Oración y están haciendo un Rosario especial y concreto con intenciones por los sanitarios, médicos y enfermos.
Clarisas Santa Inés
Al igual que el resto de comunidades de vida contemplativa, estas religiosas participan en la Cadena de Oración por todo el personal sanitario y el resto de colectivos especialmente implicados en la lucha contra el coronavirus.
Clarisas de Estepa
Estos días han intensificado la oración, tanto a nivel personal como comunitario. Siguen elaborando dulces, que envían a la Policía Local, sanitarios de la localidad y personas que se dedican a desinfectar las calles. En la Cadena de Oración participan las diez hermanas que integran la comunidad. A esto hay que unir las llamadas y correos electrónicos de otros colectivos, que también atienden a diario.
Clarisas de Alcalá
Han intensificado la oración individual y comunitaria. Además, llevan hechas unas cuatro mil mascarillas que se han repartido en panaderías, farmacias, Policía Local y Nacional, Guardia Civil, la fábrica de lejía, fábrica Dacsa de pienso, hospital Valme, centros de salud del Rocío, Bormujos, San Juan de Dios y directamente a quien acuda a pedirlas. Hasta ahora se han repartido más de 50.800 mascarillas. Están a la espera de más material para hacer batas, gorros, monos, etc.
Dominicas de Bormujos
Están haciendo mascarillas para la Policía Local de Castilleja de la Cuesta y Bormujos, para el hospital de San Juan de Dios y para el servicio de ayuda a domicilio de San Juan de Aznalfarache. La red de oración por los sanitarios está siendo «un gran regalo del Señor»: Se han recibido más de dos mil correos electrónicos con peticiones de oración y «se ha creado una fraternidad preciosa entre los sanitarios y las comunidades. La fuerza de la oración les está dando el consuelo que necesitan tanto ellos como sus familiares». También están retrasmitiendo por internet las celebraciones de la Eucaristía y la oración de vísperas.
Salesas
Se han ofrecido para hacer mascarillas, y de una manera especial están intensificando la oración. «Constatamos que, en medio de esta prueba, se ha despertado una gran hambre y sed Dios. Hemos recibido llamadas de personas que desean se les escuche, pues no tienen con quien desahogarse ante tanto cúmulo de sufrimiento, nos piden que les enseñemos a rezar el Rosario y demás devociones, que le expliquemos cómo aprovechar el tiempo de confinamiento tan duro y cómo hacer para sentirse menos solos». Han recibido donativos en productos alimenticios que comparten con los más necesitados.
Mercedarias de Osuna
Colaboran con el hospital local haciendo batas. Además, mantienen una cadena de oración con entre cincuenta y sesenta personas, «más una lista que nos llega de parte de la asociación Contemplare, donde cada día nos piden que pidamos por una o dos personas».
Dominicas Madre de Dios
Están reforzando el tiempo dedicado a la oración y a hacer mascarillas. Tienen mucha demanda y sus primeros destinos han sido el hospital Macarena y una residencia de ancianos, así como Mercasevilla, varias familias, personas necesitadas y otros monasterios. Producen sobre doscientas mascarillas diarias.
San Leandro
Han ampliado el tiempo de adoración al Santísimo y elaboran mascarillas durante el resto del día. Hacen alrededor quinientas o seiscientas diarias, que van a los asilos de ancianos de diversos pueblos, al hospital geriátrico, a San Juan de Dios, hospital Infanta Luisa, hermandades que las destinan a comedores sociales, Policía y Guardia Civil, etc. También las entregan a todo el que se acerca al torno. Hacen jornada intensiva y algunas noches se quedan en el taller hasta las doce.
Las Teresas (Carmelitas)
También están haciendo mascarillas. En torno a mil para la Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua, que las distribuyen a varios destinos. Ellos les procuran el material, tela, elásticos…
Espíritu Santo
Oran por todos, intensificando los actos de culto y adoración. En su momento se hicieron eco de la solicitud de oraciones a favor de los sanitarios y les asignaron dieciocho grupos, con un total de treinta personas, además de varios equipos de farmacéuticos.