«El drama que estamos atravesando nos obliga a redescubrir que la vida no sirve si no se sirve» - Alfa y Omega

«El drama que estamos atravesando nos obliga a redescubrir que la vida no sirve si no se sirve»

«En casa, en estos días santos, pongámonos ante el crucificado, que es la medida del amor que Dios nos tiene. Y, ante Dios que nos sirve hasta dar la vida, pidamos la gracia de vivir para servir. Procuremos contactar al que sufre, al que está solo y necesitado. No pensemos tanto en lo que nos falta, sino en el bien que podemos hacer», ha pedido Francisco en su homilía del Domingo de Ramos

José Calderero de Aldecoa
El Papa durante la celebración del Domingo de Ramos. Foto: Vaticano

En una basílica de San Pedro completamente vacía por culpa del coronavirus, el Papa Francisco ha dado comienzo a la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos y, en la homilía, se ha referido al «drama que estamos atravesando», que «nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor». «Estamos en el mundo para amarlo a Él y a los demás. El resto pasa, el amor permanece».

Para ello, el Pontífice ha recomendado a los fieles que «en casa, en estos días santos», se pongan «ante el crucificado, que es la medida del amor que Dios nos tiene. Y, ante Dios que nos sirve hasta dar la vida, pidamos la gracia de vivir para servir. Procuremos contactar al que sufre, al que está solo y necesitado. No pensemos tanto en lo que nos falta, sino en el bien que podemos hacer».

En la cruz, vemos como Dios entregó su vida. «Su amor lo llevó a sacrificarse por nosotros, a cargar sobre sí todo nuestro mal». El Señor «nos sirvió hasta el punto de experimentar las situaciones más dolorosas de quien ama: la traición y el abandono».

¿Y todo esto para qué?, se ha preguntado el Santo Padre. «Por nosotros, para servirnos. Para que cuando nos sintamos entre la espada y la pared, cuando nos encontremos en un callejón sin salida, sin luz y sin escapatoria, cuando parezca que ni siquiera Dios responde, recordemos que no estamos solos».

Así, «hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan, frente a tantas expectativas traicionadas, con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, Jesús nos dice a cada uno: “Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene”».

De esta forma, «el padre, que sostuvo a Jesús en la Pasión, también a nosotros nos anima en el servicio». Quizá puede «costarnos amar, rezar, perdonar, cuidar a los demás, tanto en la familia como en la sociedad; puede parecer un vía crucis. Pero el camino del servicio es el que triunfa, el que nos salvó y nos salva la vida».

Al final de la homilía, el Papa se ha dirigido «de modo particular» a los jóvenes en esta Jornada Mundial de la Juventud que también se celebra el Domingo de Ramos. «Queridos amigos: Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días», les ha pedido Francisco. «No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás. Sentíos llamados a jugaros la vida. No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis! Porque la vida es un don que se recibe entregándose. Y porque la alegría más grande es decir, sin condiciones, sí al amor. Como lo hizo Jesús por nosotros», ha concluido.