Así se vive el confinamiento por el COVID-19 en un seminario con más de 100 jóvenes - Alfa y Omega

Así se vive el confinamiento por el COVID-19 en un seminario con más de 100 jóvenes

Horarios separados para evitar la aglomeración, clases online y numerosas actividades deportivas y culturales permiten al centenar de seminaristas del Colegio Eclesiástico Bidasoa y a sus formadores pasar el confinamiento «haciendo cosas muy buenas»

Redacción
Foto: CARF

No es fácil vivir el confinamiento por el coronavirus en un seminario con más de cien seminaristas de distintas partes del mundo. Pero en el Colegio Eclesiástico Bidasoa están poniendo todo de su parte para cumplir las normas sanitarias. «Seminaristas y formadores nos hemos organizado bien para ser fieles observantes de las medidas preventivas. Y como el lugar nos ofrece unas condiciones inmejorables para todo tipo de actividades estamos bastante ocupados. ¡Estamos haciendo cosas muy buenas!», comparten con el Centro Académico Romano Fundación (CARF) desde el rectorado de Bidasoa.

Otra preocupación son las familias de los seminaristas que, en general, «están serenas, aunque sobresaltadas con las noticias que llegan de España y preparándose para lo que les puede llegar en sus países», comentan. Algunos seminaristas han vuelto a sus países de origen porque así lo ha determinado su obispo.

Los que se han quedado, pueden comunicarse con sus familias gracias a las redes, y eso «permite sembrar paz y esperanza. Sabemos que vendrán días difíciles. Sin ir más lejos, acaba de fallecer la madre de un seminarista de Brasil y ha sido un duro golpe para todos. Hemos ido a rezar ante el Señor expuesto en la custodia para pedir por ella y todos sus familiares, para que se sientan sostenidos y reconfortados en la fe y esperanza cristianas. Este seminarista se ha marchado a Brasil muy acompañado por la oración de todos», relatan los responsables del seminario.

Un horario para distribuir a cien seminaristas

El horario se ha adaptado para que los 100 seminaristas están siempre en grupos reducidos que permitan mantener la distancia. Por ejemplo, se celebran distintas misas al día, a diferentes horas. También hay dos turnos para cada comida.

Se han establecido turnos para las clases online por las tardes con los profesores de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Lo están haciendo «de diez», expresan desde el rectorado. A media mañana es el momento del deporte, y hay también bastantes actividades culturales y de entretenimiento provechoso: clases de idioma, guitarra, edición de vídeos, fotografía y manualidades para decorar espacios.

«El que dirige la actividad de globos —relatan los responsables—, fabricó un san José dormido estupendo para la fiesta de nuestro patrono. También se organizó un concurso de fotografías y hemos expuesto una galería de fotos de la casa muy artística que ha merecido un aplauso para el ganador de esta primera edición. ¡Esto es un no parar!».

Desde el Bidasoa, afirman que «gracias a Dios, este trabajo conjunto de seminaristas y formadores permite un buen aprovechamiento del tiempo y desenvolvernos todos con libertad y serenidad».

Una fiesta de san José especial

El seminarista Alberto José Cruz relata cómo han vivido la fiesta de san José: «La celebración de san José en muchos lugares del mundo este año ha sido diferente, por razones totalmente ajenas a las intenciones de los fieles. Muchos seminaristas han tenido que celebrar al patrono desde sus hogares, unidos espiritualmente a sus compañeros, directores espirituales y formadores por medio de las redes sociales, misas online, chats, llamadas, etc.». Esta experiencia, que «podría ser motivo de desesperación y desaliento», se puede transformar también para alentar «la esperanza y los deseos de conversión, a una mayor preocupación por los demás, tanto los cercanos como aquellos que no lo son tanto, en definitiva, un mayor acercamiento a Dios».

En el Bidasoa, para esta fiesta, «mantuvimos el entusiasmo aunque tuvimos que cambiar de planes. Desde dos semanas antes preparamos y convocamos a un concurso de fotografías. Hubo fotografías alucinantes, pero lo eran más algunos de los títulos y sus descripciones». Como la ganadora, titulada Stat Crux dum volvitur Orbis (La Cruz permanece firme mientras el mundo da vueltas, el lema Cartujo).

En el día señalado, «terminada la meditación y oración ante un hermoso cuadro de san José, entonamos unos cantos al santo patrón de los seminaristas. Para no aglomerarnos, unos tuvieron que unirse desde la sala de actos por medio del proyector, ya que se transmitió por el Facebook de Bidasoa». Desde las 16:00 hasta las 20:00 horas hubo exposición del Santísimo «para poner a los pies del Señor las necesidades de la Iglesia y de toda la humanidad, pidiendo el cese de esta pandemia y recordando de modo especial aquellas personas más vulnerables sobre todo en nuestros países no siempre tan desarrollados y con enormes desigualdades».

Por la noche el centenar de seminaristas y sus formadores se unieron a los obispos italianos y al Papa Francisco en el rezo del rosario, de forma más solemne y en varios idiomas (inglés, italiano, español, chino mandarín y portugués). Esta oración también se retransmitió por el canal de Facebook Una Iglesia en salida, «que es un proyecto evangelizador en redes sociales que llevan a cabo un grupo de seminaristas. Ciertamente —concluye el seminarista José Alberto Cruz— es un tiempo especial, un tiempo de gracia que hay que saberlo aprovechar para la reflexión personal y redescubrir el sentido que cada uno le está dando a su vida, desde su libertad».

Sacerdotes que cantan en el balcón

Por otra parte, desde Bidasoa también llega noticia de un grupo de sacerdotes, antiguos alumnos del Seminario Internacional que residen ahora en unos convictorios sacerdotales al estar ampliando estudios en las Facultades Eclesiásticas de Navarra.

A las 20:00 horas, como todos los españoles, salen al balcón para aplaudir como gesto de agradecimiento a los trabajadores sanitarios. En una de esas salidas, se les ocurrió aprovechar el momento en que todos estaban en los balcones para cantar una canción y animar a los vecinos, con gran éxito.

CARF / Redacción