Soy cristiano. Vivo en el siglo XXI. Y sigo perseguido - Alfa y Omega

Soy cristiano. Vivo en el siglo XXI. Y sigo perseguido

Ayuda a la Iglesia Necesitada acaba de editar su Informe 2010 sobre Libertad religiosa en el mundo. La asociación lleva publicándolo desde 1999, trayectoria que lo ha consolidado en muchos países como consulta de referencia fundamental a la hora de hablar de persecución religiosa. Fieles, universidades, seminarios y diplomáticos lo tienen como libro de cabecera. Todo un análisis, de lo general a lo más particular, sobre la situación religiosa en todos los países del mundo

Cristina Sánchez Aguilar
Una iglesia de Bagdad..

Yaved tenía 19 años. Era catequista en una localidad vecina, y un buen día, como tantos otros, se dirigió hacia Lahore, en Pakistán, para ver a su tía. Sintiendo sed, se detuvo en la carretera para acercarse hasta un pozo y beber agua. En ese momento, salieron los estudiantes de una madraza —escuela islamista— y comenzaron a zarandearle, acusándole de ladrón. Yaved contesto que él no era un ladrón: «Yo no robo, soy cristiano, y los cristianos no robamos». En buen hora. Los jóvenes agarraron al chico y durante cinco días estuvieron torturándole en el interior de la escuela. Le colgaron boca abajo, le obligaron a recitar el Corán, le circuncidaron con una navaja de afeitar y muchas cosas más. Yaved murió en el hospital, tras haberle encontrado en el cuerpo 36 cortes de cuchillo. El arzobispo de Lahore, monseñor Lawrence Saldanha, en el funeral que ofició en la catedral por el alma del muchacho asesinado, volvió a pedir, de nuevo, que se respete a las minorías.

Esta historia no es un caso aislado. Ni en Pakistán ni en otros muchos lugares del mundo, el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos —Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia— es respetado.

Por eso, Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), asociación internacional dependiente de la Santa Sede, vuelve este 2010 a publicar un nuevo informe sobre Libertad religiosa en el mundo, tras la gran aceptación que tuvo el anterior, publicado en 2008. Dos años en los que, «desgraciadamente, no podemos hablar en términos globales de una mejora de la situación de la libertad religiosa en el mundo» —según afirma don Javier Menéndez Ros, director de AIN España—; «tanto la cantidad como la gravedad de los episodios ocurridos en distintos países nos hace pensar en un empeoramiento que, básicamente, está causado por la mayor radicalización de la intolerancia».

Pero no todo es negativo: don Javier reconoce que se ha detectado un hecho positivo en la comunidad internacional: «Hay una mayor concienciación del hecho de la libertad religiosa y una mayor implicación en condenar las violaciones a este derecho. El papel de los medios de comunicación, de asociaciones privadas y de los propios Gobiernos, resulta fundamental en la denuncia, condena y seguimiento de estos hechos». Pero no es suficiente: asaltos, asesinatos, persecución y sufrimiento se siguen sucediendo por motivos religiosos en muchos rincones del planeta.

Uno de ellos, Egipto: hace escasos días, en la provincia de Quena, extremistas musulmanes han quemado casas y negocios de los cristianos coptos después de que se extendiesen rumores de un romance entre un cristiano y una chica musulmana. El obispo de los coptos católicos de Luxor, monseñor Joannes Zakaria, declaró a la agencia Fides que tienen «razones para creer que existe un plan para obligar a los cristianos a convertirse, especialmente a las chicas, que son las más vulnerables».

Portada del Informe 2010 sobre Libertad religiosa en el mundo.

La lista negra

Países como Pakistán, India, Bangladés, Irak, Irán, China, Eritrea, Sudán o Uzbekistán encabezan la lista de los peor situados en el respeto a la libertad religiosa, según el Informe elaborado por AIN. Dicho Informe es el único mundial y completo sobre libertad religiosa en el mundo realizado por una institución católica, que trabaja en más de 160 países, pero no es el único. La pasada semana, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó su informe anual sobre libertad religiosa. En la presentación del mismo, la secretaria, Hillary Clinton, llamó la atención sobre países como Irak, Pakistán y Afganistán, e incluyó también en la lista negra a China, Birmania, Sudán, Cuba, Marruecos, Venezuela, Corea del Norte o Somalia. También acusan a Pekín de restringir las prácticas religiosas de budistas, católicos, musulmanes y protestantes.

De hecho, Pakistán está, en las últimas semanas, en el punto de mira de la opinión pública. El Santo Padre, Benedicto XVI, pidió la liberación de Asia Bibi, la mujer condenada a la horca por, supuestamente, haber blasfemado contra el profeta Mahoma. El pasado 17 de noviembre, al final de la Audiencia general, pidió a todos los fieles congregados en San Pedro rezar por «la difícil situación de los cristianos en Pakistán, a menudo víctimas de violencias y discriminación». Quiso también manifestar su cercanía espiritual a Asia Bibi y a sus familiares, pidiendo que le sea restituida la plena libertad, y tuvo una oración por cuantos están en situaciones similares.

Sobre Asia Bibi y la persecución religiosa en Pakistán habló el misionero salesiano Miguel Ángel Ruiz, durante su intervención en el Congreso Católicos y Vida Pública: «Seguramente no se la condenará —adelantó—, pero no lo harán por la presión desde Occidente, no porque no crean que es justo. Si se llevara a cabo la sentencia, a Pakistán se le cerraría el grifo en muchos sentidos». Y así ha sido. El pasado martes fue liberada al recibir la gracia del presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari. Pero la señora Bibi «ha estado un año en la cárcel, no sale de Guantánamo y es árabe: no se la va a compensar», afirmó el misionero, quien declaró que «ser cristiano en Pakistán es estar en el punto de mira del Islam radical». Aun así, la reacción de los cristianos, lejos de achantarse, «es la de testimoniar la fe de forma muy precisa», como hizo Asia Bibi. El padre Ruiz aseguró que los medios y estamentos del país quieren que los cristianos sean guetos, pero, en realidad, «somos semillas», y destacó que la Iglesia pakistaní sufre, pero se levanta y alza la voz; no tienen miedo de salir a la calle.

El director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España, don Javier Menéndez Ros (segundo por la izquierda), y el padre Miguel Ángel Ruiz, durante su intervención en el XII Congreso Católicos y Vida Pública.

Ley sobre la blasfemia

Conviene recordar que todos los hechos acaecidos en este país se derivan de la Ley sobre la blasfemia, por la cual, cualquier musulmán puede acusar a otra persona de su misma o de distinta confesión religiosa por haber blasfemado sobre Alá, Mahoma o el Corán. «Las arbitrariedades que produce esta ley se traducen no sólo en falsas acusaciones contra cualquier persona, sino en un enardecimiento de las masas musulmanas que, azuzadas por algunos imanes, mueven a sus fieles a atacar de forma violenta a los cristianos, como ocurrió en Gojra en diciembre de 2009, cuando murieron siete miembros de una misma familia, quemados vivos por una multitud a raíz de unas falsas acusaciones», asegura don Javier Menéndez.

Cristianos y musulmanes muchas veces se dan la mano, pero sólo con aquellos que quieren dialogar, aseguró el misionero salesiano Miguel Ángel Ruiz, acostumbrado a ver y vivir discriminaciones diarias: «En los colegios rurales, los niños juegan a policía y ladrón, y los cristianos no pueden jugar con los musulmanes, porque si un cristiano toca a un musulmán, está impuro y contaminado».

Otro país en el punto de mira es Irak, donde la persecución religiosa a los cristianos, explica don Javier Menéndez, «viene motivada por parte de los grupúsculos de Al Qaeda, que mediante la violencia de la extorsión, el chantaje, el secuestro y el asesinato está presionando con éxito para que abandonen el país». Los ataques en ciudades como Mosul, Bagdad o Kirkuk están provocando que los cristianos emigren, no sólo al Kurdistán, sino también fuera del país.

No hay que irse tan lejos…

No hace falta irse tan lejos para hablar de libertad religiosa. Nuestro país es ampliamente analizado en el Informe, por una situación que, para el director de AIN España, «no ha cambiado mucho respecto a hace dos años».

«Hechos especialmente graves siguen siendo el adoctrinamiento moral y laicista que hace la asignatura de EpC, la ley del aborto y la anunciada pomposamente como de la muerte digna, así como los intentos de dejar sin contenido ni protección jurídica a la familia, célula básica de la sociedad, desnaturalizando entre otras cosas al mismo matrimonio», denuncia el señor Menéndez.

A España también se refirió el misionero salesiano padre Miguel Ángel Ruiz, en su intervención en el congreso, señalando que, «tras ver la situación en España los últimos dos años, no sé si se puede seguir hablando con pasión sobre esa libertad de la cual presumimos». El misionero dirige en Lahore el Centro de Formación Profesional Don Bosco. Allí, «en la fiesta de la Navidad, nuestros profesores musulmanes se unen y participan de la procesión de los Reyes Magos. Y están presentes en la Eucaristía, tanto alumnos como profesores, en la fiesta de Don Bosco».

Interior de la casa de una familia cristiana en Lahore (Pakistán).

Un enfoque no confesional

El Informe de AIN, como su precedente de 2008, se caracteriza por un enfoque no confesional, «que examina la situación de cada país haciendo referencia a toda circunstancia jurídico-institucional, o tipología sociocultural o ideológica, que presente atributos de imposición, coerción, violación o persecución respecto a los seguidores de cualquier religión o fe», señala el padre Joaquín Alliende, Presidente de AIN Internacional, en la presentación del mismo.

El Informe ofrece los datos recopilados por un grupo de investigadores, estudiosos y periodistas a través de la consulta de fuentes, informes y reportajes, en su mayoría internacionales, pertenecientes a diferentes agrupaciones religiosas y fruto de testimonios directos obtenidos sobre el terreno.

El objetivo es presentar una visión amplia, pero detallada, de la libertad religiosa en el mundo. También se ha buscado la mayor objetividad posible, permitiendo que las diferentes religiones, credos y agrupaciones religiosas tomen la palabra, y prescindiendo de todo juicio de valor acerca de las creencias y convicciones subyacentes a sus prácticas y enseñanzas religiosas, tal y como explica la asociación en la presentación del Informe.