Año Lauretano: «Acoger a Cristo como el piloto de nuestras vidas» - Alfa y Omega

Año Lauretano: «Acoger a Cristo como el piloto de nuestras vidas»

La Virgen aterrizó este martes en la Terminal 1 de Barajas para participar en los actos del Jubileo Lauretano, convocado por el Papa en el centenario de la declaración de Nuestra Señora de Loreto como patrona de la aeronáutica

José Calderero de Aldecoa
Urbano Monedero Avion Virgen Loreto
Urbano Monedero con la Virgen de Loreto, en un avión de Alitalia, en el aeropuerto de Roma. Foto: Urbano Monedero

Cuenta la tradición que la casa de Nazaret donde vivió la Sagrada Familia fue transportada en volandas por ángeles hasta Loreto para preservarla de las batallas que asolaron Tierra Santa al inicio del segundo milenio. La historia, sin embargo, parece corroborar que fue el comerciante Nicéforo Angelo quien, en el siglo XIII, logró preservar el hogar de María, José y el Niño, y que fue una confusión con su apellido lo que suscitó la creencia popular de la gesta angelical. En cualquier caso, el traslado de la casa santa de Nazaret a Loreto «inspiró a los aviadores de la Primera Guerra Mundial que, necesitados de una especial protección, llamaban a sus aviones casas voladoras», explica a este semanario Urbano Monedero, capellán del aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Una vez acabado el conflicto, el Papa Benedicto XV declaró el 24 de marzo de 1920 a la Santísima Virgen María de Loreto como «patrona principal de todos los aeronautas».

100 años después, su sucesor, el Papa Francisco, concedió un Año Santo Lauretano que interpela no solo al mundo de la aviación —trabajadores y pasajeros— sino también a los devotos de Nuestra Señora de Loreto, todos ellos llamados a «volar alto» y a «acoger a Cristo como el piloto de nuestras vidas», explicó monseñor Fabio Dal Cin, delegado pontificio para la Santa Casa de Loreto, durante la presentación del Jubileo.

La puerta santa de la basílica de la Santa Casa (Loreto) fue abierta el domingo 8 de diciembre de 2019 por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, y se clausurará el 10 de diciembre de este año. Sin embargo, todos aquellos que quieran ganar indulgencia plenaria también podrán hacerlo en las capillas aeroportuarias civiles y militares que hayan enviado una petición previa al Vaticano, como es el caso de Madrid.

La Virgen como una pasajera más

De esta forma, este Jubileo será también itinerante y, por ello, se ha establecido que tres imágenes de Nuestra Señora de Loreto peregrinen desde Italia a los cinco continentes para escenificar el abrazo de la Virgen por todo el mundo. Una de ellas llegó este martes, 3 de marzo, al Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez, el único del mundo que cuenta con tres capillas, y lo hizo «no en la bodega de mercancías, como una maleta más, sino en la zona de los pasajeros, custodiada por el personal de vuelo», explica el capellán.

Una vez en tierra española, se honró a la Virgen con una Misa celebrada por el vicario episcopal del Ejército del Aire. Y con otra Eucaristía el 25 de marzo a las 17:00 horas, en este caso presidida por el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, se cerrará la peregrinación de Nuestra Señora de Loreto. La talla permanecerá en el aeropuerto hasta el martes 10 de marzo, donde «tendremos una Eucaristía diaria a las 11:00 horas, exposición al Santísimo y rezo del santo rosario». Posteriormente, la Virgen peregrina irá a otras ubicaciones todavía por definir.

Conversión en el aeropuerto

Del paso del Jubileo itinerante por Madrid, el capellán del aeropuerto espera «lo que he visto personalmente en Miami y Costa Rica», a donde Monedero ha podido acompañar a la imagen antes de su desembarco en la capital. «La Virgen está regalando muchísimas gracias, de una manera que no podemos ni imaginar. Está haciendo muchísimas conversiones. Y se han producido un derroche de visitas, de rosarios, de rezos. Está resurgiendo esa devoción a la Virgen que lleva a Jesús», asegura el sacerdote madrileño.

Algo parecido está sucediendo en el aeropuerto de Madrid con el Año Lauretano: «Ha surgido ya un grupo voluntario de azafatas que está intentando como una recristianización a través de los aeropuertos. Han pedido que el primer domingo de mes se tenga exposición al Santísimo, se rece el rosario y la Eucaristía para vivir ellos la fe y poder invitar a sus compañeros», concluye Urbano Monedero.