Cinco años de guerra en Yemen: 20 millones de hambrientos, cólera y la amenaza del COVID - Alfa y Omega

Cinco años de guerra en Yemen: 20 millones de hambrientos, cólera y la amenaza del COVID

El conflicto entre el Gobierno oficial yemení, apoyado por Arabia Saudí, y los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, ha causado la muerte de 12.300 civiles en un año y que 24 millones de personas necesiten ayuda humanitaria. La grave crisis ha hecho posible además que se produzcan 2,3 millones de casos de cólera

Redacción
Foto: AFP Photo/Mohammed Huwais

Dentro de su llamamiento a un alto el fuego global a causa de la pandemia del coronavirus, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres ha lanzado este martes una petición explícita a las partes en conflicto en Yemen, donde la guerra cumple su quinto aniversario. A través de su portavoz, Stephane Dujarric, Guterres ha subrayado que «más de cinco años de conflicto han devastado las vidas de decenas de millones de yemeníes».

El conflicto en Yemen, que enfrenta desde hace cinco años al Gobierno reconocido internacionalmente y apoyado por la coalición liderada por Arabia Saudí con los rebeldes hutíes respaldados por Irán, ha provocado la que es a día de hoy la mayor crisis humanitaria mundial, según la ONU. Por ello, Dujarric ha pedido que «cesen inmediatamente las hostilidades y se centren en alcanzar un acuerdo político negociado».

A esta exhortación para buscar una salida pacífica al conflicto se suma ahora la de «hacer todo lo posible para contrarrestar un potencial brote de COVID-19». Un lustro de guerra civil ha pasado factura al sistema de salud de Yemen y también a su sistema de agua y saneamiento, dos elementos claves a la hora de afrontar la pandemia. El país no está preparado para afrontar otra crisis sanitaria de esta magnitud, alertan diversas ONG.

«Estamos extremadamente preocupados», reconoce en un comunicado el director del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) en Yemen, Mohamed Abdi. «La posibilidad de que el coronavirus llegue a Yemen tendrá devastadoras consecuencias para un ya de por sí estresado sistema de salud y una población vulnerable», subraya. «Cinco años de guerra han paralizado la capacidad de Yemen de responder a cualquier brote y ahora es una carrera contrarreloj el prepararse para ello», subraya Abdi.

El 80 % de la población necesita ayuda humanitaria

En la actualidad, hay 24 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria, lo que representa al 80 % de la población, mientras que 3,6 millones de personas se encuentran desplazadas en el interior del país. Unos 20 millones de personas pasan hambre y 17 millones no tienen acceso a agua limpia o saneamiento. Solo el 50 % de los centros de salud está funcionando, y los que están abiertos se enfrentan a una grave escasez de medicamentos, equipos y personal.

El país se ha enfrentado también en los últimos años a dos graves brotes de cólera. Desde que surgió el primero en 2017, ha habido más de 2,3 millones de casos sospechosos de la enfermedad y dado que la temporada de lluvias comenzará en abril, es probable que los casos aumenten nuevamente, advierte Oxfam, que prevé que en 2020 pueda haber más de un millón de casos.

Según subraya la ONG, una persona no combatiente muere cada tres horas y media como consecuencia directa de los enfrentamientos (12.300 entre el 26 de marzo del año pasado y el 7 de este mes), mientras que en estos cinco años cada hora 90 personas tienen que dejar sus hogares, se producen 50 casos de cólera y 100 personas se suman a los que pasan hambre.

Violaciones de los derechos humanos en ambos bandos

En el quinto aniversario de esta guerra, Amnistía Internacional ha denunciado también que todas las partes del conflicto han cometido violaciones reiteradas y graves del derecho internacional humanitario. Las fuerzas hutíes, que controlan grandes extensiones del país, han bombardeado zonas residenciales y lanzado misiles contra Arabia Saudí de forma indiscriminada.

La coalición dirigida por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos —que apoya al Gobierno yemení internacionalmente reconocido— continúa bombardeando infraestructuras civiles y lanzando ataques indiscriminados, con el resultado de cientos de civiles muertos y heridos. Todas las partes, además, han reprimido la libertad de expresión mediante la detención arbitraria, la desaparición forzada y la tortura y otros malos tratos bajo custodia. Decenas de personas —entre ellas periodistas, personas del mundo académico y miembros de la comunidad religiosa bahaí— han sido detenidas y sometidas a desaparición forzada, principalmente por su activismo de derechos humanos, su filiación política o sus convicciones profundas.

«Las fuerzas hutíes han detenido por cargos falsos a decenas de personas», y a lo largo del último año han incrementado el uso de un tribunal antiterrorista como medio de ajustar cuentas políticas. Con frecuencia, después de juicios manifiestamente injustos se impone la pena de muerte por espionaje y «ayudar a un país enemigo». Por su parte, las fuerzas de Emiratos Árabes Unidos y sus aliados en el sur de Yemen dirigían una red de lugares de detención secreta en los que decenas de personas sufrieron desaparición forzada y tortura. Estos abusos «constituyen, en algunos casos, crímenes de guerra», ha manifestado Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio.

El confinamiento impediría la llegada de ayuda

Este panorama se está viendo agravado por la suspensión de los vuelos al país en el marco de las medidas para evitar la propagación del coronavirus. Como explica el NRC, las organizaciones humanitarias se están viendo obligadas a reducir sus actividades debido a ello, pero están tratando de mantener servicios esenciales como la distribución de alimentos o de dinero en efectivo.

Asimismo, es están esforzando en incrementar las actividades de prevención frente al coronavirus; principalmente en materia de agua y saneamiento, y de concienciación. En caso de que se produjera un brote en Yemen y hubiera un confinamiento total, el cierre de puertos y aeropuertos tendría «un impacto masivo en la situación humanitaria», dado que el país depende en gran medida de la importación de alimentos, medicinas y combustible, advierte el NRC.

«Si bien la comunidad internacional está justamente preocupada por proteger a su propia ciudadanía del coronavirus, tiene una responsabilidad con el pueblo de Yemen», reivindica el director de Oxfam en Yemen, Muhsin Siddiquey.

«Después de cinco años de muerte, enfermedad y desplazamiento y ante la creciente amenaza de la pandemia, los yemeníes necesitan urgentemente que todas las partes beligerantes acuerden un alto el fuego inmediato en todo el país y vuelvan a las negociaciones para lograr una paz duradera», reclama.

Llamamiento al alto el fuego

Un llamamiento que comparten en el NRC, tras constatar que en los dos primeros meses de 2020 han muerto tantos civiles en Saná, Al Jauf y Marib como en el primer semestre de 2019, echando por tierra la tendencia positiva de la segunda mitad del año pasado, cuando hubo 154 víctimas civiles al mes y los bombardeos aéreos se redujeron en un 71 por ciento con respecto a 2018.

«Ha llegado el momento de que las partes enfrentadas abandonen las armas y las bombas, acuerden un alto el fuego a nivel nacional, reanuden urgentemente las conversaciones de paz y pongan fin a este conflicto de una vez por todas», reclama Abdi.

A lo que desde Oxfam añaden que «el mundo sabe cómo prevenir y tratar el cólera y el hambre; estas no son enfermedades nuevas. La crisis humanitaria de Yemen es totalmente provocada por el hombre, causada no solo por las partes beligerantes sino también por aquellos que, al armarlos, eligen echar más leña al fuego».

Agencias / Redacción