El cardenal Turkson pide fortalecer «la solidaridad y cercanía» entre los Estados ante el coronavirus - Alfa y Omega

El cardenal Turkson pide fortalecer «la solidaridad y cercanía» entre los Estados ante el coronavirus

Anima a los fieles que no pueden asistir a la Eucaristía a no vivirlo como «una privación», sino como una ocasión para redescubrir la relación con Dios

Fran Otero

El cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Peter Turkson, ha publicado este miércoles una carta en la que hace un llamamiento a «fortalecer la solidaridad y la cercanía entre los Estados, la amistad entre los pueblos» ante la incidencia del coronavirus.

En un texto dirigido a presidentes de conferencias episcopales, responsables de Pastoral de la Salud, agentes sociosanitarios, autoridades civiles, familias y enfermos, el purpurado añade: «La incidencia del coronavirus ha demostrado esta importancia mundial, ya que inicialmente solo afectó a un país y luego se propagó a todas las partes del mundo. Para cada persona, creyente o no creyente, es un tiempo propicio para comprender el valor de la fraternidad, de estar unidos unos a otros de manera indisoluble […].El valor de la solidaridad también necesita ser encarnado. Pensemos en el vecino, el compañero de oficina, el amigo de la escuela, pero sobre todo en los médicos y enfermeros que se arriesgan a la contaminación e infección para salvar a los enfermos. Estos trabajadores viven y nos muestran el significado del misterio de la Pascua: entrega y servicio».

Se refiere en concreto a los países que tienen unos sistemas de salud más débiles y que, por lo tanto, necesitarán más ayuda en una eventual crisis de salud pública. Y mostró el compromiso de la Santa Sede con los trabajadores de la salud y las instalaciones médicas, especialmente en las zonas más «remotas y difíciles».

En este sentido, afirma que los que sufren en la actualidad, también los contagiados, son «expresión de Cristo que sufre» y constituyen «un laboratorio de misericordia, ya que la naturaleza poliédrica del sufrimiento requiere formas de misericordia y cuidado». E hizo un llamamiento a no estigmatizarlos: «La enfermedad no conoce límites ni de color de piel; habla, en cambio, el mismo idioma».

Turkson se refirió a los fieles que no podrán participar en la Eucaristía en este tiempo de Cuaresma, a los que invitó a llevar «un camino aún más arraigado en lo que sostiene la vida espiritual: la oración, el ayuno y la caridad». «Que los esfuerzos realizados para contener la propagación del coronavirus se acompañen del compromiso de cada fiel por el bien mayor: la reconquista de la vida, la derrota del miedo, el triunfo de la esperanza».

Y continuó: «A las comunidades más probadas, les recomendamos que no vivan todo como una privación. Si no podemos reunirnos en nuestras asambleas para vivir juntos nuestra fe, como solemos hacerlo, Dios nos ofrece la oportunidad de enriquecernos, de descubrir nuevos paradigmas y de redescubrir nuestra relación personal con Él».