Cartas con alma: más de 35.000 mensajes de ánimo del exterior para los ingresados con coronavirus - Alfa y Omega

Cartas con alma: más de 35.000 mensajes de ánimo del exterior para los ingresados con coronavirus

Una doctora del hospital de la Princesa de Madrid solicitó el envío de cartas de ánimo de personas del exterior para los pacientes ingresados con coronavirus y en pocas horas ha recibido más de 35.000. El objetivo: que se sientan un poco acompañados ante una situación de aislamiento extremo

Begoña Aragoneses

«En el hospital donde yo trabajo la situación es bastante mala». Así empezaba el audio que Cristina Marín, cirujana del hospital de la Princesa de Madrid, envió en la noche del martes a su familia y que rápidamente se hizo viral. En él planteaba una solución para paliar el aislamiento al que están sometidos los pacientes ingresados con coronavirus que ha dado lugar a una campaña auspiciada ya por el Colegio Oficial de Médicos de Madrid que lleva por título Cartas con alma.

La propuesta consistía en escribir cartas anónimas de ánimo y enviarlas a cartas.venceremos.covid19@gmail.com para que los médicos de enfermedades infecciosas y neumólogos, que son los que más ingresados tienen en este hospital de Madrid, se las entreguen. «Los pacientes que están ingresados con coronavirus están en un aislamiento brutal –explicaba la doctora en el audio–, completamente solos, separados de sus familias… Muchos de ellos saben que sus familiares están en otras habitaciones solos o intubados en la UCI, o que incluso se están muriendo. Y tienen que hacer frente a esa soledad, con muchísima ansiedad sobre su enfermedad». Un aislamiento que, tal y como apuntaba, está causando situaciones de estrés postraumático en pacientes que ya han sido dados de alta.

En el día a día, ni siquiera los médicos pueden estar mucho con los contagiados ya que los protocolos indican que solo se les puede visitar una vez al día. Ese será el momento para hacerle llegar al enfermo la carta de alguien del exterior: «Es una manera de que la población que está sana en cuarenta en sus casas se sienta útil y que puede ayudar. Porque de verdad que pueden ayudar muchísimo en esta epidemia».

Las cartas incluirán el nombre de pila, la edad, a lo que se dedica el remitente «para que la persona enferma os pueda imaginar o pueda “poneros cara” a quiénes sois», y un mensaje de ánimo en su recuperación. Como ha explicado la propia doctora en un vídeo difundido a través de la cuenta de Twitter de Sanidad de la Comunidad de Madrid, «esto es una lucha de todos y entre todos venceremos al virus».

La propuesta ha generado tal oleada de solidaridad que en pocas horas se han recibido ya más de 35.000 cartas. Desde el Colegio Oficial de Médicos de Madrid confirman que, de momento, la dirección de correo electrónico cartas.venceremos.covid19@gmail.com es la que oficialmente está haciendo la recogida de cartas, a pesar de que ha habido otros mensajes en los que se difundían direcciones de correo de otros hospitales que han replicado la iniciativa. Y todos los días, en su cuenta de Twitter, publicarán algunas de las cartas. Un refuerzo anímico que consideran fundamental porque, como aseguran en su campaña, «ellos te necesitan, no les aislemos más».

«Sé lo que es preguntarte ‘¿por qué a mí?’»

Una de las primeras cartas enviadas es la de Susana, a la que la vida le cambió en el mismo momento en que nació su tercera hija, Pía, con una enfermedad grave y rara. «Pienso en cómo has dormido hoy –le escribe al paciente con coronavirus–, si habrás pegado ojo, no sé si eres un hombre o una mujer… Y, aunque no te lo creas, sé muy bien cómo te sientes, sé lo que son las horas en un hospital, sé lo que es sentirte solo en una habitación y  preguntarte una y mil veces «¿por qué a mí?». Sé que cuando se apagan las luces es aún peor». Y le anima «porque tengo clara una cosa: todo lo que nos pasa es para bien. Aunque a veces no lo veamos, ni lo queramos, de todo aprendemos y todo nos hace más fuertes y mejores personas».

A Susana se le vino el mundo encima cuando ella, que tenía como dice en su carta «una vida de anuncio de coche de lujo», se tuvo que enfrentar a ver a Pía, a partir de su cuarto mes de vida, sufriendo crisis epilépticas continuas que le iban afectando a su desarrollo. «Mi pobre niña crecía en un ambiente hospitalario en el que las enfermeras se convirtieron en las mejores tías postizas que yo podría haberme imaginado. ¿A que es alucinante cómo puedes llegar a estrechar lazos con las personas que entran en tu habitación con una sonrisa y te hacen algún chiste o te dan una palabra o gesto de consuelo?».

Cuando aún no había cumplido los dos años, a Pía le desconectaron el hemisferio derecho del cerebro, que era el que tenía el inmenso foco de epilepsia. Eso le provocó parálisis en la parte izquierda del cuerpo pero hoy, con mucho trabajo, Pía es una niña que habla, anda y ríe a carcajadas. «No sé si eres creyente. Yo sí, después de Pía. Sí, y aunque mi historia no va a ir por ahí, sí que creo que Dios me mandó a Pía por algo, porque quería que aprendiera algo, porque me quería ayudar a crecer, a ser mejor ser humano. Pero a veces, ¡qué duro es el aprendizaje!».

Y Susana concluye: «Te tiendo la historia más importante de nuestra vida, una historia que […] ha movido esa rueda de amor invisible entre unos y otros. Sé que a veces te parece que ya no vas a salir más del hospital, pero también sé que ese día va a llegar muy pronto, que vas a recuperar tu vida anterior como todos lo haremos […]. Que esto que estás viviendo te sirva para valorar después todo lo que tienes, tu familia, tus amigos, tu vecindario… Todo es maravilloso».