La vida se manifiesta - Alfa y Omega

Esperanzas y temores están presentes en las familias que viven, más que nunca, momentos inciertos y dudosos. Pueden ser familias jóvenes con hijos pequeños y adolescentes, familias numerosas, familias monoparentales, familias con mayores a su cuidado, mayores solos con los familiares distantes, familias preocupadas por sus mayores, familias con dificultades de comunicación y relaciones con un alto nivel conflictivo, familias desacostumbradas a convivir durante tanto tiempo, personas enfermas…

Todas ellas acumulan sentimientos positivos y negativos. Según Y., «las tensiones del momento los hacen aflorar con mayor intensidad». «Cuando a situaciones ya exigidas –la lucha por la supervivencia, el dolor, la incomprensión, las carencias, el maltrato o la soledad–, se suman nuevas incertidumbres y amenazas… las dificultades crecen».

Con su visión pragmática, R. advierte: «La Semana Santa nos indica que en el camino del Calvario todos tenemos un hueco». Podemos reconocernos en «la diversidad de personas que, con sufrimiento físico, psicológico, espiritual o moral, recorren el penoso camino hacia el lugar de la muerte». El matrimonio de J. y M. señala en su reflexión que «la pandemia que estamos viviendo y que amenaza la vida humana, muestra también a muchas personas que se prodigan en el servicio a los enfermos, a los ancianos, a los que están solos». A. y S. señalan que, en las familias, «se multiplican los gestos solidarios, de entrega y servicio, de creatividad, de reflexión y de respeto, de ternura y compasión, de recuperación de valores, a veces adormecidos por las exigencias del día a día».

La familia de S. señala que, además, «la Semana Santa habla de esperanza y de vida nueva». Más allá de las emergencias, necesitamos afirmar esa cultura de la solidaridad, del cuidado y de la acogida, que sirven para crear un mundo más humano». Como indica el Papa Francisco, la vida se manifiesta siempre en personas de carne y hueso: un niño recién concebido, un marginado, un enfermo solo, alguien que ha perdido su trabajo, un inmigrante descartado, etcétera.