Ayuda mutua - Alfa y Omega

Nuestra forma tradicional de trabajo es el grupo. El grupo como forma de cuidado, de confrontación, de crecimiento, de espejo. El grupo como fortaleza. Estos son los denominados grupos de autoayuda o de ayuda mutua.

Ya sé que actualmente la palabra autoayuda está denostada por el mal uso y los mitos que se han asociado a ella. Sin embargo, cuando en Proyecto Hombre hablamos de ella, estamos definiendo un trabajo de reflexión, de interiorización y de crecimiento personal a través del grupo.

Nuestra filosofía, que es la misma que se lee en muchas de las comunidades terapéuticas de todo el mundo, dice en una de sus frases que «no hay ningún refugio donde escondernos de nosotros mismos. Hasta que una persona no se confronta en los ojos y en el corazón de los demás, escapa». Delante de otras personas, en grupo, es casi imposible escondernos o escapar.

No hay energía más grande para salir adelante que la que se genera en el grupo. En grupo te puedes ocultar un tiempo, pero te resuena tanto lo que comparte otra persona y otra y otra…, que es imposible que algo no conecte con lo tuyo. Y además, igual que sientes que esa persona está a salvo contigo, sientes que tú estás a salvo con ella. Porque una de las normas de grupo es el respeto y la confidencialidad de lo que allí se dice y sucede. Si no, nos sentiríamos mucho más vulnerables de lo que ya nos sentimos cuando revelamos algo que nos duele o que nos da vergüenza porque ya lo hemos juzgado previamente como malo.

Esta seguridad, unida a lo que vas sintiendo día a día en grupo, hace que un día te abras y generes, junto con otras personas, un espacio de crecimiento. Porque has entendido que tu soledad se ha acabado; porque has encontrado un lugar para sentir que te escuchan; porque nadie te juzga; porque la gente se conmueve con lo que cuentas y quiere compartir contigo para que te sea más liviano y avanzar a tu lado, porque tú puedes. Porque sin juzgar y sin interpretar, dándonos permiso para crecer, es desde donde las personas podemos empezar a cambiar.