El Supremo de Australia pospone sine die la decisión sobre la apelación del cardenal Pell - Alfa y Omega

El Supremo de Australia pospone sine die la decisión sobre la apelación del cardenal Pell

La defensa y la acusación del cardenal George Pell, condenado en 2018 por abusar de dos menores, deberán presentar más razones por escrito en los próximos días

Redacción
Foto: CNS

El Tribunal Supremo de Australia ha pospuesto hasta una fecha aún sin determinar la decisión definitiva sobre el cardenal George Pell, condenado por abusar de dos menores. En el último día de su apelación, que se desarrolló este miércoles y jueves, y después de haber escuchado tanto a su abogado defensor como a la oposición, los siete magistrados pidieron a ambos más aclaraciones sobre sus argumentos. Deberán presentarlas por escrito en dos días laborales, y después determinarán si aceptar la petición de absolución o confirmar la sentencia condenatoria.

En diciembre de 2018, el cardenal australiano fue declarado culpable de abusar de dos chicos de 13 años cuando era arzobispo de Melbourne, en 1996. Tres meses después se le impuso la condena a seis años de prisión (los primeros tres años y ocho meses sin posibilidad de salir en libertad condicional). Si el alto tribunal mantuviera la condena, ya habría cumplido un año de la misma.

El miércoles, informa The Guardian, el abogado del cardenal Pell, Bret Walker, argumentó que la apariencia de credibilidad del denunciante y el haber establecido que los abusos en la sacristía podrían haber ocurrido como él narra no son por sí mismos una demostración de que efectivamente sucedieran.

Dudas sobre la apelación

Las preguntas de los magistrados se centraron principalmente en dos puntos, informa el diario inglés. En primer lugar, por qué el Tribunal de Apelación de Victoria que ratificó la condena en agosto de 2019 vio un vídeo del testimonio de uno de los denunciantes en lugar de simplemente leer la transcripción del mismo. Según la defensa del cardenal, esta práctica poco común pero cada vez más frecuente podría haber inclinado al tribunal a dar más peso a este testimonio que al resto de pruebas.

La acusación, dirigida por el director de la Oficina del Fiscal, Kerri Judd, respondió a esta cuestión que ver el vídeo había sido necesario para contrarrestar el gran énfasis que el equipo legal de Pell había hecho para intentar subrayar la falta de credibilidad de los denunciantes.

El otro punto problemático es el peso que se debía dar al testimonio de monseñor Charles Portelli, por aquel entonces maestro de ceremonias de la catedral de San Patricio, de Melbourne. Durante el juicio, Portelli afirmó que Pell tenía la costumbre de salir a los escalones de la catedral y saludar a los fieles. Esta práctica, según la defensa, habría hecho imposible el relato del acusador.

Sin embargo, Judd subrayó que el sacerdote no había podido recordar si en efecto el cardenal había seguido esa costumbre el día en que ocurrieron los presuntos abusos. Alegó además que otros miembros de la escolanía de la catedral, de la que la presunta víctima formaba parte, habían testificado que no ocurría así todos los domingos, sino que a veces el cardenal hacía toda la procesión de salida con ellos.

«La mejor forma de que termina es la absolución»

Walker concluyó su defensa de Pell asegurando que si habían logrado convencer al alto tribunal de que había habido un error judicial, «deseamos que esto termine. Y la mejor forma de que termine es con una absolución».

Hasta su condena, Pell era uno de los miembros más influyentes del colegio cardenalicio, prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano y miembro del consejo de cardenales del Papa Francisco para la reforma de la Curia. Al inicio del caso, la Santa Sede tomó contra él medidas cautelares como la prohibición del ejercicio público del ministerio y del contacto con menores. Al conocerse la condena en primera instancia, fue destituido además de los cargos que ocupaba en la Curia romana.

Este jueves, las autoridades presentaron cargos contra un hombre de Melbourne por varias amenazas de muerte dirigidas contra el cardenal Pell. También esta misma semana, la Iglesia católica en Australia anuncio que monseñor Christopher Saunder, obispo auxiliar de Broome, había sido apartado temporalmente de sus funciones al comenzar el Vaticano a investigar acusaciones de abusos presentadas contra él y ocurridas presuntamente hace varias décadas.