Todo listo para la beatificación de Juan Pablo II - Alfa y Omega

Todo listo para la beatificación de Juan Pablo II

Redacción

Avanzan los preparativos para la beatificación de Juan Pablo II, el próximo 1 de mayo. La capilla de San Sebastián, de la basílica de San Pedro, ya está preparada: los restos del Papa Inocencio XI, que la ocupaba hasta ahora, ya han sido trasladados a la capilla de la Transfiguración, de la misma basílica vaticana; y han concluido en la de San Sebastián las obras de restauración y de mejora de la iluminación, previas a la llegada de los restos del Papa polaco. También se preparan cientos de televisiones para retransmitir el evento, que también podrá seguirse en Internet, a través de la web www.pope2you.net

Entre las múltiples iniciativas previas a la beatificación, el sábado se proyectó en el Vaticano el documental El peregrino vestido de blanco, del director polaco Jaroslaw Szmidt. Benedicto XVI asistió a la presentación, tras la cual quiso «subrayar, una vez más, los dos pilares de la vida y del ministerio» de Juan Pablo II: «La oración y el celo misionero. Juan Pablo II fue un gran contemplativo y un gran apóstol de Cristo. Dios lo eligió para la Sede de Pedro y lo preservó durante años para introducir a la Iglesia en el tercer milenio. Con su ejemplo, él nos ha guiado a todos en esta peregrinación, y ahora sigue acompañándonos desde el cielo». La cinta, la mayor producción de la historia del documental polaco, narra los momentos claves del pontificado del Venerable Siervo de Dios y cuenta con testimonios de relevantes personalidades.

Por otra parte, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos comunicó el lunes que la memoria litúrgica del Beato Juan Pablo II se celebrará, en Roma y en las diócesis de Polonia, el 22 de octubre. Ése es el día en que Juan Pablo II comenzó su pontificado, y los textos elegidos para la liturgia corresponden a la homilía que pronunció entonces. Las Conferencias Episcopales, las diócesis —a través de sus obispos— y las familias religiosas —por medio de sus superiores generales— podrán pedir a la congregación incluir esta fecha también en sus propios calendarios.