La capilla Real - Alfa y Omega

La capilla Real

Cristina Tarrero
Foto: Fernando Fresneda, del Museo Catedral de la Almudena. Con autorización de Patrimonio Nacional

Durante estos días de cuarentena el Museo Catedral de la Almudena está muy activo en redes sociales; no solo participa con otros museos de la iglesia y catedrales en una serie de hilos con el hashtag #quedARTEencasa, sino que ha creado un concurso sobre las capillas de Madrid que ha sido un éxito, y que ha permitido seguir los gustos y las opiniones de los que votaban, ya fuesen madrileños o no.

Los duelos han estados muy reñidos, puesto que unos se han decantado por el barroco, otros por el neoclásico, y otros han valorado más la historia y la relación personal con la institución. Pero lo cierto es que algunas capillas destacan sobre otras: la Encarnación, las Descalzas Reales, la capilla Real o la capilla del Obispo han sido las grandes vencedoras. Las dos finalistas han sido la capilla del Obispo y la capilla Real, saliendo victoriosa esta última.

La primera tiene un extraordinario retablo plateresco realizado por Francisco de Girarte y policromado por Juan Vilordo, el Mozo, y unos cenotafios que nos trasladan a la catedral de Plasencia o a Italia. La historia de la capilla es compleja, pues su mecenas, Francisco de Vargas, descendiente de la familia Vargas, pidió permiso para construir un templo para dar culto a san Isidro, aunque no pudo llevarse a cabo. Tras su fallecimiento, el proyecto continuó con sus descendientes, pero las discrepancias con el párroco de San Andrés, que custodiaba el cuerpo, fueron constantes y se abandonó el proyecto transformando la capilla en un panteón funerario familiar. Hoy día está custodiada por las hermanitas del Cordero, quienes se encargan del culto y la apertura, pero se puede realizar una visita guiada a través del museo. Por otra parte la gran vencedora ha sido la maravillosa capilla Real. Se encuentra en el interior del Palacio Real y es una visita obligada. Los españoles han podido verla en los medios de comunicación cuando los reyes han acudido a algún acto privado, como la Misa por el conde de Barcelona, don Juan de Borbón. Fue realizada en el siglo XVIII en forma elíptica y esta coronada por una cúpula de media naranja. Tiene unas pilastras negras que imitan mármol y una sorprendente bóveda realizada por Conrado Giaquinto. Ambas son, sin duda, unas joyas que debemos visitar.