El cardenal Pell, en libertad tras revertirse su condena por pederastia - Alfa y Omega

El cardenal Pell, en libertad tras revertirse su condena por pederastia

El Tribunal Superior de Australia considera que el extesorero del Vaticano fue sentenciado sin pruebas significativas

Redacción
Foto: AFP/William West

La Santa Sede ha acogido «con satisfacción» la absolución «unánime» dictada por el Tribunal Supremo de Australia a favor del cardenal George Pell. El extesorero del Vaticano fue puesto en libertad este martes después de que la máxima instancia judicial de Australia anulara su condena a seis años de prisión por abusos sexuales cometidos contra dos menores en los años 90.

En un comunicado hecho público unas horas después del pronunciamiento del alto tribunal, desde el Vaticano se recuerda que Pell «defendió siempre su inocencia, esperando que la verdad se confirmara». El fallo del pleno del Tribunal Superior, que no puede ser recurrido, considera que existió «una posibilidad significativa de que una persona inocente haya sido condenada porque las pruebas no establecieron la culpabilidad con el nivel de prueba requerido».

El cardenal, de 78 años, salió poco después del mediodía (hora australiana) de la prisión de Barwon, a unos 68 kilómetros al sur de la ciudad de Melbourne, aunque se desconoce por el momento su destino. A diferencia de otros momentos del proceso por pederastia contra la máxima jerarquía católica de Australia, no habrá expresiones multitudinarias ni a favor ni en contra de Pell debido a la crisis del coronavirus.

El caso por pederastia contra el exprefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, puesto considerado como el número 3 de la Santa Sede, se basó en el testimonio de una de las dos víctimas, quien le denunció en 2014 después de que la otra supuesta víctima de abusos muriera de una sobredosis.

La sentencia final se produce menos de un mes después de la apelación final, que tuvo lugar los días 11 y 12 de marzo, y tras la cual el pleno decidió posponer su sentencia sine die para analizar nuevos escritos que había requerido a las partes.

Duda razonable

El equipo de abogados de Pell, liderado por Bret Walker, argumentó que la decisión de los jueces del Tribunal Superior del estado de Victoria, que ratificaron el pasado mes de agosto el fallo de un jurado popular, no iba más allá de toda duda razonable. Según la defensa, los dos jueces que ratificaron la condena (mientras otro optó por revertirla) cometieron un error al requerir que Pell demostrara su inocencia frente a los delitos que se le atribuyen.

El Tribunal Superior ha considerado que el jurado «debería haber dudado sobre la culpabilidad del demandado con respecto a cada uno de los delitos por los que fue condenado». En su decisión final, afirma que el análisis del Tribunal de Apelación «dejaba sin abordar la cuestión de si seguía existiendo una posibilidad razonable de que la transgresión no hubiera tenido lugar, de tal modo que debería haber habido una duda razonable sobre la culpabilidad del apelante».

Se basan sobre todo en los testimonios que habían afirmado que el cardenal Pell solía salir a la puerta de la catedral después de Misa para saludar a los feligreses, y que después, como es costumbre, se quitaba las vestiduras litúrgicas siempre acompañado en la sacristía, en la que por otro lado «había un continuo tráfico de entrada y salida durante diez o 15 minutos después de la procesión de salida». Un testimonio que «quedó sin refutar».

«Que no añada más dolor»

La abogada Lisa Flynn, quien representa al padre del protagonista fallecido en este caso, dijo que su cliente está furioso al ver «que el hombre que cree es responsable de abusar sexualmente de su hijo fuera condenado de forma unánime por un jurado para que después se revierta esa decisión y se le permita salir en libertad».

«Nuestro cliente tiene el corazón roto por la víctima superviviente que se jugó el cuello al presentarse para contar su historia pero que al final se vio defraudado por un proceso legal que le obligó a revivir su dolor y su trauma sin ningún beneficio», agregó la letrada de Shine Lawyers en un comunicado.

Por su lado, Pell pidió que su absolución no añada más «dolor y amargura» a la que ya sienten las víctimas de abusos sexuales. «He mantenido de forma consistente mi inocencia mientras sufrí una grave injusticia y esto ha sido resuelto por la decisión unánime del Tribunal Superior», dijo Pell en un comunicado en el que señaló que no le guarda rencor a la persona que lo demandó.

El cardenal remarcó que su proceso se centró en los crímenes que le atribuyeron y que no cometió, y no se trató de «un referendo sobre la Iglesia católica ni sobre cómo las autoridades eclesiásticas en Australia abordaron los crímenes de pedofilia dentro de la Iglesia».

«Compromiso inquebrantable con las víctimas»

En un sentido similar se ha pronunciado el presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, monseñor Mark Coleridge. En un comunicado, ha afirmado que, si bien la decisión será celebrada por muchos, «incluidos los que han creído en la inocencia del cardenal durante todo este largo proceso», al mismo tiempo «será devastadora para otros».

La absolución de Pell –continúa Coleridge– «no cambia el inquebrantable compromiso de la Iglesia con la seguridad de los niños y con una respuesta justa y compasiva a los supervivientes y víctimas de abuso sexual a menores». También la Santa Sede concluye su comunicado reafirmando «su compromiso en la prevención y persecución de cualquier tipo de abuso a menores».

Pell fue condenado en marzo de 2019 por cinco cargos de abusos sexuales, incluyendo uno por penetración oral, cometido contra dos niños del coro de la catedral St Patrick’s en 1996 y 1997, cuando era arzobispo de Melbourne. Al conocerse la condena en primera instancia, fue destituido además de los cargos que ocupaba en la Curia romana, prefecto de la Secretaría de Economía y miembro del consejo de cardenales que asesoraban al Papa para la reforma de la Curia.

Efe / Redacción