Tengo miedo. Les necesito - Alfa y Omega

Tengo miedo. Les necesito

Encarcelada y condenada a muerte en Pakistán en 2010, esta cristiana, acusada injustamente de blasfemia, pide ayuda, a través de este libro, en Libros Libres

Colaborador
Las hijas de Asia Bibi, con una foto de su madre cuando era joven.

Les escribo a ustedes desde el fondo de mi prisión, en Sheikhupura, en Pakistán, donde vivo mis últimos días. Puede que mis últimas horas. Es lo que me ha dicho el tribunal que me ha condenado a muerte.

Tengo miedo. Tengo miedo por mi vida, por la de mis niños y por la de mi marido, que sufren: a través de mí, es toda mi familia la que ha sido condenada. Mi fe es fuerte, sin embargo, y pido a Dios misericordioso que nos proteja. ¡Me gustaría tanto volver a ver la sonrisa en sus labios! Pero sé que no viviré seguramente tanto como para ver llegar ese día. Los extremistas no nos dejarán nunca en paz.

No he matado jamás, jamás he robado…, pero para la justicia de mi país, lo que he hecho es mucho peor: soy una blasfema. El crimen de los crímenes, el ultraje supremo. Se me acusa de haber hablado mal del Profeta. Es una acusación que permite desembarazarse de quien uno quiera, cualquiera que sea su religión o su opinión.

Soy una hija de nada

Me llamo Aasiya Noreen Bibi. Soy una hija de nada, como se dice por aquí. Una simple paisana de Ittan Wali, minúscula aldea de Pendjab, en el centro de Pakistán. Y sin embargo, hoy, todo el mundo me conoce. Todo el mundo sabe quién es Asia Bibi. ¡Y eso que yo jamás he blasfemado! ¡Soy inocente! Sufro sin haber cometido el menor acto criminal.

Quiero decir al mundo entero que yo respeto al Profeta. Soy cristiana, creo en mi Dios, pero cada uno debe ser libre para creer en quien desee. Desde hace dos años, estoy encerrada, privada de la palabra. Me gustaría por fin explicarme. Gritar la verdad. Salman Taseer, el Gobernador de Pendjab, y Shahbaz Bhatti, el ministro de las Minorías, han sido asesinados por apoyarme. Unos fundamentalistas los han matado. Es terrible. Ni cuando se mata a los animales se es tan cruel. Pienso en sus familias, lloro pensando en ellos.

Aún puedo escribirles hoy desde la celda en la que me han enterrado viva. Para pedirles que me ayuden, que no me dejen desfallecer. Les necesito.

No conozco gran cosa del mundo fuera de mi aldea. No soy instruida, pero sé lo que está bien y lo que está mal. No soy musulmana, pero soy buena pakistaní, católica y patriota, devota de mi país como de Dios. Tenemos amigos musulmanes. Ellos nunca han hecho diferencias. E, incluso, si la vida no ha sido siempre fácil para nosotros, teníamos nuestro sitio. Un lugar que siempre nos ha parecido suficiente.

Ciudadana de segunda clase

Cuando se es cristiano en Pakistán, hace falta bajar un poco los ojos. Algunos nos consideran como ciudadanos de segunda clase. No tenemos más que empleos ingratos, las peores tareas nos están reservadas. Pero mi destino a mí no me disgustaba. Antes de toda esta historia, yo era feliz con los míos, allá en Ittan Wali.

Desde que desean verme colgando de una cuerda, mucha gente ha venido a verme, gente importante, extranjeros también. Eso sí, al principio, pues ahora me han aislado completamente. Ya no puedo ver a nadie más allá de mi marido y mi abogado.

No soy sino una mujer más en el océano de mujeres de este mundo, pero creo humildemente que mi calvario es reflejo de tantos otros. Me gustaría que los ojos de mis verdugos se abrieran, que la situación de mi país cambiara… Ahora que ustedes me conocen, cuenten lo que me ha pasado a cuantos les rodean. Háganselo saber. Creo que es la única oportunidad que tengo de no morir en el fondo de este calabozo. ¡Les necesito!

¡Sálvenme!

¡Sacadme de aquí!
Autor:

Asia Bibi

Editorial:

LibrosLibres

Año de publicación:

2012

Páginas:

150

Precio:

17,15 €