El Papa pide fuerza para que los «asustados por la pandemia» puedan «reaccionar» - Alfa y Omega

El Papa pide fuerza para que los «asustados por la pandemia» puedan «reaccionar»

Francisco ha reconocido este lunes que la pandemia de COVID-19 puede llegar a paralizar de temor a algunas personas. Para ellas ha pedido coraje para «ponerse en pie, por el bien de toda la sociedad»

Redacción
Foto: EFE/EPA/Vatican Media

El Papa Francisco no olvida a nadie en sus oraciones. Este lunes, la Misa privada en la capilla de la Casa Santa Marta la ha ofrecido por las muchas personas «asustadas por esta pandemia», a las que el miedo paraliza e impide reaccionar. Para ellas, ha pedido a Dios fuerza para «ponerse de pie, a reaccionar por el bien de toda la sociedad, de toda la comunidad».

La homilía de la Eucaristía se ha centrado en las dos mujeres protagonistas de las lecturas. Si bien ambas estaban condenadas a muerte, son figuras distintas. Susana, inocente, fue acusada injustamente por jueces corruptos. La mujer sorprendida en flagrante adulterio era «pecadora». Quienes la acusaban a ella «no eran corruptos, sino hipócritas».

Ante esta situación desesperada de ambas, Susana «explícitamente se fía de Dios y el Señor interviene. La segunda, pobrecita, sabe que es culpable, está avergonzada ante todo el pueblo, y el Evangelio no lo dice, pero seguramente rezaba por dentro, pedía alguna ayuda», ha esbozado el Santo Padre.

Justicia y misericordia

Y el Señor responde a la oración de las dos, a la explícita y a la secreta. También de forma diferente: «A la inocente la salva, le hace justicia. A la pecadora la perdona», de forma que el pueblo que es testigo de lo ocurrido «aprenda la misericordia de Dios».

«A los jueces corruptos, los condena; a los hipócritas, los ayuda a convertirse», ha proseguido el Papa. Frente a estos últimos, Dios se muestra más comprensivo que frente al corrupto, pues este es «incapaz de pedir perdón. La corrupción ha eliminado también esa capacidad que todos tenemos de avergonzarnos, de pedir perdón». Sin ella el corrupto, seguro de sí mismo, va siempre hacia delante abusando de las personas.

Al llevar estas lecturas a la vida de cada uno, Francisco ha invitado a reconocer los propios pecados. Descubrirlos en nuestra historia debe ser motivo de agradecimiento a Dios, pues «quien no los encuentra es un corrupto», pero también de vergüenza. Una vergüenza que nunca debe hacernos sentir lejos o fuera de la Iglesia, pues ella «es madre de todos».

Petición de un alto el fuego global

El domingo, el Papa se unió al llamamiento de las Naciones Unidas para decretar un alto al fuego global que permita hacer frente a la pandemia del coronavirus e instó a la creación de corredores para la ayuda humanitaria, durante el rezo del ángelus celebrado en el interior del palacio pontificio.

«Me uno a todos los que han aceptado este llamamiento e invito a todos a seguirlo deteniendo cualquier forma de hostilidad bélica, favoreciendo la creación de corredores para la ayuda humanitaria, abriéndose a la diplomacia y la atención a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad», dijo Francisco.

El Papa argentino deseó que «el empeño conjunto contra la pandemia pueda llevar a todos a reconocer nuestra necesidad para fortalecer los lazos fraternos como miembros de una familia humana». Y que ello despierte en «los líderes de las naciones y otras partes interesadas un compromiso renovado para superar la rivalidad».

«¡Los conflictos no se resuelven mediante la guerra! Es necesario superar los antagonismos y los contrastes, a través del diálogo y de una búsqueda constructiva de la paz», agregó el Pontífice.

Efe / Redacción