Jesús Vidal: «Cada vocación es un signo de esperanza» - Alfa y Omega

Jesús Vidal: «Cada vocación es un signo de esperanza»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Archimadrid/J. L. Bonaño

El obispo auxiliar de Madrid Jesús Vidal ha sido elegido por los obispos españoles presidente de la Subcomisión Episcopal para los Seminarios. Para el anterior rector del Seminario Conciliar de Madrid, «Dios sigue llamando, y a la Iglesia le corresponde despertar en los hombres el deseo de responder».

¿Son las vocaciones una de la mayores preocupaciones de los obispos españoles?
Dentro del proyecto de plan pastoral que estamos elaborando los obispos para el próximo quinquenio se encuentra la promoción de la cultura vocacional.

¿Cómo se está implementando la ratio fundamentalis en España?
Laratio fundamentalisva a tomar forma en nuestro país en el plan de formación sacerdotal que llevará el nombre de Formar pastores misioneros. Recoge todo el camino de los seminarios españoles en los últimos años; por tanto, no propone nada extraño. El objetivo principal es, como dice el título, formar pastores misioneros, que son los sacerdotes que la Iglesia necesita hoy: sacerdotes que guíen y acompañen a este pueblo de Dios en salida.

¿Cuáles van a ser las líneas principales de este nuevo documento?
Una de las características de este plan es la formación no solo para seminaristas, sino también para sacerdotes. Insiste en una formación integral que recorre todo el camino vocacional, desde el discernimiento a la formación inicial (el seminario) y luego la formación permanente que deben seguir viviendo los sacerdotes. Otro rasgo que se va a desarrollar es la dimensión comunitaria, para fomentar que haya más elementos de trabajo y vida común entre sacerdotes, y entre los sacerdotes y sus comunidades o parroquias.

¿Hay signos de esperanza en la pastoral vocacional?
Para mí el signo de esperanza más grande es cada una de las vocaciones que tenemos. Experimentamos que Dios sigue llamando y que los hombres siguen escuchando. Cada llamada es un mensaje que Dios nos da, un signo de que renueva su atención por la Iglesia.